«Al igual que con las personas en cualquier otra profesión que brinda ayuda, a veces la motivación para entrar en el ministerio es ganar el aprecio, la atención y la aceptación que es personalmente necesaria, pero que no se está suministrando en otros lugares. A veces es el deseo inconsciente de dominar a otros y de hecho convertirse en pequeños papas, lo que es una meta fácil de lograr si uno ministra a personas inmaduras. Muchos pastores reciben mucha gratificación inconsciente por ser capaces de dirigir a la gente y ponerlos en orden. Muchos pastores después del autoexamen han descubierto que parte de su motivación original era la necesidad de ser infalible y la situación de la iglesia a menudo juega un papel que refuerza esta patología. Otro factor de motivación muy importante en algunos pastores es la presencia de una reserva reprimida y no reconocida de ira y hostilidad. En este caso el pastor probablemente se convertirá en un predicador cuyo mensaje favorito y más frecuente es fuego y azufre del infierno, pero él mismo no tendrá absolutamente ninguna conciencia de la gran satisfacción que recibe en asar su rebaño sobre las llamas del infierno.» (Basil Jackson, Psicología, Psiquiatría y el Pastor: Parte II: La madurez en el Pastor y el miembro de la iglesia, Biblioteca Sacra 135 (abril de 1975), 111-12. – (Basil Jackson, ‘Psychology, Psychiatry, and the Pastor: Part II: Maturity in the Pastor and Parishioner,’ Bibliotheca Sacra 135 (April 1975), 111-12) Sustituye aquí la palabra pastor y añade la palabra «cristiano» y tenemos un montón de preguntas cuando se trata de trabajar entre los pobres. No hay duda de que nuestro tipo de ministerio atrae a todo tipo de extraños con todo tipo de conflictos. Si estás involucrado en el ministerio en el centro de la ciudad o en zonas marginadas o en zonas barriales, entonces siempre vale la pena preguntarse: ¿Cuál es mi verdadera motivación aquí? Ahora, consideremos las palabras muy duras de Jesús a los 12 discípulos en Mateo 10: 37-39
«El que ama al padre o a la madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama al hijo o a la hija más que a mí, no es digno de mí. Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que ha hallado su vida, la perderá; y el que ha perdido su vida por mi causa, la hallará.»
Thomas Doolittle era un pastor Puritano, convertido a los 17 años bajo el ministerio de Richard Baxter y más tarde pasó a ser su pastor asistente y un tutor de Matthew Henry. Él escribió un famoso escrito titulado: «Motivos para amar a Jesús», en el que establece 28 razones por las que Cristo debe ser la fuente y el objeto de nuestro amor eterno. Nos pregunta lo siguiente:
«¿PUEDES ENCONTRAR UN OBJETO MÁS EXCELENTE PARA TU AMOR QUE NO SEA JESÚS? Si buscas a través de toda la creación, ¿podrías encontrar a alguien como él? ¿Son las riquezas, honores, placeres u otras relaciones comparables a Jesús, a quien debes amar supremamente? ¿No debería el mejor bien ser el mejor objeto de tu amor? ¿Puedes amar cosas menores, y no el bien más grande? ¿No es toda la bondad de la criatura sino como una gota en el mar, como una vela en el sol, como un grano de arena en una montaña, comparada con la bondad que hay en Jesús? Si David valiera diez mil hombres más, ¿no es Jesús, el Señor de David, mejor que todo el mundo? «(Thomas Doolittle 1630-1707)
Si queremos servir al Señor Jesucristo en un ministerio de hogares marginados, entonces debemos hacerlo porque amamos a Jesús en primer lugar. Si no podemos poner a Jesús por encima de todo en nuestra vida, entonces no lo haremos, porque los sacrificios necesarios para que funcione un ministerio en un barrio marginado son enormes. La gloria de Dios en Cristo debe ser nuestro objetivo final. Debemos tener nuestras raíces firmemente plantadas en el glorioso evangelio del Señor Jesucristo. Cualquier otro motivo, aunque loable, se prestará a futuros problemas. Mudarse a una zona marginada por «amor a la gente» no nos sustentará cuando alguien incendie deliberadamente nuestro coche, intente asaltarnos o arroje botellas de orina a través de las puertas de la iglesia. Recuerden, amamos a Dios porque Él nos amó primero y amamos a la gente porque Él nos amó primero. Cuando nos sentamos con la cabeza en nuestras manos, preguntándonos por qué estamos aquí (y lo haremos si nos quedamos el tiempo suficiente) será por este amor de Dios que nos permitirá perseverar. Un barrio de viviendas marginadas no es un lugar para venir y elevar nuestra autoestima. Es tan fácil convertir nuestro ministerio y personas necesitadas en un ídolo cuando en realidad es Jesús quien está buscando nuestra atención y afectos. La pregunta más importante que se debe responder al entrevistar a alguien para este ministerio no es «¿Cuán calificado eres?» Sino, «¿Estás profundamente enamorado de Jesucristo?» ¿Podemos leer y aplicar Mateo 10 sin tratar de diluirlo? ¿Nuestra familia sabe que esto es cierto? Jesús nos está pidiendo que revisemos cada cosa preciosa en nuestra vida y Él nos pide que estemos preparados para renunciar a ellas. Muchas personas saltarán sobre la palabra «preparados» y dirán: «Sí, estoy preparado» hasta que llegue el momento. Muchos de nosotros diríamos que estábamos dispuestos a ofrecer a nuestro pequeño Isaac en el altar de Dios y, sin embargo, la realidad es que la mayoría de nosotros estaría luchando por ofrecer incluso su coche o una habitación de su casa o alguna otra posesión material irrelevante en amor y devoción al Dios Todopoderoso. Deja todo lo que tienes; vende tus posesiones preciadas, deja a tus padres enfermos, tu iglesia agradable, tus amigos y muda a tu familia a los barrios marginados para llevar un mensaje que nadie quiere oír, trabajando duro, en un terreno duro, con poco o ningún fruto tangible . ¿Cómo se ve Mateo 10 ahora? Incluso antes de llegar a esa frase, muchos de ustedes ya estarán molestos con el tono radical, exagerado, fundamentalista y literal del último párrafo. Por tanto, no me malinterpreten. No estoy diciendo que este es un ministerio para todos. Pero, independientemente de tu estilo de vida e independientemente de tu cultura, Mateo 10 se erige como un principio universal. Amar a Jesús nos llevará a ritmos duros, tanto geográficamente (para algunos) y espiritualmente (para todos los que lo toman en serio). Nosotros, particularmente de Occidente, somos el «joven rico», razón por la cual tantos de nosotros sacudimos nuestras cabezas y nos marchamos tristes y/o irritados por este tipo de enseñanza.
«Y todo el que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos o tierras por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.» (Mateo 19:29
Una publicación del ministerio 20Schemes.com | Traducido con permiso por Ricardo Daglio La misión de 20Schemes es ayudar a construir iglesias sanas y centradas en el evangelio para las comunidades marginadas de Escocia (llamadas “schemes” en inglés).