Consagrar el día de reposo: ¿un mandamiento para nosotros?

¿Qué significa acordarse del día de reposo? ¿Significaba acaso que Israel no podía hacer nada en este día y ni siquiera en sus propias casas?
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De los 10 mandamientos, el cuarto es el más extenso:

Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, pero el séptimo día es día de reposo para el Señor tu Dios. No harás en él trabajo alguno, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el extranjero que está contigo. Porque en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay, y reposó en el séptimo día. Por tanto, el Señor bendijo el día de reposo y lo santificó (Ex 20:8-11). 

Este mandamiento cierra la lista de ordenanzas relacionadas con Dios, pues los demás están relacionados con el prójimo. A lo largo de la Escritura es claro que guardar el séptimo día tenía una importancia fundamental para el pueblo de Israel. 

Sin embargo, a pesar de su importancia, hay dudas comunes en torno a cómo se obedecía este mandamiento. ¿Qué significaba “acordarse” del día de reposo en los tiempos de Moisés? ¿Acaso Israel no hacía absolutamente nada durante el Sabbat? Pero las preguntas no solo tienen que ver con Israel y el pasado, sino también con nosotros hoy en la iglesia. ¿Debemos guardar el “séptimo día” de manera literal?

Para responder a estas preguntas, dividiré el estudio de este mandamiento en cuatro partes:

  • La ordenanza literal del día de reposo (8a)
  • La ordenanza espiritual del día de reposo (8b)
  • Quiénes obedecían el día de reposo (9-10)
  • El propósito del día de reposo (11)

Una vez terminemos nuestro análisis, reflexionaremos sobre su cumplimiento hoy.

El cuarto mandamiento cierra la lista de ordenanzas relacionadas con Dios, pues los demás están relacionados con el prójimo. / Foto: Jhon Montaña

1. La ordenanza literal del día de reposo (8a)

Tres palabras son clave para entender la ordenanza: “acordarse”, “guardar” y “día de reposo”.

El mandamiento es: “Acuérdate del día de reposo”. La palabra “acuérdate” significa hacer memoria o recordar. Pero llama la atención que, cuando Moisés repite estos mandamientos al pueblo en Deuteronomio 5, encontramos una pequeña variación: en lugar de decir “acuérdate del día de reposo”, dice, “guardarás el día de reposo”. “Guardar” significa cuidar, cumplir u obedecer. Finalmente, el “día de reposo” se refiere al séptimo día de la semana, en el cual el pueblo debía descansar de su trabajo o simplemente cesar sus obligaciones laborales.

De esta manera, el mandamiento tiene que ver con cuidar el descanso al final de la semana. El hecho de recordar ese día implicaba un deseo sincero de hacer una diferencia entre el momento de trabajo y el momento de descanso. Si bien Dios quería que el pueblo trabajara diligentemente durante la semana, también estableció la importancia de proteger un día para el reposo.

2. La ordenanza espiritual del día de reposo (8b)

Inmediatamente después de la ordenanza, Dios nos dice cuál es su propósito espiritual: “Acuérdate del día de reposo para santificarlo”. Cuando la Biblia habla de “santificar” se refiere a apartar, limpiar, consagrar o dedicar algo. Así, Israel debía apartar el último día de la semana para el Señor, dándole un carácter especial entre los días de la semana. Esto es enfatizado en el versículo 10: “El séptimo día es día de reposo para el Señor tu Dios”.

De esta forma, el día de reposo adquiere un significado que iba más allá del descanso. En el séptimo día, además de descansar de sus labores cotidianas realizadas durante la semana, el hombre adoraba a Dios y lo reconocía como el Dios verdadero.

El mandamiento es: “Acuérdate del día de reposo”. La palabra “acuérdate” significa hacer memoria o recordar. / Foto: Jhon Montaña

3. Quiénes guardaban el día de reposo (9-10)

El Señor también da detalles sobre quiénes y de qué forma debían guardar este día: “Seis días trabajarás y harás toda tu obra, pero el séptimo día es día de reposo para el Señor tu Dios. No harás en él trabajo alguno, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el extranjero que está contigo” (vv 9-10).

Nuevamente, es claro que el Creador ordena que el hombre cumpla con su labor específica. La palabra en hebreo que se traduce como “obra” en este pasaje no se refiere al esfuerzo en general del hombre en hacer algo, sino a un oficio concreto. Por tanto, es la voluntad de Dios que el hombre trabaje diligentemente para comer (cf. 1Ts 3:10). 

Ahora, junto con el trabajo, Dios ordena que el hombre descanse, y dicho descanso tiene un carácter nacional. Nadie debía hacer labor alguna en el séptimo día. Es tan específico este mandamiento, que aún los siervos, el ganado y los extranjeros debían guardar reposo. Nadie cumpliría con su labor cotidiana, incluyendo al carpintero, al albañil y al agricultor. Al guardar el día de reposo, el pueblo entero de Israel daba una señal de reverencia y dedicación a su Dios.

La biblia registra que en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay, y reposó en el séptimo día. / Foto: Unsplash

4. El propósito del día de reposo (11)

El Señor termina con este cuarto mandamiento dando el gran propósito del mismo: “Porque en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay, y reposó en el séptimo día. Por tanto, el Señor bendijo el día de reposo y lo santificó”. Este día es un recordatorio de hechos pasados que glorifican a Dios. Hay al menos tres eventos que son recordados.

Primero, Dios mismo ha dado ejemplo de trabajo y descanso al haber hecho la creación en seis días y haber reposado en el séptimo. El origen de este día se remonta a la creación en Génesis 2:2-3, donde encontramos prácticamente las mismas palabras del versículo 11. Así, Dios apartó el día de reposo como algo bueno y necesario para el hombre que trabaja y descansa como Él, tal como también lo dijo Jesús en Marcos 2:27: “El día de reposo se hizo para el hombre, y no el hombre para el día de reposo”. 

Segundo, este es un recordatorio de que Dios rescató a Su pueblo de la esclavitud en Egipto. En Deuteronomio 5:15 Moisés hace mención de este evento en relación con el día de reposo: “Acuérdate que fuiste esclavo en la tierra de Egipto, y que el Señor tu Dios te sacó de allí con mano fuerte y brazo extendido; por tanto, el Señor tu Dios te ha ordenado que guardes el día de reposo”. Así, este día era un momento de agradecer y adorar.

Tercero, este día daba testimonio de que Israel era la nación de Dios. En Éxodo 31:16-17 el Señor le dice a Moisés lo siguiente: “Los israelitas guardarán, pues, el día de reposo, celebrándolo por todas sus generaciones como pacto perpetuo. Es una señal entre Yo y los israelitas para siempre”. Los actos de guardar el sábado y circuncidar a los varones (Gn 17:10-14) serían distintivos de la nación escogida por Dios.

Si Israel recordaba la creación en 6 días y su liberación de Egipto, ¡al congregarnos recordamos aún más! El rescate redentor de Cristo por su pueblo y su promesa de un futuro reposo en gloria. / Foto: Jhon Montaña

El día de reposo hoy

Ya que nosotros no pretendemos obedecer cada mandamiento de la Ley del Antiguo Testamento, ¿deberíamos obedecer este mandamiento? Considero que no debemos obedecerlo literalmente, pero que sí hay varios principios que necesitamos practicar hoy. De manera rápida, quiero dar cuatro consideraciones sobre cómo se debería ver el día de reposo hoy:

  • Primero, a diferencia de los otros nueve mandamientos, este es el único que no se repite en el Nuevo Testamento. En otras palabras, no hay una ordenanza directa para nosotros de guardarlo en un sentido literal. Además, en varias de las epístolas paulinas vemos que su práctica era innecesaria para la iglesia primitiva (Ro 14:5-6; Col 2:16-17; Ga 4:9-10).

  • Segundo, ya que el día de reposo y la circuncisión mostraban la identidad de Israel como nación de Dios, también hoy damos testimonio al mundo por medio de nuestra reunión del domingo. No guardamos el sábado, el cual hablaba de la identidad de Israel, pero sí nos congregamos un día que testifica que somos pueblo de Cristo.

  • Tercero, la iglesia primitiva comenzó a reunirse el primer día de la semana para celebrar la resurrección de Cristo (Hch 20:7; Mt 28:1; Jn 20:19; 1Co 16:2).

  • Cuarto, la iglesia de los primeros siglos continuó reuniéndose los domingos para celebrar y adorar a Cristo. Si Israel recordaba que Dios había creado todo en 6 días y descansó en el séptimo, y que habían sido rescatados de Egipto, ¡nosotros tenemos mucho más que recordar! El rescate de Cristo es definitivo, por Él hemos venido a ser nuevas criaturas y en Sus promesas esperamos la Nueva Creación.

En conclusión, por la evidencia existente, no hay razón para guardar hoy el sábado en un sentido literal. Sin embargo, el principio de guardar un día de descanso y de culto a Dios es completamente necesario para nosotros hoy, incluso más que para Israel. Además, no debemos olvidar la amonestación que recibimos en el Nuevo Testamento sobre congregarnos como hermanos para edificarnos mutuamente y ayudarnos a perseverar (Col 3:16-17; Heb 10:24-25).

Douglas Torres

Douglas Torres

Graduado del seminario bíblico Río grande (Edinburg, Texas), en la actualidad cursa una maestría en teología en el seminario Teológico bautista de Venezuela. Es facilitador del Seminario Teológico Ministerial (SETEMI), prosefor del Centro de Capacitación bíblica para pastores y maestro de la iglesia bautista Nuevo Amanecer en Bocono Edo Trujillo. Está casado con Erika de Torres y juntos tienen dos hijos, Douglas Davet y Naryet Orel Torres.

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