John Bunyan, autor de El Progreso del peregrino y sin duda el más famoso de todos los puritanos, nació el 28 de noviembre de 1628 en Bedfordshire, Inglaterra. Su padre era brasero (trabajador del latón) y la intención era que su hijo se hiciera cargo del negocio familiar. Sin embargo, en 1644, cuando tenía 16 años, fallecieron su madre y su hermana. A los dos meses su padre se volvió a casar, y Bunyan no tardó en alistarse en el ejército parlamentario.
Después de dos años y medio en el ejército, Bunyan regresó a su casa para dedicarse al trabajo de calderero (un obrero metalúrgico itinerante). Al poco tiempo se casó, y su reciente esposa introdujo en la relación dos libros que Dios utilizó para convencerle de su pecado: The Plain Man’s Pathway to Heaven [El camino del hombre común al cielo] de Arthur Dent, y The Practice of Piety [La práctica de la piedad] de Lewis Bayly. Bunyan dejó de jurar, que era un vicio particular suyo, y empezó a asistir regularmente a una iglesia.
Por medio de la influencia de algunas mujeres piadosas de la iglesia, la predicación del pastor John Gifford y los escritos de Martín Lutero (especialmente su comentario sobre Gálatas), Bunyan llegó a un conocimiento verdadero y salvador de Jesucristo y en 1653, y fue bautizado.
En poco tiempo, Bunyan comenzó a predicar en círculos más pequeños, descubriendo así su don para la enseñanza. Pronto fue designado formalmente como predicador laico y comenzó a predicar con mayor regularidad. Alrededor de la misma época, publicó su primera obra, Some Gospel Truths Opened [Algunas verdades evangélicas abiertas), en oposición a la enseñanza de los cuáqueros, y así comenzó lo que sería su ministerio más fructífero y duradero: la escritura de libros.
Su primera esposa falleció en 1655 dejándole cuatro hijos, siendo la mayor de ellos Mary, la cual era ciega de nacimiento. En 1659, Bunyan contrajo matrimonio nuevamente, con Elizabeth, con quien tuvo dos hijos más.
Bunyan fue arrestado en 1660 por predicar sin licencia. Según cuenta la historia, cuando le dijeron que sería liberado si dejaba de predicar, respondió: “Si me liberan hoy, predicaré mañana”. Bunyan pasó los siguientes doce años y medio entre rejas por esta condena, sosteniendo a su familia mediante la confección de innumerables agujetas que luego vendían.
Tras su liberación de la cárcel en 1672, Bunyan asumió el papel de pastor de la congregación no conformista de Bedford, desde donde extendió su ministerio a lo largo de toda Inglaterra. Durante este tiempo se ganó el lúdico título de “Obispo Bunyan”. Durante otra breve estancia en prisión, en 1675, Bunyan escribió su obra más recordada, El Progreso del peregrino, que publicó en 1678.
En 1688, durante un viaje dedicado a la predicación en Londres, Bunyan se vio afectado por la fiebre y murió el 31 de agosto, tenía 59 años.
Contribución única
Quizás lo más notable de John Bunyan fue su inusual capacidad para predicar y enseñar. Se cuenta que el rey Carlos II le preguntó una vez a John Owen por qué escuchaba a Bunyan, un calderero sin educación, a lo que Owen respondió: “Si pudiera poseer las habilidades del calderero para predicar, por favor, su Majestad, renunciaría con gusto a todo mi aprendizaje”.
Sin embargo, sus habilidades no se limitaron a la palabra hablada, sino que fueron quizás más efectivas en lo que escribió. J. I. Packer señala que, a lo largo de sus treinta años de carrera como escritor, Bunyan publicó un total de sesenta obras. Añade que “todas ellas merecen ser leídas todavía”, aunque ninguna de ellas sea tan accesible como El Progreso del peregrino.
El increíble éxito de El Progreso del peregrino es un testimonio de la capacidad de Bunyan para enseñar, en este caso a través de una narración alegórica. Beeke y Pederson observan que, como han afirmado algunos estudiosos, “con la excepción de la Biblia y quizá de La imitación de Cristo de Thomas a Kempis, este clásico de Bunyan ha vendido más ejemplares que cualquier otro libro jamás escrito”.
Obras más importantes
Obviamente, su obra más importante, y la que todo cristiano debería al menos intentar leer, es El Progreso del peregrino. En Meet the Puritans [Conoce a los puritanos] Beeke y Pederson dicen que es “lo mejor de Bunyan y un perfecto índice pictórico de la comprensión puritana de la vida cristiana”.
Gracia abundante para el mayor de los pecadores. “Una fuente indispensable para la vida temprana y la conversión de Bunyan, este clásico autobiográfico narra su vida desde la infancia hasta su encarcelamiento en 1660”.
La guerra santa. Otra alegoría de Bunyan, considerada la segunda en calidad después de El Progreso del Peregrino. Es “más difícil de leer, pero también es más profunda en algunos puntos… porque implica varios niveles de alegoría”.
Este artículo se publicó originalmente en Challies.