¿Quién no ha tenido una visión sobre una futura iglesia comenzando desde cero? El mismo apóstol Pablo al compartir parte de su ministerio le dijo al rey Agripa: “Por consiguiente, oh rey Agripa, no fui desobediente a la visión celestial” (Hch. 26:19). Justin Burkholder pareciera leer el pensamiento de sus prospectivos lectores puesto que lo que encuentras hojeando la primera página del libro es la palabra: visión. ¿Cómo ha de prepararse y qué precauciones ha de tomar una iglesia para extenderse y transformarse en una iglesia madre de otras iglesias?
Contenido
El contenido del libro se resume en cuatro grandes temas sobre la plantación de una iglesia:
- VISIÓN de una plantación.
- SELECCIÓN del equipo plantador.
- PREPARACIÓN del equipo plantador.
- EJECUCIÓN de la obra.
Encuentro que el libro está perfectamente organizado, no solamente para poder leerlo sin perder el hilo del argumento, sino también para que sirva como un futuro manual de consulta en consejos para una nueva obra. No es una organización que se enfoca en dar definiciones que sean fáciles de recordar sino en un contenido con nutritivo fundamento bíblico para cada sección. Lo más destacado, en particular, es el hecho de que el autor escribe desde la perspectiva latinoamericana y con lectores latinoamericanos en su mente pero aplicando los principios bíblicos a la problemática local dando por sentado que la Biblia continúa siendo la autoridad final sobre cómo se planta y cómo se sustenta una iglesia. Es decir que no se toma el modelo de otras culturas para presentarlo como la manera en que deben hacerse las cosas. Especialmente necesario es esto en el mundo hispano de América Latina en donde lamentablemente abundan los grupos que, separándose de alguna iglesia local, se auto convocan en un lugar, con unos cuantos bancos, un púlpito y algún instrumento musical; una persona que maneje algo de la Biblia, y esto será suficiente para que crean que son una iglesia nueva; o como lo dice el mismo autor, “plantar una iglesia se convierte simplemente en el producto de un capricho para no ‘perder’ la batalla con la iglesia anterior… [y] si llega a crecer, escucharemos a los líderes justificándose al decir que todo sucedió porque era la voluntad del Señor que esa iglesia naciera” (p. 16).
Visión de una plantación
Una vez que el libro nos ha presentado suficiente información sobre la mala praxis en la plantación de iglesias acompañada de variados ejemplos, entonces comienza a poner los fundamentos para que nos orientemos bíblicamente. Burkholder define a la plantación de iglesias de esta manera: “Plantamos iglesias cuando somos enviados con el fin de reunir a una familia local de creyentes, formada por el evangelio, encabezada por Cristo, que tiene una visión misionera para su barrio, comunidad o ciudad” (p. 17). En otra clara definición nos dice: “La iglesia es nuestra identidad, no nuestra actividad. Es lo que somos, no lo que hacemos. La iglesia es, en primer lugar, relacional” (p. 28). Este principio se desarrolla con abundante base bíblica que va desde la caída en Génesis 3, pasando por la obra de Cristo en la cruz y llegando hasta el mismo libro de Hechos. El evangelio es central en la comprensión de la plantación de iglesias; no solamente como un mensaje de salvación sino como una forma de vida. Otra característica encomiable del libro es el énfasis que hace en la actitud de una iglesia madre para enviar lo mejor que tiene para la plantación de una iglesia. La multiplicación nunca deja de ser el eje en el libro, el cumplimiento efectivo de la Gran Comisión; en contraste con el auge egoísta de iglesias que se concentran en lo que sucede dentro de su entorno y actividades con la mirada puesta en el crecimiento numérico de la congregación y transformándose en una “proveedora de eventos” y “entretenimientos espirituales” (pp. 52-53) en lugar de apuntar a la extensión del reino de los cielos por medio de enviar nuevos obreros calificados bíblicamente. “La buena mayordomía de la iglesia de Cristo se enfoca en la multiplicación bíblica” (p. 66). Es mayor la ganancia en dar que en recibir, y esto se aplica también a nuestra filosofía de plantación de iglesias.
Selección del Equipo Plantador
En Sobre la Roca, no solamente se enfatiza la importancia de plantar sino también lo imperativo de hacerlo a través de las personas calificadas bíblicamente. Para esto se nos vuelve a recordar que la Biblia sigue siendo también la autoridad final por medio de la cual se define quién puede y quién no puede ser un plantador o formar parte de un equipo plantador. Es importante recalcarlo ya que no solamente no se puede iniciar una iglesia al gusto de cada uno, sino que tampoco la puede plantar cualquiera que crea o tenga ganas de hacerlo, sino hombres calificados, hombres capaces, hombres de equipo y por sobre todo, hombres llamados.
Preparación del Equipo Plantador
Otro aspecto para destacar de este libro es el lugar que se le da a la tarea de calcular el costo de la plantación de una iglesia. Esto tiene que ver con lo que le costará al pastor plantador, lo cual incluye preparación personal, preparación teológica, preparación emocional, preparación física, preparación organizacional y preparación económica. También se destaca el marcado énfasis en la formación de un equipo plantador saludable que podrá formar una iglesia saludable. La preparación es importante para muchas áreas de la vida (casarnos, tener hijos, trabajos) y para la plantación de iglesia no lo es menos importante. El equipo no solamente debe estar formado bajo paradigmas bíblicos sino también debe funcionar bajo la misma premisa, es decir que los métodos que usamos, son los métodos que predicamos, tanto para el evangelismo como la para la vida en comunidad.
Ejecución de la Plantación
La recta final del libro se concentra en tener en claro una buena planificación de ejecución, es decir, la parte práctica pero que tiene diferentes matices conforme al lugar donde se lleve a cabo la plantación. Una vez que el fundamento bíblico ha quedado claro, el resto se desarrolla de maneras diferentes conforme las circunstancias lo requieran. Sin embargo, otro aspecto a tener en cuenta es establecer claramente cuál es la misión de la iglesia naciente. Para esto, Burkholder nos recomienda el uso del acrónimo “CITA” (pp. 214-215). Una filosofía de ministerio debe ser expresada de manera corta (que se recuerda con facilidad), debe ser inolvidable (ágil, inteligente y que llame la atención), con un texto bíblico (la Biblia es el fundamento para todo lo que hacemos) y, finalmente, debe animar (algo que motive y desafíe a la gente).
Conclusión
El libro finaliza enfocándose en la importancia del proceso normal de madurez dentro de la iglesia plantada, recordándonos que siempre habrá diferentes etapas de madurez en las personas que la componen de manera que llegar a ser una iglesia madura requiere tiempo, no es de la noche a la mañana; o como lo dice el autor, “desarrollar una iglesia plantada es una maratón. Cuando comenzamos con las reuniones dominicales, la plantación no ha terminado, sino que apenas ha comenzado” (p. 307). Para esto, el proceso que se inicia, es el proceso que se repite una y otra vez y cada nuevo plantador y equipo plantador buscará en oración dedicarse a hacer discípulos con el fin de enviarlos a plantar nuevas iglesias. Estoy seguro de que la lectura de este libro animará a muchos que están orando por abrir nuevas obras, ayudará a otros que ya han comenzado y puede que también haga desistir a quienes creían que Dios los había llamado a una tarea para la que no están calificados. También recomiendo esta obra a líderes y pastores de iglesias que no tienen en su radar la plantación de iglesias. Este libro les llevará a considerar seriamente honrar a Dios invirtiendo su gente y recursos en nuevas obras. Este es un libro que, en resumidas cuentas, transmite constantemente la idea de que Cristo es el Señor y la Roca donde la iglesia se fundamenta y se sostiene, una verdad que no podemos cometer el pecado de ignorar. Si deseas, puedes adquirir este libro en Amazon: