
La muerte y los primeros cristianos
Para los primeros cristianos, la muerte no era una tragedia, sino un tránsito hacia la eternidad. Su esperanza no se limitaba al alma: creían en
Para los primeros cristianos, la muerte no era una tragedia, sino un tránsito hacia la eternidad. Su esperanza no se limitaba al alma: creían en
Por la muerte de Cristo hay redención, por Su resurrección, esperanza, y por Su promesa, vida eterna.
Desde Noé hasta David, la Biblia nos muestra que el dominio propio se revela (y se forja, por gracia) en el calor del hogar.
Si eres un hijo de Dios, eres partícipe de la vida de Cristo y de la muerte de Cristo. Y eso es maravilloso.
La vida verdadera no consiste en comodidad, sino en ser restaurados por Cristo y vivir con esperanza eterna.
Nos preparamos para todo, menos para lo inevitable: la muerte. No es un sueño eterno ni una pausa. Es el inicio de la eternidad, con
Desde el liderazgo hasta los miembros, la humildad es el antídoto bíblico contra el orgullo que daña la obra del evangelio.
La muerte es real, inevitable y un enemigo derrotado por Cristo. Pensar en ella nos llena de esperanza, nos impulsa a vivir en piedad y
“Actuar como hombres” es más que valentía: es vigilancia, firmeza en la fe, fortaleza en la adversidad y amor en cada acción.
¿Tu esposa siente tu amor protector? Protegerla físicamente, emocionalmente y espiritualmente es una forma de reflejar el amor de Cristo.
Los libros históricos del Antiguo Testamento exponen cómo el orgullo y la humildad son factores determinantes en la relación del hombre con Dios. ¿Qué lecciones
Los libros de sabiduría ofrecen al hombre renovado un poderoso arsenal para enfrentar el orgullo y cultivar la humildad.