Cristo, redentor y restaurador eterno 

Estudio biblico

Bienvenidas amadas hermanas al podcast de Iniciativas femeninas de Soldados de Jesucristo. Estamos muy emocionadas porque hoy terminamos nuestro estudio del libro de Rut. Así que iniciemos con una oración:  “Señor te damos gracias por tu amor redentor. No podemos entender tus planes a cabalidad, pero tenemos la esperanza maravillosa en Cristo que te veremos eternamente. Perdónanos por olvidar que eres Dios Todopoderoso y Supremo sobre todas las cosas, usas personas ordinarias para tu obra en el tiempo perfecto. Gracias por la misericordia de redención, gracias por escogernos y salvarnos, aun nuestras mentes no pueden comprender semejante regalo, ayúdanos a no olvidarlo y responder en obediencia a ti, así como Rut lo hizo para la gloria de tu Nombre, amén”. 

La esperanza de la restauración y redención en Cristo 

Recordemos lo que Dios ha hecho. Dios orquestando en Su Soberanía y fidelidad a Su Pacto en esta historia, que es parte de la historia de Jesús y de las nuestras. La orquestación de Dios recae en bien y transformación de Noemí, de su situación, pero aún más de su corazón.   Si te das cuenta, Dios nos usa trabajando individualmente pero también como piezas en Su plan para bendición de otros. He aquí Noemí se quedó sola con su única nuera que decidió amar a Dios y cuidarla, Rut. El libro se llama Rut, pero nos deja ver tanto la transformación de una israelita como de una extranjera, que al final ambas son redimidas y restauradas por UN pariente. 

Restauración

Leamos entonces Rut capítulo 4 versos 13-17:  “Booz tomó a Rut y ella fue su mujer, y se llegó a ella. Y el Señor hizo que concibiera, y ella dio a luz un hijo. Entonces las mujeres dijeron a Noemí: «Bendito sea el Señor que no te ha dejado hoy sin redentor; que su nombre sea célebre en Israel. Que el niño también sea para ti restaurador de tu vida y sustentador de tu vejez; porque tu nuera, que te ama y que es de más valor para ti que siete hijos, lo ha dado a luz». Entonces Noemí tomó al niño, lo puso en su regazo y se encargó de criarlo. Las mujeres vecinas le dieron un nombre y dijeron: «Le ha nacido un hijo a Noemí». Y lo llamaron Obed. Él es el padre de Isaí, padre de David.  Dios hizo fértil el vientre de Rut, así como lo hizo en Su tiempo a mujeres como Sara, Rebeca y Ana. Solo observemos que la Palabra dice: “tomó a Rut y ella fue su mujer”, ya no dice: “tomó a Rut, la moabita”. ¿Qué quiere decir esto? La restauración ha sido completada. Cuando fue desposada, se convierte en redimida. Tanto Rut fue de bendición para Noemí, como Noemí fue receptora de la bondad de Dios en Rut.   El nacimiento de este bebé es un acontecimiento de alabanza y gratitud. Nota cómo dicen las mujeres a Noemí: “Bendito sea el Señor”. Las mujeres alaban el Nombre del Autor de Vida, pero aún más nota la razón en lo que sigue: “no te ha dejado hoy sin redentor”. Y así como el propósito de la ley y de las obras de Dios para con Su Pueblo, sea para Su gloria en el nombre del nacido.   Las mujeres prosiguen diciendo sobre el niño: Él te cuide en tu vejez, restaurando el dolor de aquellos que perdiste Noemí. Ve como Dios obra que te ha dio una nuera obediente al llamado de salvación de Dios para amarte en Él incondicionalmente. Noemí, salió con las manos llenas, pero regresó con ellas vacías, pero vacías para recibir la plenitud de un redentor que le sustentaría y cuidaría.   Noemí no recibió explicación por Su sufrimiento, solo vio lo que Dios hizo en Su bondad. El amor de Rut es tan grande por Noemí que le da a su hijo para calmar el dolor de las pérdidas de ella. Una aya es como una madre, con el afecto natural de una abuela piadosa que ha residió de Dios. Las mujeres aparecen en momentos importantes en la vida de Noemí, cuando llegan a Belén, le entregan a su hijo y le ponen nombre a tan esperado bebé. Su nombre es Obed que significa: el que sirve o sirviente.  Hermanas, Dios es dador de Vida porque Él es vida. Su misericordia es infinita e incomprensible. En los momentos más difíciles Él trae vida donde parece que todo está muerto. Nota no sólo el instrumento que fue Rut para la vida de Noemí, sino las mujeres y los testigos y ancianos. Dios nos ha dado una comunidad de creyentes para acompañarnos en nuestras situaciones. Es un despliegue del Cuerpo de Cristo.   El nombre de Obed nos recuerda a nuestro pariente redentor. Jesucristo, Él nos redime y restaura a una comunión con Él lo cual se llama justificación. Él nos sostiene durante nuestra vida moldeando nuestros corazones a ver no sólo su soberanía, pero su bondad en ella, en Sus planes y propósito en el sufrimiento, eso es santificación.   Nuestra identidad está ligada a Su nombre y legado eso es ser conocidas como las que pertenecen a Cristo, es identificación. Como Obed, nuestro pariente redentor fue un siervo servidor, como bien lo dice Él de sí mismo en Mateo 20:28: “El Hijo del Hombre no vino a ser servido, sino a servir y dar su vida en pago de muchos”. 


Continúa escuchando el episodio de hoy y comparte con nosotras tus comentarios. Te recordamos que ya contamos con un correo electrónico donde nos podrás escribir de manera confidencial if@sdejesucristo.org   Estamos para servirte, Dios te bendiga. 

Susana De Cano

Susana de Cano, está casada con Sergio y tienen tres hermosos hijos. Es diaconisa de Iglesia Reforma en Guatemala, donde sirve en discipulado y consejería. Estudia una Licenciatura en Teología en Semper Reformanda y Consejería Bíblica en CCEF. Puedes leer lo que escribe de Su Salvador Jesucristo en Instagram @ella_habla_verdad, y en su blog https://medium.com/hablemos-verdad

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