Con tantas personas atrapadas en sus casas y soportando el aislamiento social, no es sorpresa que hemos visto un incremento en la iglesia de miembros que luchan con la pornografía. Una de las estrategias típicas del enemigo es tomar ventaja de los cristianos cuando están experimentando largos periodos de aislamiento y soledad. ¿Cuáles son algunas acciones sabias para poner en práctica en esta temporada de COVID-19? Considera cinco cosas.
- Toma pasos radicales: Asegúrate de cerrar de forma tajante la puerta al internet si eres vulnerable. Jesús te anima a cortar tu brazo o sacar tu ojo (Mat. 5:27-30). Sé agresivo al expulsar el pecado sexual fuera de tu vida. Si recientemente has visto algo inapropiado, has abierto una puerta y necesitas cerrarla.
- No seas pasivo en cuanto a dar cuentas: No dejes que el letargo espiritual se establezca en tu vida. No seas flojo en buscar la ayuda que necesitas. Utiliza la tecnología a tu favor. Facetime y Zoom te permiten buscar ayuda dentro de tu comunidad en Cristo. No es mejor que hacer reuniones en persona pero es mejor que nada. Ten en mente que un buen tiempo de ponerse a cuentas será honesto, frecuente y duro.
Sin honestidad será una perdida de tiempo. Arriésgate a compartir las más oscuras partes de tu corazón (Pr 24:26). Expón tus obras infructuosas de las tinieblas (Ef 5:11). Haz una decisión movida por el Espíritu para vivir en la luz (Ef 5:13). La ayuda frecuente es mejor que la infrecuente. El pecado sexual encuentra a diario maneras de arruinar tu vida. Si lo ignoras demasiado tiempo, hará un gran desastre. Necesitas ayuda constante de creyentes maduros empujándote a luchar. Conversaciones duras pueden ser incómodas. Ponerse a cuentas funciona si tu amigo pregunta cosas difíciles que exponen tu pecado. Como compañero para dar cuentas ¿estás dispuesto a hacer preguntas difíciles, incómodas y directas? “¿Te masturbaste esta semana?” “¿Le mentiste a alguien?” “¿Hay algo que me estás escondiendo?”
- Las disciplinas espirituales son cruciales para tu supervivencia: Algunos están flacos espiritualmente porque no han ingerido su dieta regular de predicación pública. Su ingesta calórica está muy por debajo de lo que debería ser. Así que sobre-compénsalo con tu estudio personal de las Escrituras. No te conformes con una lectura bíblica superficial. Tus deseos sexuales tomarán control de ti si no mantienes una ingesta alta en calorías del evangelio. Toma tiempo extra para escudriñar la Palabra de Dios. Nutrirte a diario del evangelio es vital para mantener tu fe fuerte en este tiempo tan inusual. Un corazón empapado en el evangelio tiene una mayor probabilidad de sobrevivir que uno desnutrido.
- Baja el volumen de las mentiras del pecado: “yo merezco esto”. “¿Acaso Dios no sabe que tengo necesidades?” “Dios me va a perdonar.” Mentiras, razonamientos y auto-justificaciones giran en nuestra cabeza como el ciclo de una lavadora. La ausencia de comunión constante te vuelve vulnerable (Heb 3:12-13) y, tristemente, esas mentiras proveen un incentivo para continuar en tu pecado. Arrepiéntete de esas mentiras y auto-justificaciones y contraataca subiendo el volumen de las promesas de Dios.
- Examina tu corazón: el arrepentimiento de pecados sexuales no puede ser reducido a un simple cambio de comportamiento. Arrepentimiento genuino requiere un cambio en el interior, un cambio de corazón. El trabajo en el corazón es trabajo duro. Toma tiempo escarbar hasta la médula de tu corazón y entender lo que te motiva a perseguir el pecado sexual. No es solo una cuestión de lujuria. Por ejemplo, ¿ves imágenes inapropiadas para escapar del estrés? ¿Estás buscando aprobación? ¿Acaso el aburrimiento te mete en problemas? ¿Estás buscando algún tipo de aventura en medio de tu búsqueda de una vida piadosa?