¿Cómo un cadáver espiritual puede llegar a ser un hombre sabio que agrade a Dios? La respuesta a esta interrogante será desarrollada a través de cuatro eslabones; tomando como referencia el pensamiento de teólogos y predicadores prominentes desde siglo diecinueve hasta la actualidad. Debo confesar que la selección de estos hombres es arbitraria y se basa en la influencia que los mismos han tenido en mi camino incipiente de construir sabiduría. Sin embargo, puedo asegurar que cada uno de ellos es digno de ser escuchado por el legado de sabiduría que han dejado.
La sabiduría según Spurgeon (1834 – 1892) y Bavinck (1854 – 1921)
Comenzando con un predicador enérgico y un teólogo docto, ambos del siglo diecinueve; podemos darnos una idea acerca del pensamiento reformado en este periodo en Europa. Ambos, Charles Spurgeon y Herman Bavinck, defendían la doctrina de la depravación total y cómo esta realidad de la muerte espiritual afecta por completo al ser humano.
Bavinck expresó que:
Aunque nuestra capacidad de pensar ha sido debilitada; y por vivir en pecado, está embotada, disminuida y algunas veces suspendida (cuando hay enfermedad mental), la capacidad de pensar en el ser humano no ha desaparecido completamente.
En relación con lo expuesto por Bavinck, Spurgeon afirmó que la doctrina de la depravación total no significa que cada ser humano llegará a ser todo lo malo que puede ser. Spurgeon lo dijo así:
No quiero decir que el pecado haya destruido ninguna de las facultades del alma del hombre, porque todas están ahí. Todo ello existe como cuando fueron producidas; pero quiero decir que el pecado ha privado al hombre del principio de la vida espiritual, y lo ha convertido en una criatura depravada y degradada.
De hecho, Bavinck, citando a Calvino, explicó que la mente humana, aunque caída, aún posee un deseo por investigar e intentar conocer lo verdadero. Es por ello, que estamos convencidos por las Escrituras y por la experiencia, que, aunque la persona natural cree y ama la mentira y detesta la luz, también es cierto, que el ser humano tiene una conciencia que le da un deseo por saber la verdad en cualquier asunto (no exclusivamente en temas espirituales), gracias a la imagen de Dios que está en él.
En el avance de esta cuestión, tanto Bavinck como Spurgeon llegaron a la misma conclusión. Nada de lo que hace el ser humano sin nacer de nuevo puede tener relevancia eterna y traer gloria a Dios. El hombre natural puede obtener mucho conocimiento intelectual, pero jamás puede obtener sabiduría que agrade a Dios.
Este buen obrar es sobrenatural, porque no procede de la naturaleza humana caída, sino que es el resultado de la obra milagrosa de Dios al salvar. Las buenas obras que proceden de nueva sabiduría divina en el hombre son el resultado inevitable que experimentará la persona que ha nacido de nuevo.
La mente sabia según Sproul (1939 – 2017) y MacArthur (1939 – vivo)
¿Cuál es la única esperanza para redimir la mente humana? La respuesta es el evangelio de Jesucristo. Clarificar el evangelio (aun entre los evangélicos), ha sido el ministerio de más de cincuenta años del pastor John MacArthur. Para este pastor estadounidense la mente redimida es un elemento fundamental del nuevo nacimiento que experimenta alguien que ha confesado sus pecados en arrepentimiento y ha creído por fe en Jesucristo. En su teología sistemática, el pastor MacArthur afirma y con razón que:
Los cristianos reciben una capacidad mental regenerada para comprender la verdad espiritual. Después necesitan reajustar su forma de pensar, principalmente mediante una renovación de la mente, usando la Biblia. El objetivo supremo consiste en tener un conocimiento pleno de Dios y de su voluntad.
Como resultado de la salvación, la mente de la persona comprende la gloria de Dios y ahora la influencia satánica en esa mente no es la de mayor prominencia. El cristiano es una persona que ha pasado de muerte a vida y ahora es una nueva criatura.
Por su parte, R. C. Sproul, teólogo y pastor contemporáneo a MacArthur y quien ya está disfrutando de la gloria con Jesucristo, dio un gran valor al intelecto como una herramienta divina, dada a los hombres para estudiar las Escrituras y conocer la mente de Dios. Su exhortación al respecto es loable:
Entonces, no seamos intelectualmente perezosos. Dios no nos dio su Palabra en un resumen de una página. El mensaje de la salvación en la Escritura es simple. Puede ser entendido hasta por un niño. Pero las profundidades y riquezas de Dios contenidas en la revelación Bíblica son tan profundas y hondas que aun la persona más brillante podría ocuparse en ellas una vida entera, y aun no podría haber sondeado las profundidades de esa revelación. Así que estamos llamados a buscar el conocimiento de Dios con toda nuestra mente para así tener un entendimiento maduro de Dios.
La sabiduría según Lloyd Jones (1899 – 1981), Packer (1926 – 2020) y Letham (1947-vivo)
Después de la regeneración, la mente humana es iluminada para discernir la sabiduría espiritual. Sin embargo, surge la pregunta ¿puede el hombre tener un conocimiento pleno de Dios?
Acudimos a lo definido por el teólogo Robert Letham, quien expresó que: “Dios es aprehensible (puede ser conocido verdaderamente), pero incomprensible (no puede ser conocido exhaustivamente, ni limitado por nuestro pensamiento)”. Según Letham, la incomprensibilidad, es un concepto importantísimo y esencial para el estudio de Dios, porque “nos alerta de nuestras limitaciones, nuestra finitud, pero al mismo tiempo nos asegura que la revelación de Dios es un fiel testimonio de lo que Dios es y lo que ha hecho”. Concluyentemente, Letham conceptualiza que aunque el cristiano puede tener un conocimiento limitado de Dios, puede estar seguro de que tiene un conocimiento veraz, si este se basa en el conocimiento de la obra y persona de Jesucristo. Por lo que, la verdadera sabiduría puede hallarse exclusivamente en el conocimiento de Cristo Jesús.
J. I. Packer manifestó que “con iglesias que tienen una idea pequeña de Dios no queda más remedio que tener pequeños cristianitos”. En este sentido vale la pena escuchar la definición de predicación que dio el médico y predicador Martyn Lloyd Jones y que hace contraste con la catastrófica situación anteriormente mencionada:
¿Qué es la predicación? ¡Lógica en llamas! ¡Razonamiento elocuente! La predicación es teología que viene a través de un hombre que está en llamas. Una verdadera comprensión y experiencia de la Verdad debe conducir a esto.
Lloyd Jones logró captar magistralmente los dos elementos fundamentales que llevan a una predicación que produce hombres sabios. Para obtener esta clase de hombres se necesita conocimiento profundo de Dios y Su Palabra. Hombres encendidos y conmovidos hasta las entrañas por la verdad.
La sabiduría según Grudem (1948 – vivo) y Beeke (1952 – vivo)
Desde el nacimiento de la iglesia, no ha existido generación alguna, en la cual no se hayan levantado enemigos de la sabiduría divina. Enemigos externos que suelen ser escépticos e internos que desprecian la sabiduría y tuercen la Escritura para su beneficio.
Ante esta situación Joel Beeke hace sonar las alarmas y le recuerda al pueblo de Dios razones poderosas de porque el pueblo de Dios debe estudiar con diligencia la sabiduría divina.
Primero, Beeke pone la base en que Dios ha decidido hablar, y si Él nos ha concedido ese privilegio, entonces en toda iglesia deben levantarse nuevos Esdras que decidan inquirir la ley de Jehová para sí mismos, para luego cumplirla y finalmente enseñarla a otros.
Segundo, si Dios ha hablado, entonces debemos escucharlo. El cristiano tiene el compromiso de prestar atención a lo que Dios ha dicho y debe hacerlo “con oídos abiertos, una mente activa y un corazón creyente”.
Tercero, si Dios ha hablado, debemos obedecerlo. Desde la óptica bíblica alguien no ha escuchado correctamente a Dios a menos que le obedezca.
Un hombre sabio no solo es el que obtiene conocimiento, sino que es aquel que sabe qué hacer con ese conocimiento. En la vida cristiana, de nada sirve tener ortodoxia si no se tiene ortopraxis. Una vida llena de conocimiento, pero sin testimonio piadoso es el modelo de los demonios.
En ese sentido Wayne Grudem ha dejado un legado valiosísimo para nuestra generación al compilar más de mil páginas en un análisis detallado sobre la ética cristiana. Hablando del propósito de su libro, Grudem comenta:
La razón básica de estudiar la ética es para conocer mejor la voluntad de Dios para nosotros… Si queremos seguir los mandamientos de Jesús, necesitamos saber que mandamientos son y como se aplican a nosotros hoy en día.
Entonces, al igual que Beeke, Grudem nos ayuda a concluir que, el cristiano no solo necesita tener la capacidad de entender la Palabra, sino que ahora tiene que procurar hacer uso de esa capacidad para entender bien y aplicar de manera precisa lo que Dios ha ordenado.
Conclusión
¿Cómo un cadáver espiritual puede llegar a ser un hombre sabio que agrade a Dios? La respuesta está en el seguimiento de cada uno de los eslabones que acabamos de observar. La mente humana está dañada por naturaleza. Necesita intervención divina para ser restaurada y tener la capacidad de comprender la verdad espiritual. Luego, cuando esa mente es renovada, puede prestar atención y conocer verdaderamente a Dios por medio del estudio diligente de la Palabra y la predicación fiel. Finalmente, el hombre que ahora escucha y con diligencia busca aplicar esta verdad a cada aspecto de su vida podrá ser considerado como un hombre sabio que agrada a Dios.