Bienvenidas al Podcast mujeres en Su Palabra, parte de las Iniciativas Femeninas de Soldados de Jesucristo. Les saluda Liliana Llambés misionera junto a mi esposo en México. Continuamos con el estudio de Rut como lo hemos estado haciendo junto a otras hermanas. Hoy estaremos estudiando Rut 2:14-23 Pero antes de comenzar a estudiar y meditar la Palabra te invito que nos presentemos ante el Señor en oración.
Oración
Padre Celestial gracias por ser nuestro Padre, por enviar a tu Hijo a morir, un justo por unas injustas para gozar del perdón de nuestros pecados y la inmensa bendición de esperar el día glorioso cuando estemos junto a ti hasta la eternidad. Gracias por la Palabra en nuestro idioma y por poder estudiarla por este medio junto a otras hermanas. “¿Cómo puedo conocer todos los pecados escondidos en mi corazón? Límpiame de estas faltas ocultas. Libra a tu sierva de pecar intencionalmente. No permitas que estos pecados me controlen. Entonces estaré libre de culpa y seré inocente de grandes pecados. Que las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón sean de tu agrado oh, Señor, mi roca y mi redentor” (Sal.19:12-14 NTV). Te rogamos “Danos entendimiento y obedeceré tus enseñanzas; las pondré en práctica con todo mi corazón” (Sal. 119:33-34). Orando la Palabra. Leamos Rut: 2:14-23 “Y a la hora de comer Booz le dijo: Ven acá para que comas del pan y mojes tu pedazo de pan en el vinagre. Así pues, ella se sentó junto a los segadores; y él le sirvió grano tostado, y ella comió hasta saciarse y aún le sobró. Cuando ella se levantó para espigar, Booz ordenó a sus siervos, diciendo: Dejadla espigar aun entre las gavillas y no la avergoncéis. También sacaréis a propósito para ella un poco de grano de los manojos y lo dejaréis para que ella lo recoja, y no la reprendáis. Y ella espigó en el campo hasta el anochecer, y desgranó lo que había espigado y fue como un efa de cebada. Y lo tomó y fue a la ciudad, y su suegra vio lo que había recogido. Y sacó también lo que le había sobrado después de haberse saciado y se lo dio a Noemí. Entonces su suegra le dijo: ¿Dónde espigaste y dónde trabajaste hoy? Bendito sea aquel que se fijó en ti. Y ella informó a su suegra con quién había trabajado, y dijo: El hombre con el que trabajé hoy se llama Booz. Y Noemí dijo a su nuera: Sea él bendito del SEÑOR, porque no ha rehusado su bondad ni a los vivos ni a los muertos. Le dijo también Noemí: El hombre es nuestro pariente; es uno de nuestros parientes más cercanos. Entonces Rut la moabita dijo: Además, él me dijo: «Debes estar cerca de mis siervos hasta que hayan terminado toda mi cosecha.» Y Noemí dijo a Rut su nuera: Es bueno, hija mía, que salgas con sus criadas, no sea que en otro campo te maltraten. Y ella se quedó cerca de las criadas de Booz espigando hasta que se acabó la cosecha de cebada y de trigo. Y vivía con su suegra”. Primero, vamos a enfocarnos en el contexto para entender lo que El Señor a orquestado en Rut 2:14-23. Al regresar Noemí a Belén junto a Rut, su nuera, la cual se convirtió de la idolatría de dioses a adorar al único Dios verdadero por medio de la fe; ella ingreso al pacto de la gracia. En Belén residía un pariente del marido de Noemí, un hombre de la familia de Elimelec, y su nombre era Booz. Rut le pide permiso a su suegra Noemí que la deje ir a recoger las espigas, con la fe que hallaría gracia ante los ojos de él. Cuando llego Booz donde el mayordomo de las tierras, le pregunto inmediatamente quién era Rut. Y le contaron que era nuera de Noemí. Le dio órdenes al mayordomo de que la dejara recoger espigas en su campo. Booz también habló directamente a Rut y le aconsejó para que no se fuera a otro campo, que estuviera al lado de sus criadas y ordenó a los criados que no la molestaran y fuera alimentada. Es importante que recordemos el capítulo 2:10b “Ella bajó su rostro, se postró en tierra y le dijo: ¿Por qué he hallado gracia ante tus ojos para que te fijes en mí, siendo yo extranjera? Ella estaba sorprendida del trato que había tenido Booz un hombre rico, dueño del campo, pero sobre todo era un hombre de fe, por lo tanto, temeroso de Dios. Booz al saber lo que había hecho Rut con su suegra, cómo había dejado todo, familia, tierra, él por lo tanto comprendía que seguía a su mismo Dios, Le expresa que Dios le recompense su obra y su remuneración sea cumplida departe del Dios de Israel, donde ha hallado protección en las Alas del redentor. “Que el Señor recompense tu obra y que tu remuneración sea completa de parte del Señor, Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte” (Rut 2:12) Es importante que podamos ver el contexto de los primeros 13 versículos del capítulo 2. Aquí vemos cómo Rut pidió y escuchó el consejo de la que consideraba una hermana mayor en la fe, y Noemí siendo su suegra amada, la aconsejaba y protegía porque las unía El Señor. El mundo ha enseñado que estas relaciones de suegra y nuera son malas, se hacen hasta bromas de mal gusto y si son de diferentes nacionalidades o regiones es peor. Pero, nosotras tenemos un ejemplo hermoso en la Palabra sobre Noemí y Rut del trato que ellas se dieron al ser redimidas en el Señor. Esto iba por encima de cualquier diferencia de lugar donde habían nacido, parentesco, circunstancia. Así que seamos mujeres temerosas y obedientes al Señor para poder reflejar lo que Él nos exhorta en Su Palabra, pues somos embajadoras de Cristo y ciudadanas del cielo. Continúa escuchando el episodio de hoy en voz de nuestra querida Liliana Llambés.