Cómo predicar para la revitalización de la iglesia

La revitalización de la iglesia es obra de Dios, pero comienza con un pastor quebrantado, una iglesia humilde y una predicación centrada en la misión.
Foto: Lightstock

La revitalización de la iglesia es un proceso deliberado, dedicado, prologando para revertir el declive o muerte de una iglesia.1 En este esfuerzo, el pastor desempeña un papel clave al guiar a la congregación a cumplir con su misión dada por Dios. Esta semana, consultamos con el pastor Tony Miranda para explorar cómo los pastores pueden predicar en medio de procesos de una revitalización de iglesia.

1. ¿De qué maneras puede un predicador preparar su corazón para predicar para la revitalización de la iglesia?

Un principio fundamental en la revitalización de iglesias nos dice que todo proceso de revitalización comienza con el pastor mismo. Al pensar en qué podríamos o quisiéramos cambiar de nuestras iglesias para que sean mejores, la mayoría de nosotros siempre apuntamos a otros o cómo se hacen las cosas en la iglesia, pero pocas veces nos damos cuenta de que primero somos nosotros los que debemos de cambiar. Con esto en mente, antes de compartir un mensaje a la congregación, el predicador deberá desear un renuevo personal y buscar crecer en su amor y devoción por el Señor, de otra manera no podrá guiar efectivamente a la congregación a buscar una revitalización.

Muchas veces la rutina, las tradiciones, o el exceso de trabajo hacen que los pastores y líderes caigan en una monotonía espiritual, y por ende sus iglesias pueden ver el estancamiento o falta de crecimiento como algo normal. Además, la conformidad o creer que estamos bien espiritualmente nos lleva a no experimentar nuestra comunión con Dios de manera más profunda y, lo que es peor, nos vuelven insensibles a la necesidad que tenemos de Su presencia. Para que la iglesia experimente un renuevo, este debe comenzar por sus líderes. De esta manera, otros sentirán la necesidad de ir también en esa búsqueda de Dios.

Un principio fundamental en la revitalización de iglesias nos dice que todo proceso de revitalización comienza con el pastor mismo. / Foto: Lightstock

2. ¿Qué disciplinas espirituales podría perseguir un pastor que está dirigiendo a su iglesia en un proceso de revitalización? ¿Qué virtudes podría cultivar intencionalmente?

Sin duda alguna, la oración, el ayuno y la adoración como estilo de vida son disciplinas espirituales que impulsan un renuevo espiritual. Sin embargo, de todas estas, la humildad y una disposición de quebrantamiento de corazón nos acercará más Dios en todo proceso de revitalización. Dios no avivará una iglesia que no vive en humildad. Esta humildad debe verse expresada primero ante Dios con un corazón contrito y humillado, y segundo ante los demás.

Tristemente el orgullo y la soberbia nos impiden crecer en conocimiento y amor por Dios. Muchas personas se pierden lo mejor de la comunión con Él por su orgullo y su sentido de autosuficiencia. Un corazón quebrantado siempre es necesario en la revitalización de una iglesia. No hay atajos.

La falta de perdón entre los miembros de la iglesia es un gran obstáculo en la revitalización. El deseo de tener poder y autoridad por encima de otros, lleva a la iglesia a un estancamiento y eventualmente, a un declive. El apóstol Pablo escribió que todo debe hacerse con “humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo” (Fil 2:3), este es un aspecto clave en la revitalización de la iglesia.

Además, la humildad es una virtud esencial que nos ayuda a darnos cuenta qué no estamos haciendo bien como iglesia, si creemos que estamos haciendo todo bien, entonces difícilmente podremos experimentar una revitalización.

Un corazón quebrantado siempre es necesario en la revitalización de una iglesia. / Foto: Lightstock

3. ¿Hay algún pasaje bíblico en particular que se preste a la predicación para la revitalización de la iglesia?

Hay muchos pasajes bíblicos que se pueden usar al enseñar acerca de un renuevo personal y de la revitalización de la iglesia. De hecho, toda la Escritura tiene que ver con revitalización en un aspecto u otro. El plan redentor de Dios en Cristo Jesús es revitalización, porque Él nos dio vida cuando estábamos muertos, como lo dice Su Palabra (Ef 2:1).

Recordemos que la revitalización es la obra sobrenatural de Dios que restaura la salud y la vitalidad a una iglesia estancada o en declive, y es evidenciada por las siguientes características:

1. La sumisión a la Palabra de Dios.

2. Las relaciones correctas entre los miembros de la iglesia.

3. Un compromiso renovado con el ministerio de la Gran Comisión.2

En este contexto, todo pasaje bíblico que nos hable acerca de la obediencia a Dios y a Su Palabra, la unidad y la comunión entre el cuerpo de creyentes, y las tres áreas que abordan el mandamiento de la Gran Comisión que son el discipulado, las misiones y el evangelismo, tiene que ver con la revitalización de la iglesia.

Toda la Escritura tiene que ver con revitalización en un aspecto u otro. / Foto: Lightstock

4. ¿Hay algún error o dificultad en particular que se deba evitar al predicar para la revitalización?

Debemos tener en mente que la predicación es sumamente importante en revitalización de la iglesia ya que fomenta, impulsa e inspira a la congregación hacia la revitalización. Sin embargo, la predicación por sí misma no es revitalización. La revitalización tiene que ver con un deseo del corazón de no morir, que eventualmente, nos lleve a una planeación estratégica para revertir el declive tanto personal como de iglesia.

Esto se ve, por ejemplo, en la parábola del hijo pródigo en Lucas 15:11-32. En este relato, este hijo menor que había pecado contra Dios y contra su padre al derrochar todo el trabajo de su vida, ahora se encontraba apacentando cerdos. Fue entonces cuando se dio cuenta de que estaba muriendo. Aquí, el deseo de ser renovado de este hijo menor se vio expresado al contemplar su situación y expresar: “Yo aquí perezco”, pero justo después, articular un plan para revertir su agonía: “Me levantaré, iré a mi padre y le diré, he pecado…”.

Sin duda alguna, la predicación puede ayudar a mover a la iglesia, por el poder del Espíritu Santo, en este proceso. Desde darse cuenta de la condición que enfrenta la congregación, hasta impulsar a sus miembros a cumplir la misión única dada por Dios. La revitalización es un esfuerzo colectivo de iglesia y es un proceso donde la predicación sin duda juega un papel esencial en discernir dónde estamos y hacia dónde vamos, pero el crecimiento lo produce el Señor a medida que las vidas estén rendidas y con un deseo renovado de cumplir con la misión dada por Él.


[1] Junta Norteamericana de Misiones (NAMB Revitalization Guide).

[2] Junta Norteamericana de Misiones (NAMB Revitalization Guide).

Tony Miranda

Tony Miranda es pastor, autor y maestro. Su llamado está enfocado en equipar para el ministerio a pastores y líderes laicos en Latinoamérica y los Estados Unidos. Actualmente, enseña para varias instituciones teológicas en diferentes países. Ha servido como presidente de la Convención Bautista Hispana de Texas en donde dirige el programa de revitalización de iglesias. Es graduado del Seminario de Baylor University donde completó su Maestría en Divinidades y Doctorado en Ministerio. Además, estudió en el Centro de Estudios en Israel y tiene un Ph.D. en estudios del Nuevo Testamento en Midwestern Baptist Theological Seminary. Es autor de los libros Las parábolas de Jesús en su contexto y Pasión y renuevo.

Artículos por categoría

Artículos relacionados

Artículos por autor

Artículos del mismo autor

Artículos recientes

Te recomendamos estos artículos

Siempre en contacto

Recursos en tu correo electrónico

¿Quieres recibir todo el contenido de Volvamos al evangelio en tu correo electrónico y enterarte de los proyectos en los que estamos trabajando?

.