Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. (Colosenses 3:17)
Lo anterior no deja nada fuera, dice “y todo” lo que hacéis, eso incluye las cosas dentro y fuera de la iglesia, en nuestro hogar, en nuestro trabajo, en nuestra universidad, en nuestros colegios, con nuestros vecinos, etc. Todo hay que hacerlo en el nombre del Señor, como principio general.
Luego, unos versículos más adelante (22 al 24), en su contexto nos habla específicamente sobre amos y esclavos, práctica que era muy común en esos tiempos, no obstante, el principio bíblico que se enseña ahí, se puede aplicar hoy en día a jefes y empleados:
Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios. Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís. (Colosenses 3:22-24)
- Llega temprano al trabajo. Hay trabajos que son flexibles en el horario de entrada, que eso no signifique que te relajes llegando a abusar.
- Llega temprano de vuelta del almuerzo. Hay muchos trabajos donde no se controla la hora de almuerzo, no obstante, si tienes una hora de almuerzo, no te tomes mas de una.
- Cumple con las metas o hitos que te impongan. Se que muchas veces esas metas o hitos son poco realistas. Esfuérzate por cumplirlas de igual modo.
- Si puedes hacer más de lo que te piden, hazlo.
- No pierdas el tiempo en redes sociales. Hay trabajos donde no se prohíbe el uso de éstas. Que no sea ocasión para abusar o para distraerte de tus obligaciones.
- Obedece a tus jefes, aunque no siempre tengan la razón. Por supuesto esto excluye lo que va contra la Palabra de Dios, pero obedece, Dios nos manda eso en el versículo 22.
- Comparte «prudentemente» el evangelio. Jesús nos dejó la gran comisión, de ir por el mundo y predicar el evangelio, ello debe ser parte fundamental en nuestra vida y por cierto también en el trabajo. Lo de prudente lo digo porque debes ser sabio en la manera en que lo haces, muchos pueden parecer fanáticos religiosos al hacerlo y terminar alejándolos aún más del evangelio. Otros puede que prediquen bien el evangelio, no obstante al ser un mal testimonio en su trabajo (por ejemplo con los puntos anteriores), quizás parezca hipócrita y el mensaje pierda sentido. Esfuérzate en ser un buen testimonio siempre y ser de apoyo bíblico cuando veas a alguien en problemas o en necesidad.
- Trata de ser alegre en tu trabajo. ¿Que tiene eso que ver? Pues, ¿Puedes decir que Cristo te ha cambiado y que ahora tienes gozo en Él, aún en pruebas y tribulaciones, y que te da la paz que sobrepasa todo entendimiento, si nunca estás alegre?