Echa tu carga sobre el Señor

Las cargas de la vida cumplen el buen propósito de Dios para la vida del creyente.
Foto: Envato Elements

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Gran parte de lo que experimentamos en la vida es muy pesado. Muchas de las cargas que Dios nos pide que llevemos son tan tremendamente pesadas que amenazan con aplastarnos hasta el polvo. Cargamos con el peso de nuestro propio pecado y depravación, la vergüenza de hacer el mal y el dolor de no poder hacer el bien. Cargamos con el peso del pecado y la depravación de otras personas que nos lastiman y dañan; a veces intencionalmente y a veces de manera inadvertida. Cargamos con el peso de dolores y pérdidas, de enfermedades y tristezas, de cuerpos carentes de salud y mentes débiles, de relaciones rotas y sueños destrozados. Todos tambaleamos a veces bajo el peso de todo lo que tenemos que cargar sobre nuestros hombros débiles.

Es en esos momentos cuando recurrimos a Dios buscando ayuda, es en esos momentos cuando invocamos Sus preciosas promesas para que nos sostengan y nos levanten. Una de las mejores promesas del Señor es esta: “Echa sobre el Señor tu carga, y Él te sustentará; Él nunca permitirá que el justo sea sacudido” (Sal 55:22). Cuando estamos muy agobiados, debemos hacer una sola cosa: echar. Debemos arrojar, lanzar o echar nuestras cargas sobre el Señor. Debemos pedirle que considere esas promesas y suplicarle Su ayuda. Y entonces, cerramos los ojos y oramos; o levantamos los ojos y clamamos por Su ayuda, Su asistencia, Su liberación.

Lo que queremos, sin duda alguna, es que Dios nos quite esa carga. Queremos que levante la cruz de nuestros hombros, que borre la tristeza de nuestro corazón, que quite el dolor de nuestro cuerpo, que alivie el tormento de nuestra mente, que ahuyente a nuestros enemigos. Queremos que tome esa carga y la lleve tan lejos como está el oriente del occidente, el cielo de la tierra, el Everest de las profundidades de la Fosa de las Marianas. Pero tenemos que revisar nuestras expectativas, ya que esto no es lo que Él nos promete.

La promesa de Dios no dice que Él quitará la carga de nuestros hombros, sino que nos sostendrá mientras la llevemos. La promesa de Dios no dice que Él  nos librará de lo que nos aqueja, por lo menos por ahora, sino que nos capacitará para llevar esa carga durante el tiempo que Él considere oportuno. La promesa de Dios no dice que Él quitará esa carga, sino que nos sostendrá para que no tengamos temor de tropezar o caer. Con la ayuda de Dios, no tenemos por qué temer pensando que dañaremos la obra que Él se propone hacer o que fallaremos en ser fieles hasta el final.

La promesa de Dios no dice que Él quitará la carga de nuestros hombros, sino que nos sostendrá mientras la llevemos. / Foto: Unsplash

Porque la realidad es que puede ser posible que Dios tenga propósitos para cumplir en nosotros que requieran que soportemos nuestra carga un poco más o que tenga propósitos para cumplir a través de nosotros que requieran que llevemos nuestra carga por mucho más tiempo. Gran parte de la obra que Dios lleva a cabo en este mundo es una obra que nos conduce a través del dolor, a través de las penas, a través de la persecución, a través de toda clase de valles profundos y oscuros.

Puede ser bueno y adecuado ante los ojos de Dios que la infertilidad dure mucho más de lo que deseas, esperas y oras. Es posible que Sus propósitos sean que tus oraciones por la salvación de tu cónyuge o tu hijo parezcan no tener respuesta por muchos años o décadas. Puede ser consistente con Su sabiduría que la sanidad no llegue, que la nube no se vaya, que el alivio se demore muchos meses en llegar. Puede ser que tengas que cargar con estas cosas hasta el final. Pero, de cualquier manera, puedes estar absolutamente seguro de que mientras las cargas, Dios te sostendrá. Él tiene la intención no solo de sostenerte, sino de bendecirte y hacerte un mejor creyente a través de tu obediencia fiel y persistente; Él quiere crear perseverancia a través de tu sufrimiento, y carácter a través de tu perseverancia, y esperanza a través de tu carácter, a medida que Él te transforma cada vez más a la imagen de Su Hijo (Ro 5:3-5).


Publicado originalmente en Challies.

Tim Challies

Tim Challies es uno de los blogueros cristianos más leídos en los Estados Unidos y cuyo BLOG ( challies.com ) ha publicado contenido de sana doctrina por más de 7000 días consecutivos. Tim es esposo de Aileen, padre de dos niñas adolescentes y un hijo que espera en el cielo. Adora y sirve como pastor en la Iglesia Grace Fellowship en Toronto, Ontario, donde principalmente trabaja con mentoría y discipulado.

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