Hace algún tiempo leí una columna de consejos que respondía a una mujer que se había desilusionado de su marido y se había enamorado de otra persona. Y mientras lo leía pensé: “Estoy bastante seguro de que así es exactamente como aconsejaría Satanás si se lo pidieran”. Eso me hizo pensar en cómo Satanás podría funcionar como consejero matrimonial y también cómo podría funcionar como experto en crianza de los hijos. Con ese fin…
Si Satanás escribiera un libro sobre la crianza de los hijos, insistiría en que los hijos son, ante todo, una elección de estilo de vida, una especie de accesorio de la vida que algunas personas pueden elegir y otras, rechazar según sus propios deseos. Insistiría en que no hay ningún bien intrínseco en tener hijos y que a Dios no le importa mucho si las parejas casadas deciden tenerlos o no. Le gustaría que se encogieran de hombros tachando de extraños o anticuados los pasajes de las Escrituras que dicen cosas como que “los hijos son herencia del Señor, el fruto del vientre una recompensa” (Sal 127:3) o el Mandato de la Creación que dice: “Sed fecundos y multiplicaos y llenad la tierra y sojuzgadla” (Gn 1:28). “No importa lo que Dios quiere”, diría. “Lo que importa es lo que tú quieras”.
Si Satanás escribiera un libro sobre la crianza de los hijos, le gustaría que las personas que tienen hijos se sintieran superiores a las que quieren tenerlos, pero no pueden. Le gustaría que los que no pueden tener hijos sintieran que Dios de alguna manera se opone a ellos o los está castigando, y que creyeran que se están perdiendo algo esencial para una vida buena que honra a Dios. Le gustaría que esas personas se sintieran desdichadas mientras los demás los consideran objetos de compasión o que sientan que no tienen el favor de Dios.
Si Satanás escribiera un libro sobre la crianza de los hijos, a él le gustaría que la gente considerara a los hijos, sobre todo, como una molestia, como una elección que tiende a obstaculizar la felicidad tanto como a mejorarla o amplificarla. Le gustaría que los padres pensaran más sobre el costo económico, el costo de un estilo de vida libre y cómodo, o en el costo del progreso profesional. Le gustaría que las parejas temieran a hijos incluso más de lo que los desean.
Si Satanás escribiera un libro sobre la crianza de los hijos, le gustaría que los padres que no consideran a los hijos como una molestia los consideraran como el objetivo y el propósito de la vida, que los trataran como pequeños dioses. Le gustaría que los padres formaran toda su identidad en torno a sus hijos y que fueran cautivos de ellos de una manera idólatra.
Si Satanás escribiera un libro sobre la crianza de los hijos, seguro que diría a sus lectores que la población mundial es un problema, y que la tierra está sufriendo a causa de la cantidad de seres humanos que la habitan. Por lo tanto, la humanidad debería hacer todo lo posible por reducir la natalidad y tener familias más pequeñas en lugar de más numerosas. Le gustaría que la gente dudara en tener hijos, y que sintieran culpa y remordimiento en caso de que decidieran tenerlos. “Las personas más responsables deciden no procrear”, diría. “Tienen que pensar en este planeta tambaleante”.
Si Satanás escribiera un libro sobre la crianza de los hijos, le gustaría que los padres creyeran que no hay grandes beneficios en criar a los hijos en el contexto de una familia, y mucho menos de una familia tradicional formada por un hombre casado con una mujer, unidos en un pacto de por vida. Insistiría en que los niños pueden concebirse y nacer de cualquier manera, con cualquier combinación de personas y por cualquier motivo.
Si Satanás escribiera un libro sobre la crianza de los hijos, le gustaría que los padres pensaran que el vínculo genético entre los padres y sus hijos es tan importante que ni siquiera deberían considerar la adopción. A satanás le gustaría que consideraran a los hijos biológicos intrínsecamente superiores a los hijos adoptados. Le encantaría oír a la gente decir que la adopción es demasiado peligrosa, demasiado incierta y demasiado perturbadora como para siquiera considerarlo.
Si Satanás escribiera un libro sobre la crianza de los hijos, le gustaría que los padres creyeran que la rebeldía de sus hijos es simple, sin pecado e inconsecuente. Le gustaría que los padres creyeran tácitamente que los niños nacen en un estado de inocencia más que de pecaminosidad, y que los padres no deberían expresar gran preocupación cuando sus hijos los desafían, se rebelan contra ellos y actúan en su contra. Al fin y al cabo, “los niños serán niños”.
Si Satanás escribiera un libro sobre crianza de los hijos, le gustaría que los padres creyeran que es mejor abstenerse de disciplinar a sus hijos. Aunque la Biblia diga: “Corrige a tu hijo, y te dará descanso; dará alegría a tu alma” (Pro 29:17), Satanás insistiría en que los niños no necesitan disciplina consistente. Por el contrario, insistiría en que la disciplina constante los lastimaría, los dañaría o posiblemente incluso los destruiría. Insistiría en que cualquier disciplina, y especialmente la disciplina física, equivale a abuso.
Si Satanás escribiera un libro sobre la crianza de los hijos, le gustaría que creyeras que, si decides disciplinar a tus hijos, lo mejor es sacar músculo y darles una buena paliza. Él desearía que pensaras que ellos responden mejor al miedo de tu furia. A él le gustaría que dejaras de lado el autocontrol en tu disciplina y que les pegaras fuerte, que les pegaras con frecuencia y que les pegaras sin piedad. No le gustaría que consideraras la contradicción de que no debes disciplinarlos, sino que, cuando lo hagas, deberás disciplinarlos abusivamente.
Si Satanás escribiera un libro sobre la crianza de los hijos, le gustaría que los criaran siguiendo estrictamente la ley en lugar del evangelio, con reglas estrictas en lugar de la gracia gratuita. Le gustaría que los padres los disciplinaran físicamente y luego los abandonaran en su dolor y miseria, mientras se preguntan cómo pueden ganarse de nuevo el favor de sus padres. A él nunca le gustaría que las consecuencias de su pecado llevaran a un diálogo sobre el don de la gracia perdonadora de Dios a través de Cristo.
Si Satanás escribiera un libro sobre la crianza de los hijos, le gustaría que la gente creyera que es tarea de los hijos enseñar a sus padres más de lo que es tarea de los padres enseñar a sus hijos. Él ha presentado hábilmente en una gran cantidad de programas y películas modernas que los niños, en virtud de su inocencia juvenil y su mayor capacidad para comprender el mundo moderno, tienen sabiduría de la que carecen sus padres. Los padres, después de todo, están cansados por sus muchos años y sus anticuadas experiencias. Deberían escuchar humildemente a sus hijos y dejarse enseñar por ellos, en lugar de lo contrario.
Si Satanás escribiera un libro sobre la crianza de los hijos, le gustaría que los padres supieran que deben dar prioridad a sus hijos antes que a su matrimonio. A él le gustaría que los padres prefirieran a sus hijos en lugar de preferirse el uno al otro, que orientaran sus vidas alrededor de sus hijos, en lugar de alrededor de su matrimonio. Para él lo ideal sería poner a un marido en contra de su mujer y a una mujer en contra de su marido en la crianza de los hijos y en todas sus actividades.
Si Satanás escribiera un libro sobre la crianza de los hijos, le gustaría que los padres creyeran que hay que mantener a los hijos constantemente ocupados, y que prosperan mejor cuando están inscritos en todos los cursos extracurriculares y participan en todos los equipos. También le gustaría que toda esta actividad dominara el tiempo y la atención de la familia. Insistiría en que lo mejor es que la familia llegue al final de la semana y se derrumbe de cansancio por todo lo que ha hecho.
Si Satanás escribiera un libro sobre la crianza de los hijos, le gustaría que los padres priorizaran la participación en deportes y actividades por encima de la participación en la iglesia local. La iglesia debería ocupar el segundo o tercer lugar en su lista de prioridades. “Hay tiempo para eso más adelante en la vida; en esta etapa es mejor sumergirlos en actividades y experiencias. Y, si están agotados y necesitan un día de descanso, que descansen en casa el domingo”.
Si Satanás escribiera un libro sobre la crianza de los hijos, le gustaría que la gente creyera que los niños son criaturas sexuales que necesitan que su sexualidad despierte a una edad muy temprana. Deberían ver muchas cosas, tener muchas experiencias y considerar muchas opciones y alternativas. Le encantaría y alabaría un término como “género asignado al nacer”. “Que vean todo tipo de expresiones de género y sexualidad, que se pregunten quiénes son y cómo les gustaría expresarse. Que lo hagan a la edad más temprana posible”.
Si Satanás escribiera un libro sobre la crianza de los hijos, prescribiría que los padres den a sus hijos acceso temprano y sin restricciones a dispositivos electrónicos y plataformas de redes sociales. “Que usen TikTok. Que naveguen por Instagram. Que se pasen el día en Reddit. No les pasará nada”.
Si Satanás escribiera un libro sobre la crianza de los hijos, le gustaría que la gente creyera que los niños pertenecen a la sociedad tanto como a los padres, y que el gobierno debería tener más voz en su crianza que sus propios padres. Le encantaría que la sociedad considerara a la familia como un obstáculo o incluso un peligro para la libertad de expresión del niño. “Que sean quienes quieran y lo que quieran en la escuela, y que nunca se lo digan a los padres”.
Si Satanás escribiera un libro sobre la crianza de los hijos, le gustaría que los padres se avergonzaran un poco de su fe en Jesucristo, que pensaran que es mejor que los padres no críen realmente a sus hijos en “la disciplina y la instrucción del Señor”, sino que les ayuden a mantener abiertas sus opciones. “No hagas hincapié en los devocionales familiares porque eso podría alejarlos de la fe; no les leas la Biblia antes de acostarse porque pensarán que eres un fanático; no insistas en que participen en la vida de la iglesia porque algún día se rebelarán contra todo”.
Ahora que lo pienso, al observar el mundo que me rodea, no puedo evitar preguntarme si Satanás ya ha escrito un libro sobre la crianza de los hijos, porque parece que muchos obedecen sus instrucciones y siguen sus consejos…
Este artículo se publicó originalmente en Challies.