¿Qué consejo darle a los jóvenes que luchan contra la lujuria y la pornografía?
Como muchos hombres, probablemente la mayoría de los jóvenes luchan con la pureza sexual en varios momentos y, para muchos, es una lucha continua a lo largo de sus vidas. Pero para los hombres jóvenes, en particular, supongo que lo primero que me gustaría hacer es ayudarles a entender que su lucha es normal en el sentido de que hay un despertar sexual y que esto es algo normal por lo que pasan los hombres. Pero el pecado sexual es anormal por el hecho de que no está bien. Dios no les da permiso para actuar según esos deseos sexuales, excepto dentro del matrimonio. Así que quiero que los jóvenes se comprometan realmente con la santidad, que se comprometan realmente con la pureza y que esperen el momento en que esos deseos sexuales puedan realizarse en el contexto adecuado, que es el matrimonio.
Y en esos años de juventud, hay un largo período de prueba, un largo período en el que se tienen deseos pero no se pueden satisfacer, y realmente lo veo como un campo de entrenamiento en el que se puede aprender autocontrol, es decir, autocontrol sexual. Antes se llamaba continencia. Aprender a tomar esos deseos y entregárselos al Señor. A decir: “Por mi cuenta, no puedo resistir esta tentación, pero contigo, sí puedo”. Y luego aprender autocontrol, para poder llevar ese autocontrol al matrimonio. Ese es un gran regalo para entregar a una novia en el matrimonio, es el regalo de, “tengo estos deseos bajo control. Ahora te los entrego controlados”. Es mejor hacer eso, en vez de hacer lo que tantos jóvenes hacen, que es dejarse llevar completamente fuera de control. Porque entonces ellos entran al matrimonio teniendo que aprender autocontrol, y llevan mucho más daño, muchos más malos hábitos, y muchos más malos modelos al matrimonio.
Así que, joven, este es un tiempo para que tu aprendas a tener dominio propio. Ahora, para tener dominio propio correcto, necesitas que el Espíritu Santo more en ti. El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, mansedumbre, fidelidad, dominio propio. Eso es fruto del Espíritu. Así que, vuélvete a Cristo, se salvo y entonces el Espíritu vivirá dentro de ti, para que puedas dar muerte al pecado, para que puedas revivir a la justicia, que es el dominio propio, la pureza que es tuya a través de Cristo.
¿Debería un joven que está luchando actualmente con la lujuria y la pornografía buscar una relación de noviazgo?
Sí, me hacen esa pregunta todo el tiempo: ¿qué hace un joven cuando está luchando con la pornografía, pero quiere tener una novia? ¿Necesita superar completamente ese pecado antes de tener novia? ¿Necesita tener una tremenda victoria sobre él antes de que pueda buscar a una chica? Algunas personas dirían eso. Otras personas dirían “sigue adelante, busca una chica y casate, y ese será el antídoto para tus luchas”.
Bueno, primero, no puedes esperar que tu esposa y la capacidad de tener relaciones sexuales a la manera de Dios ahora van a quitar tu lujuria. No son la misma cosa. Una relación sexual con tu esposa no anulará una adicción a la pornografía. Esas son cosas muy diferentes. Así que, necesita vencer y realmente encontrar una victoria significativa sobre ese pecado y no pensar que solo la habilidad de tener sexo con tu esposa te lo quitará. Así que, persigue, persigue la victoria.
Por otro lado, tienes que tener cuidado con que probablemente todavía tendrás alguna tentación que llevarás al matrimonio. Muchos hombres y mujeres luchan a lo largo de sus vidas en esta área. Así que no se puede esperar una completa perfección, una completa falta de deseo hacia cualquier tipo de pecado sexual.
Así que, el equilibrio está en algún lugar entre estas dos cosas y ahí es donde yo veo, realmente, la importancia de recurrir a algunas parejas piadosas en la iglesia para pedirles orientación, o recurriendo a un pastor para esto mismo, y luego continuar trabajando en esto. Por lo tanto, no esperes que casarte eliminará tu problema con la lujuria. Por otro lado, no pienses que vas a conquistar completamente todo pensamiento lujurioso antes de casarte. En algún punto, hay un equilibrio que tienes que encontrar con personas mayores y más sabias y, por supuesto, orar constantemente a Dios, pidiéndole que te conceda sabiduría.
Publicado originalmente en Challies.
