1. ¿Qué tipo de fundamento deberían trabajar los padres, para establecer, mientras se acercan a la instrucción bíblica?
Proverbios 22:6: “Instruye al niño en el camino que debe andar, y aun cuando sea viejo no se apartará de él”.
Es un pasaje que casi todo padre cristiano conoce. No obstante, muchas veces caemos en el error de enfocarnos en la segunda parte del pasaje (“Y aun cuando sea viejo no se apartará de él”), y la oramos como si fuera una promesa cuando realmente no lo es. Los Proverbios son literatura sapiencial más no un tratado de promesas. Habiendo descuidado este dato, lo abrazamos como una promesa y descuidamos el mandato inicial que es un consejo de sabiduría: “Instruye al niño en su camino que debe andar”.
Sabiendo cuál es nuestra responsabilidad según el consejo sabio del autor proverbial, debemos establecer el fundamento para la instrucción bíblica de los más pequeños.
“Y estas palabras que yo te mando hoy estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos” (Dt 6:6).
Sin embargo, no podemos dar lo que no tenemos, nuestros hijos no amarán la Escritura si no ven que nosotros realmente la amamos y la atesoramos.
La Palabra debe estar primero en nuestros corazones para poder acercarnos sin obstáculos a la instrucción bíblica. La Escritura en el corazón de mamá y papá es el fundamento para la alfabetización bíblica.

2. ¿Hay algunas historias o pasajes de la Biblia que aconsejarías evitar en los primeros años de un niño? ¿Cuáles y por qué? ¿Y cómo saber cuándo es apropiado incorporarlos?
¿Qué debemos enseñar a nuestros hijos? Porque ciertamente hay historias y pasajes de la Biblia que podrían representar un reto para los niños en los primeros años de vida.
Durante los primeros años de un niño, hay cosas que simplemente el niño no entiende. El infante y el niño preescolar e incluso el niño en sus primeros años escolares no puede pensar en forma abstracta, no puede diferenciar la verdad de la fantasía. Además, por lo regular, los niños en esta etapa asumen bondad en todo su alrededor, la malicia sobre las personas o los acontecimientos diarios no está en su radar. Por lo tanto, aunque tengamos la buena intención de contar las historias “difíciles” de la Biblia, muy probablemente, ellos no tengan la capacidad mental ni emocional de entenderlas porque por diseño aún no están listos para asimilarlas.
“Toda la Biblia es inspirada por Dios y útil para enseñar” (2Ti 3:6).
En lugar de evitar historias o pasajes, enseña lo esencial de la Escritura, el plan de rescate para los hijos de Dios.

3. ¿Cómo podrían los padres abordar historias donde la muerte o la violencia son un factor importante? Por ejemplo, el rey Herodes, la matanza de los bebés israelitas en Éxodo o el libro de los Jueces.
Una buena oportunidad para hablar de esta gran historia de rescate que presenta la Biblia, es la matanza de los bebés israelitas en Éxodo o el libro de los Jueces, sin irnos a los detalles morbosos.
Podemos enfocarnos en la maldad del ser humano ante el plan bueno de Dios de salvar a un pueblo. Y cómo el ser humano hace gran cantidad de atrocidades cuando está lejos de Dios. Y como Dios, a pesar de todo esto, siguió cumpliendo Su plan.
En el caso de la matanza de bebés en Éxodo, Dios mantuvo a salvo un bebé que sería Su instrumento usaría para rescatar a Su Pueblo. En el caso de Jueces, aunque es uno de los libros más oscuros de la Escritura, vemos lo que ocurre cuando cada quien hace lo que desea, sin la guía de Dios. Entonces en lugar de irnos a los detalles hablemos de cómo la falta de buscar consejo a Dios hace que las personas se hagan daño las unas a las otras.
Mientras los niños van creciendo podremos ir incorporando más detalles. No obstante, el padre o maestro debe ser muy cauteloso, debe conocer la madurez del niño antes de ser más específico.

4. ¿Cómo podrían los padres presentar historias donde la sexualidad es un tema principal?
Hay otras historias en la Biblia que presentan la sexualidad como un tema principal, tales como los relatos de Betsabé, Tamar, o incluso, la historia de la virginidad de María.
En cuanto a estos temas, podemos también usar términos generales. Recuerdo haber enseñado a mis hijos estas historias. Ellos no entendían los temas de infidelidad, adulterio, violacion, virginidad, por lo que tuve que pedir ayuda de Dios para poder enseñar lo esencial sin inventar una historia nueva.
Esto es lo que más o menos les dije:
1. Betsabé. El rey David le quitó la esposa a Urías y ella no pudo estar más con su esposo.
2. Tamar. Quiso casarse con el papá de su esposo.
3. María. Dios le iba a dar un bebé aunque ella todavía no se había casado.
Sin embargo, lo importante no es que nuestros hijos conozcan historias aisladas de la Biblia. Lo que deseamos es que vean el gran panorama bíblico. Cómo estas historias de Betsabé, Tamar y María encajan en la gran historia.

5. ¿Cómo podemos abordar historias o pasajes que tratan el problema del mal? Un niño podría preguntar, por ejemplo, “¿por qué Dios salvó a Jesús de Herodes pero no a todos los demás bebés?”.
Hasta las historias que tratan el problema del mal encajan en este gran rompecabezas de la historia de redención. El evangelio nos ayudará nuevamente a enseñar lo correcto sin perdernos en los detalles. Un niño podría preguntar: “¿Por qué Dios salvó a Jesús de Herodes pero no a todos los demás bebés?”. Como padres no podemos asustarnos con estas preguntas si las vemos a la luz del evangelio. Aquí no se trata de que Dios salvó a Jesús y no salvó a los otros bebés. El asunto aquí es que Dios salvó a Jesús y Herodes mató a los demás bebés. Debemos enfatizar una y otra vez a nuestros niños de que Dios es bueno y el hombre es pecador. Y que el propósito de Dios era que Jesús viniera al mundo a rescatar precisamente a los pecadores. El ser humano no es bueno por eso Herodes intentó interrumpir el plan de Dios, pero Dios es todopoderoso y continuó con el plan de rescatar a los pecadores preservando la vida de Jesús para que cuando creciera pudiera llevar a cabo el plan de redención.

6. ¿Cómo pueden los padres manejar las preguntas de sus hijos cuando las respuestas completas y honestas no serían amables ni apropiadas para compartir? (Por ejemplo, un niño de tres años preguntando cuándo va a morir y cómo).
En otras instancias, los niños son muy creativos con sus preguntas. Un menor podría preguntarle a su padre cuándo va a morir y cómo. Antes de los 5 años el concepto de la muerte no es algo que tengan claro. Sin embargo, como adultos, a veces queremos sacar las respuestas de nuestro propio intelecto cuando ya la Biblia nos ha dado las respuestas. Si un niño hace este tipo de preguntas, abramos la Biblia con ellos y demos la respuesta correcta a la luz de la verdad.
Pregunta: ¿Cuándo voy a morir y cómo?
Respuesta: Leamos juntos el Salmo 139:16: “Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación; todo estaba ya escrito en tu libro; todos mis días se estaban diseñando, aunque no existía uno solo de ellos”. No sé cuando vas a morir ni cómo pero Dios sí lo sabe, porque Él te creó. Todo sucederá cuando Él así lo haya determinado y sabemos que Él es bueno por lo que podemos confiar en El. ¿Estás listo? Puedes estar listo si reconoces que Dios es santo y que tú eres pecador y necesitas que Él te perdone. Si te arrepientes y crees que Cristo, Él puede salvarte.

7. ¿Cómo pueden responder los padres cuando sus hijos hacen preguntas relacionadas con la Biblia que ellos no saben cómo responder? (Preguntas sobre la Trinidad, por ejemplo).
Otro tema complicado para explicarle a un niño e incluso a un adulto puede ser la Trinidad. En cuanto a este tema puedo decir primeramente que no hacer. Por favor, evitemos explicar este concepto espiritual con ejemplos terrenales, podríamos terminar hablando herejía. La Trinidad es un tema muy complejo incluso para nosotros, los adultos. Los expertos en enseñanza bíblica de niños recomiendan no abordar temas abstractos como la salvación, el Espíritu Santo e incluso la Trinidad a edades tempranas del desarrollo intelectual de los niños. En lugar de tratar de explicar la Trinidad, debemos hablarles con la Biblia abierta acerca del carácter de Dios (Padre, Hijo y Espíritu Santo). Resaltemos Sus características y cómo estas tres personas, que son Uno, son buenas y trabajan en conjunto para la salvación de los hijos de Dios.
Preguntas como esta pueden abrir la oportunidad para que el padre reconozca delante de sus hijos que no lo sabe todo y que necesita estudiar más las Escrituras. Puede comprometerse a buscar respuestas mientras estudian juntos la Palabra de Dios.

8. ¿Cuáles son algunas maneras en que los padres pueden hacer que las historias bíblicas (tanto las aterradoras como las demás) sean parte regular de la conversación diaria, y no simplemente “la hora de la historia bíblica”?
Como padres sabemos que nuestra responsabilidad es instruirlos, así nos aconseja la misma Escritura, pero la realidad es que no es necesariamente en el contexto de un salón de clases, un discipulado formal o “la hora de la historia bíblica”. Es mucho más que eso, es algo que se debe dar naturalmente. Podría requerir un poco de creatividad e imaginación de parte del adulto. Pero lo más importante es que como dije antes, mamá y papá, deben amar la Palabra de tal manera que en su corazón haya abundancia de Ella.
El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo que es bueno; y el hombre malo, del mal tesoro saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca (Lc 6:45).
Si en nuestro corazón no abunda la Palabra, por más creativos que seamos, lo que estaremos enseñando será lo que está dominando nuestro corazón.
La misma Escritura nos da algunas ideas de cómo podemos enseñar la Palabra en el día a día.
Amarás al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza. Estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón. Las enseñarás diligentemente a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes (Dt 6:6-7).
“Cuando te sientes en tu casa”. ¿Qué haces cuando estás sentado en tu casa? ¿Mirar tu teléfono para estar al día con las redes sociales? ¿Por qué no abrimos la Biblia y reflexionemos brevemente en algún tema actual con nuestros hijos?
“Cuando andes por el camino”. ¿Qué haces cuando estás en la calle con tus hijos? ¿Estás a prisa por cumplir con toda tu agenda del día? ¿Por qué no aprovechamos esos tiempos para escuchar música que hable de la Biblia o un podcast que interese a toda la familia? O, ¿por qué no aprovechamos para memorizar un pasaje de la Escritura juntos?
“Cuando te acuestes”. ¿Qué hacemos a la hora de dormir? ¿Hay alguna rutina establecida? ¿Por qué no implementar una rutina en la que pueden reflexionar en un pasaje juntos y orar juntos?
“Cuanto te levantes”. ¿Qué haces cuando te levantas? ¿Estás a toda prisa y contra el reloj? ¿Por qué no sacas un minuto para agradecer con tus hijos por un nuevo día?
“Porque tengo presente la fe sincera que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también” (2Ti 1:5 , énfasis añadido)
Mamá y papá, todo esto que hemos compartido no será posible si tú no amas la Escritura. Necesitas la Palabra de Dios tanto como tus hijos. Ruega a Dios por una pasión por la Escritura. Una buena amiga siempre dice que esa petición será contestada porque es conforme a la voluntad de Dios.
La instrucción bíblica no es una disciplina moral, más bien, es una disciplina espiritual. Bebe de la fuente de la Palabra viva y de esa fuente brotarán ríos que impactarán a tus hijos, si es la voluntad de Dios. Sabemos que la salvación es de Él, no sabemos si nuestros esfuerzos por enseñarles la Palabra terminarán en salvación, pero al menos procuremos ser hallados fieles en nuestra responsabilidad de educarlos en el evangelio.
Que mucho más que enseñar historias a tus hijos, tu anhelo sea que conozcan al protagonista principal de esta gran historia, el Único que los puede salvar.