El noviazgo es una etapa muy especial en la vida de una pareja. Ambos se han conocido lo suficiente primero como amigos, para emprender este paso de llegar a conocerse mejor. El fin del mismo debe ser siempre el matrimonio. Debemos siempre recordar que nuestra cultura no ve las cosas de igual forma, en ella una breve amistad pasa de inmediato a tener intimidad con la persona con que te has involucrado emocionalmente y cuando se presentan los conflictos, se termina la relación para iniciar una nueva. Como creyentes estamos llamados a vivir contraculturalmente, es decir, no como el mundo vive sino como a Dios le agrada que vivamos. Por esta razón, el noviazgo es el tiempo ideal para poder apreciar las cualidades de tu pareja pero también sus defectos, aquellos pecados con los que él batalla y que van a estar presentes cuando se casen. Lo mismo pasará contigo en la medida que él te conozca mejor. Si tu novio tiene un carácter explosivo, iracundo, rencilloso en esta etapa de la relación es una señal que no debe pasar desapercibida. Es algo que no debes pasar por alto o esperar que se resuelva solo, debes lidiar con esto de inmediato y traerlo ante Dios ya que tú no eres quien lo va a cambiar cuando sean uno. Muchas veces ignorar estas alertas puede ser catastrófico, pues el noviazgo es el tiempo en que ambos se proponen presentar su mejor cara uno al otro. Y si en esa época tu novio se torna explosivo, debes saber que esto será como una espiral que desciende y puede ser cada vez peor en el matrimonio. No debes tolerar el abuso verbal, el maltrato en cualquiera de sus formas o el trato abusivo por más amoroso que sea tu novio, aunque luego haya mil disculpas. Fuiste creada por Dios, llevas su imagen y tienes su dignidad. ¿Cómo puedo tener una guía en esta situación? Santiago 4:1 nos dice: “¿De dónde vienen las guerras y los conflictos entre vosotros? ¿No vienen de vuestras pasiones que combaten en vuestros miembros? La ira es esa pasión o enojo dentro de nosotros que explota o se manifiesta cuando nuestras expectativas no se cumplen. Es poderosa y duradera y no es fácil de aplacar. Los autores del Nuevo Testamento usaron una palabra para describir lo que representa la más fuerte de todas las pasiones, la ira. Por lo tanto, no es algo que es pasajero o sencillo y si estás considerando continuar en una relación con alguien que es iracundo, por favor considera:
- Muchos pasajes nos hablan de la ira, del furor, del deseo de venganza que muchas veces es el resultado de esta pasión descontrolada.
- “Los que se enojan fácilmente cometen locuras”. (Proverbios 14:17 NTV)
- “El hombre iracundo levanta contiendas, y el furioso muchas veces peca.” (Proverbios 29:22 RV60)
- “Cruel es la ira, e impetuoso el furor”. (Proverbios 27:4)
- “Porque de adentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, avaricias, maldades, engaños, sensualidad, envidia, calumnia, orgullo e insensatez’’. (Marcos 7:21-22)
Si te encuentras en un noviazgo con estas características, considera que el hombre con quien te vas a casar debe ser por diseño divino tu protector. Dios lo creó para liderar, proveerte y cuidarte. Por el momento él está enfrentando emociones o experiencias que no ha traído a la Cruz. Nuestro buen Dios conoce cómo somos y nos limpia de todo mal cuando confesamos nuestros pecados delante de Él (1 Juan 1:9). Muchas veces el temor, las experiencias dolorosas, injusticias o rechazos pueden llevar a una persona a albergar estos sentimientos. Podemos reaccionar con molestia, aún irritarnos pero no podemos dar rienda suelta al disgusto que se levanta dentro de nosotros. La Palabra nos dice: “airaos, pero no pequéis” (Efesios 4:26). Considera estos pasajes si estás en un noviazgo donde se den reacciones de este tipo y busca ayuda ahora. Háblalo con tu pareja para que juntos puedan acercarse por ayuda y procuren el consejo de sus líderes. Tú puedes buscar mujeres sabias que te aconsejen y sobre todo que te acompañen a orar para que Dios te guíe en cómo poder ser una ayuda en este tiempo. También ora para que Dios te muestre si debes continuar en esta relación. Muchas veces es preferible no continuar si no hay cambios, que hacer un pacto de por vida ante Dios y sufrir por algo que deseaste ignorar. Dios está a tu lado y el es tu Ayudador. “El camino de Dios es perfecto. Todas las promesas del Señor demuestran ser verdaderas. Él es escudo para todos los que buscan su protección’’ (Salmos 18:30 NTV)