Nuestros hijos y la oración, enseñándolos a orar

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Nuestros hijos y la oración||

Es bueno enseñar a nuestros hijos a orar, todos sabemos eso. Pero ¿qué hay acerca de orar en voz alta en público o en escenarios familiares? ¿Deberíamos permitir o animar eso? ¿Qué lugar tienen las oraciones por los alimentos hechas por niños que probablemente no están mostrando aún evidencias claras de conversión?

Aprecio esta pregunta porque refleja el deseo de su autor de ejercer una buena influencia en sus hijos y muestra una actitud sabia, que honra a Dios. También da un gran valor a la importancia de una genuina conversión y reconoce la realidad de que los niños –incluso los que tienen padres creyentes– han nacido en pecado y necesitan salvación. Reconoce que la oración, propiamente dicha, es un privilegio de quienes han sido salvados. Detrás de la pregunta principal reside esta otra: ¿cuándo le pedimos e incluso animamos a personas a orar si en realidad tenemos poca certeza acerca del estado de sus almas?

Por medio de animar a nuestros hijos a orar, les estamos enseñando el lenguaje, la práctica y la importancia de la oración.

Pienso que la Biblia nos da cierta guía acerca de cómo y cuándo enseñar a nuestros hijos a orar. Si bien es sabio tener discernimiento con nuestros hijos mientras crecen, y no darles una falsa sensación de seguridad si en realidad no son cristianos, no sé de ningún lugar en la Biblia en que se advierta a los padres sobre enseñar a sus hijos a orar demasiado pronto. Más bien se nos dice que les enseñemos, y esto incluye no solo palabras, sino prácticas. Animando a nuestros hijos a orar, les estamos enseñando el lenguaje, la práctica y la importancia de la oración.

John Piper responde esta pregunta, “¿Se debería enseñar a los niños a orar aún si no han hecho una profesión de fe?”, y dice:

Sí, creo que deberíamos enseñar a nuestros hijos a orar apenas sean capaces de hablar… Yo no puedo discernir cuándo un niño está siendo forjado espiritualmente por el Señor… No puedo decir con precisión cuándo su fe se vuelve auténtica y personal, y no quisiera esperar demasiado antes de comenzar a tratarlo como un creyente…

También en un sentido práctico, es correcto poner el vocabulario de la oración en la boca de un niño desde el mismo principio. De esa forma, cuando nazca su fe, él tendrá todo un vocabulario, orientación y hábitos que el Señor podrá usar… Tienes que construir las prácticas de la vida cristiana en tu hijo desde el comienzo, orando en todo tiempo para que cuando crezcan y digan lo hagan con sinceridad de corazón. Quizás lo estén haciendo aunque tengan 2 años. Tú no sabes.

Creo que es un sabio consejo, especialmente cuando dice: “orando en todo tiempo para que cuando crezcan y digan lo hagan con sinceridad de corazón”. Podemos reconocer con certeza cuando nuestros hijos estan orando como si fueran cristianos aún antes de serlo plenamente, es así. Como dije antes, la Biblia no advierte a los padres en contra de enseñar tales cosas a los niños demasiado pronto. Por otro lado, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento se les dice a los padres (especialmente papás hombres) que enseñen a sus hijos a obedecer la Palabra de Dios (lo que incluye la práctica de la oración). Considera estos pasajes:

  • «Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y diligentemente las enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes» (Dt. 6:6-7).
  • «Venid, hijos, escuchadme; os enseñaré el temor del Señor» (Sal. 34:11).
  • «Corrige a tu hijo y te dará descanso, y dará alegría a tu alma» (Pr. 29:17).
  • «Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor» (Ef. 6:4).

Los niños imitan a sus padres, y es habitual que valoren lo que ellos valoran (para bien o para mal). Considera este ejemplo y consejo del Dr. James Dobson, en su libro Cómo criar a las hijas:

Comienza a enseñar a tus hijos a orar tan tempranamente como sea posible. Mis padres y abuelos se tomaron esa responsabilidad muy seriamente. La primera palabra que aprendí a deletrear fue Jesús. Y créalo o no, comencé a intentar orar antes de aprender a hablar. Había oído a mis padres orando durante su devocional y comencé a imitar los sonidos que ellos hacían. Mi madre y mi padre estaban sorprendidos y se preguntaban cómo era eso posible para un niño de trece meses. La moraleja de esta historia es que tus hijos te están observando a ti también, y son influenciados por todo lo que haces.

Por supuesto, mientras enseñas a tus hijos a orar, también deberías enseñarles a deleitarse en Dios, honrar Su Palabra y seguir la santidad. Deberías enseñarles que han nacido en pecado y enemistad contra Dios y que la oración no les valdrá de nada si no se apropian personalmente de las promesas de Dios. Deberías enseñarles a aprovechar el gran privilegio que tienen en virtud de haber nacido en un hogar cristiano, donde oyen el evangelio. Incluso puedes advertirles de las consecuencias de rechazar este privilegio. Proverbios 28:9 dice: “Al que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominación”. Salmos 66:8 dice: “Si observo iniquidad en mi corazón, el Señor no me escuchará”. Pero solo porque algo pueda ser perseguido erróneamente, no significa que no debe ser perseguido en absoluto.

Permíteme cerrar con dos notas finales. Primero, si estás buscando un libro sobre la oración para leer con tus niños, considera la historia de R. C. Sproul The barber who wanted to pray [El barbero que quería orar]. Te enseñará algo acerca del cómo y por qué de la oración. También, presta atención a este consejo de Fred Sanders, que él comparte en The Deep things of God [Las profundidades de Dios]:

Muchos padres han decidido que deberían enseñar a sus hijos a orar a Jesús, porque Jesús es tan concreto y personal, para que sus jóvenes mentes puedan estar más enfocadas al orar. No puedo decir si esto es lo suficientemente sabio desde el punto de vista del desarrollo como para justificar una desviación sistemática de los ejemplos en las Escrituras o para eludir la lógica de la mediación trinitaria y enseñar a los niños a orar fuera de lo que es más aceptable. Si eliges enseñar a tus hijos a orar a Jesús, deberías tener un plan para cuando los introduzcas en el modelo bíblico de oración.

El modelo bíblico es, por supuesto, orar al Padre, en el nombre del Hijo, por medio del Espíritu Santo. Las oraciones del tipo “Querido Jesús”, de un niño son dulces e inocentes, pero no enteramente alineadas con el patrón bíblico Enséñales a orar al Padre, como hizo Jesús.

Artículo original del blog de Challies | Traducido por Sebastián Winkler Fogtmann

Tim Challies

Tim Challies es uno de los blogueros cristianos más leídos en los Estados Unidos y cuyo BLOG ( challies.com ) ha publicado contenido de sana doctrina por más de 7000 días consecutivos. Tim es esposo de Aileen, padre de dos niñas adolescentes y un hijo que espera en el cielo. Adora y sirve como pastor en la Iglesia Grace Fellowship en Toronto, Ontario, donde principalmente trabaja con mentoría y discipulado.

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