Los errores del Bulverismo 

 La única razón por la que eres cristiano es porque naciste en los Estados Unidos. Si hubieras nacido en Arabia Saudita, serías un musulmán. Es posible que alguien te haya dicho algo similar. Según esa persona, sólo eres cristiano por casualidad, ya que sucedió que creciste en una cultura estadounidense que es principalmente cristiana y no musulmana. Aunque esta afirmación pueda parecer cierta, es un gran error.  Esta forma de pensar errónea se expresa de otras maneras, también. “El cristianismo es sólo una muleta para ti”, o, “Sólo crees en Dios porque deseas una figura paterna”. Puesto que has llegado a tus creencias por alguna razón sociológica o psicológica —tal es el argumento— tus creencias no son verdaderas.  Pero esta afirmación presenta un gran error. C.S. Lewis observó esta equivocación con tanta frecuencia que le inventó un nombre: Bulverismo. De hecho, él bromeaba con que había escrito una biografía acerca de una persona imaginaria llamada Ezekiel Bulver, quien era presuntamente responsable de comenzar con este error lógico.  Permíteme explicarte por lo menos tres problemas con los errores del Bulverismo. 

Primero, confunde la motivación con la justificación

No hace ninguna diferencia entre lo que motiva a una persona para llegar a una creencia. Sólo importa si la creencia es verdadera o no. Tal podría ser el caso de que seas Cristiano porque creciste en un país cuya afiliación religiosa principal es la cristiana, pero eso no significa que no haya buenas razones para creer que el cristianismo es verdad.  Si un contrincante quiere menoscabar tu fe, primero deberá demostrar por qué es falsa con razones o evidencias. Ningún descubrimiento psicológico o sociológico acerca del creyente podrá lograrlo. Tal como lo explicó C.S. Lewis en cuanto al Bulverismo:Debes demostrar que un hombre está equivocado antes de empezar a explicar por qué está equivocado. Sólo tiene sentido preguntar por qué alguien llegó a creer algo falso después de haber hecho el trabajo arduo de refutar esa creencia.  Considera la afirmación de que crees en Dios porque deseas una figura paterna. Podría ser cierto que tu verdadero padre fue terrible y abusivo, y que esto te llevó a Dios como un Padre perfecto sustituto. Pero eso no significa que no haya buenas razones para creer que Dios existe. ¿De qué manera afecta tu proceso hacia el teísmo si Dios existe o no? De ninguna. No hay ninguna diferencia entre lo que motiva a una persona a llegar a esa creencia. Sólo importa si es verdad o no. 

Segundo, la nada sigue a la afirmación

Supongamos, en pro del argumento, que sí te convertiste en cristiano (y no en musulmán) porque creciste en los Estados Unidos. ¿A qué conclusión podemos llegar de esto? A ninguna. , podría ser cierto que serías un musulmán si hubieras nacido y criado en Arabia Saudita. Pero, ¿demuestra eso que el cristianismo es falso? ¿Demuestra eso que el Islam es verdadero? De ninguna manera. No hay nada lógico después de la observación de que la gente que nace y crece en los Estados Unidos tiende a convertirse en cristiana en vez de musulmana. Puede ser algo interesante desde el punto de vista sociológico.  O considera cuando alguien dice que tu creencia cristiana es sólo una muleta. Puede ser verdad que tu adicción a la pornografía o a las drogas te llevó a confiar en Jesús como en una muletaque te sostiene cada día sin sucumbir a la tentación. ¿Qué sigue después de eso? ¿Significa eso que Jesús no existe? Si un escéptico quiere negar la existencia de Jesús, necesitará refutar la evidencia histórica de que Jesús existió, y no simplemente señalar lo que te motivó a creer en Él. 

Tercero, la misma crítica se aplica a los incrédulos

Lo que es salsa para la oca, salsa es para el ganso. Si este tipo de crítica es legítima, entonces el cristiano puede hacerle la misma acusación al ateo: “La única razón por la que eres ateo es porque deseas matar a una figura paterna. Si el ateo creció en un hogar donde el padre era ausente, emocionalmente distante o abusivo, tal vez la idea de un Padre celestial le resultaría repugnante. Él querría matar a una figura paterna, lo que le llevó al ateísmo —no por razones lógicas, sino psicológicas.  Sin embargo, el ateo protestaría contra esa afirmación, y lo haría justamente. Su condición psicológica no tiene relación con el mérito del ateísmo. Si un teísta quiere convencer del error al ateo, deberá presentar evidencias en favor del teísmo o en contra del ateísmo y no describir su motivación.  Los errores del Bulverismo destacan un aspecto desafiante de comprometer a los no cristianos de nuestra cultura: La gente no sabe cómo pensar. Tú puedes presentar un buen punto o responder a un desafío a tu fe, pero si la persona con quien estás hablando no sabe cómo evaluar un argumento, no avanzarás demasiado. No quiero decir que debes sonar transigente. Los cristianos también son culpables de cometer este error. Ya que a la gente no se le enseña lógica, a veces es necesario colocar un fundamento para el buen razonamiento antes de que alguien pueda presentar una defensa de la cosmovisión cristiana. 

Alan Shlemon

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