Agotamiento cristiano: cómo el sufrimiento nos lleva a estar cansados del mundo

Cuando el dolor que provoca el mundo nos lleva a estar cansados de vivir en este mundo, esperando vivir con el Señor.
Foto: Envato Elements

Agotamiento cristiano, es una frase que refiere al desencanto por el mundo por parte de los que creemos en el evangelio; la aprendí de un amigo cuando predicó en nuestra iglesia no hace mucho tiempo. Su texto fue Santiago 1:1: “Tened por sumo gozo, hermanos míos, el que os halléis en diversas pruebas”. Cuando comenzó a predicar, nos compartió algunas de las dificultades que su iglesia había enfrentado hace poco tiempo. La más reciente y dolorosa tuvo que ver con unos amigos muy queridos por ellos. Esta pareja solo tuvo una oportunidad para tener un hijo y experimentaron una muerte fetal a los ocho meses y medio, a solo dos semanas del parto. Qué tragedia. Qué dolor.

Mi amigo y esta pareja son cristianos, así que saben que el sufrimiento no es en vano, saben que no carece de propósito, saben que no carece de sentido. Pero eso no lo hace menos doloroso.

¿Por qué? ¿Por qué experimentamos tal sufrimiento? ¿Por qué Dios lo permite? Con tan solo mirar estos primeros versículos de Santiago vemos algo inesperado: las pruebas nos hacen bien. Las pruebas nos hacen bien al desarrollar madurez espiritual en nosotros, al desarrollar los rasgos de carácter más preciados. “Las pruebas no ocurren a causa de lo que has hecho, sino por lo que Dios quiere que seas”. Las pruebas producen humildad, nivelan el terreno a medida que los grandes y los pequeños experimentan por igual el dolor, el aborto espontáneo, la muerte. Las pruebas desarrollan la compasión y la dependencia en nosotros, enseñándonos a empatizar con los demás y a depender de Dios. Las pruebas nos dan valor, obligándonos a lidiar bien con lo que estábamos seguros que nunca podríamos enfrentar. La pareja que perdió a su hijo demostró todo esto cuando dijo: “No tenemos a dónde ir. Todo lo que tenemos es a Dios y Su carácter para apoyarnos en Él”. En el funeral, declararon: “Aunque la niebla no se disipará y el dolor no se irá, no nos rendiremos”. Eso es fe.

Las pruebas desarrollan la compasión y la dependencia en nosotros, enseñándonos a empatizar con los demás y a depender de Dios. / Foto: Unsplash

Las pruebas nos hacen bien al menos de una manera más: las pruebas desarrollan ese agotamiento cristiano que mencionamos antes, un agotamiento con este mundo. Al reflexionar en  todo lo que había visto y experimentado, mi amigo dijo: “En este momento odio al mundo. Lo único que ha hecho es romperme el corazón”. El mundo le había roto el corazón a él y a las personas que él ama. “Ninguno de nosotros quiere estar aquí. Queremos levantarnos en la resurrección y terminar con el dolor. Todo lo que este mundo hace es engañarte y fallarte. Promete mucho y cumple poco”.

Todo este dolor, todo este sufrimiento, todas estas pruebas lo habían agotado, y a sus seres queridos también. Estaban cansados de sufrir, cansados de gemir bajo el peso de este mundo. Estamos “afligidos en todo, pero no agobiados; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos” (2Co 4:8-9). Dentro de ellos había un creciente deseo de vivir en un tiempo, y en un lugar, donde todas las pruebas se terminen.

Eso es el agotamiento cristiano, un agotamiento que he escuchado describir a otros, un agotamiento que he comenzado a sentir por dentro. El agotamiento cristiano eleva nuestra perspectiva desde nuestros pies hacia el horizonte, desde las pruebas de este mundo a la esperanza del mundo venidero. Despierta dentro de nosotros un anhelo santo de terminar esta vida y de entrar en la vida venidera. Se enfoca en las promesas de Dios, promesas de liberación, de restitución, de paz eterna. Es un agotamiento que descansa en las promesas del evangelio, que encuentra su esperanza en el Dios del evangelio. No nada en la desesperación, sino que mira con confianza hacia el futuro. Es un cansancio que clama con los santos de todos los tiempos: “¡Ven, Señor Jesús!”.


Este artículo se publicó originalmente en Challies.

Tim Challies

Tim Challies es uno de los blogueros cristianos más leídos en los Estados Unidos y cuyo BLOG ( challies.com ) ha publicado contenido de sana doctrina por más de 7000 días consecutivos. Tim es esposo de Aileen, padre de dos niñas adolescentes y un hijo que espera en el cielo. Adora y sirve como pastor en la Iglesia Grace Fellowship en Toronto, Ontario, donde principalmente trabaja con mentoría y discipulado.

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