La cruz de Cristo

La muerte de Cristo en la cruz es un acto central para el cristianismo.
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La muerte de Cristo en la cruz es un acto central para el cristianismo, es interesante saber que la palabra para cruz en latín viene de la palabra “crucial”, esto es, central, importante. A los budistas no les importa mucho cómo llegó a fallecer Buda, pero para cualquier cristiano hace toda la diferencia del mundo si Jesús hubiese muerto de un ataque o paro cardiaco en la playa del mar de Galilea y no crucificado en lo alto del Gólgota. La cruz es el símbolo universal del cristianismo, incluso en un mundo donde cada vez más y más ha perdido su significado. En una investigación realizada en Australia, Alemania, India, Japón, Reino Unido y los Estados Unidos, quedó bastante claro que los símbolos o logos de McDonald`s (La M o arco dorado) y el de Shell (Una concha amarilla), eran mucho mejor conocidos que la cruz. Muchas personas cuando identifican la cruz se ofenden con ella. Hoy en día para muchos la cruz de Cristo es un motivo de ofensa, como lo fue en la época de los primeros cristianos que empezaron a hablar de ella como el camino de Dios para la salvación de los hombres. El apóstol Pablo escribió: “Porque la palabra de la cruz es necedad para los que se pierden, pero para nosotros los salvos es poder de Dios… pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, piedra de tropiezo para los judíos, y necedad para los gentiles” (1 Co. 1:18, 23). La feminista Deloris Williams es un ejemplo moderno de personas que se ofenden con la cruz en nuestros días. Ella declaró: “Creo que no necesitamos de una teoría en la cual los pecados son pagados con la muerte de alguien. Creo que no necesitamos de un tipo colgado en una cruz, sangrando y otras cosas de este tipo”. Podemos comprender la repulsión natural que las personas sienten por la cruz. La ejecución de muerte en la cruz era algo terriblemente cruel. A decir verdad, era sadismo legalizado. Probablemente fue una de las más depravadas formas de ejecución inventadas por el hombre. Nada más y nada menos era una muerte lenta por tortura. Realmente funcionaba, nunca jamás nadie en la historia sobrevivió a una muerte por crucifixión. Pero para los que creen, la cruz tiene un perfecto sentido. La salvación del hombre solamente puede ocurrir cuando la ley de Dios es satisfecha, la ley que siempre fue quebrantada por el hombre. Únicamente Dios puede perdonar; pero solamente el hombre puede pagar. Cristo verdaderamente Dios y verdaderamente hombre, se puso en el lugar del hombre, como representante de los que creen, y sufrió la pena merecida, satisfaciendo la justicia divina de Dios. Incluso los pensadores inconversos afirman una condenación merecida. El investigador C. A. Dinsmore, examinó las obras de Homero, Sófocles, Dante, Shakespeare, Milton, George Elliot, Hawthorne y Tennyson, y llegó a la siguiente conclusión: “Es un axioma universal en la vida del pensamiento religioso, donde no puede haber reconciliación sin que exista satisfacción dada a causa del pecado”  (Atonement in Literature and Life [La expiación en la literatura y la vida], republicado en 2013). Por esta razón, para los que creen, la cruz es más que un símbolo que se lleva en el cuello, o que está colgado en las paredes de la iglesia. Es el único camino de Dios para salvar a todo aquel que cree.


Este artículo fue publicado originalmente en portugués en el blog O Tempora, O Mores, traducido al español por Osmar Mendoza.

Augustus Nicodemus Lopes

Es un ministro presbiteriano, teólogo, profesor, conferenciante internacional y autor de éxito. Augustus tiene una licenciatura en teología en el Seminario Presbiteriano del Norte en Recife, Brasil, una Maestría en Teología en Nuevo Testamento de la Universidad Reformada de Potchefstroom, Sudáfrica, y un doctorado en interpretación bíblica en el Seminario Teológico de Westminster en Filadelfia. Él es también un pastor de la Primera Iglesia Presbiteriana de Recife.

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