PRESENTADOR:
Las creencias fundamentales y las prácticas arraigadas del catolicismo romano preocuparon profundamente a los reformadores hace más de quinientos años. Esas mismas preocupaciones siguen sin desaparecer para los protestantes contemporáneos hoy en día. Todavía vemos problemas en las enseñanzas del papa e incluso en la versión más actualizada a la fecha del catecismo oficial de la Iglesia Católica Romana. Todo ello nos lleva a preguntarnos si un católico romano devoto puede ser salvo de verdad. La pregunta de hoy viene de un oyente llamado Jimmy.
“Hola, pastor John. Hace poco falleció un buen amigo mío. Era un gran hombre, un buen amigo, un mentor para muchos jóvenes como yo, y un devoto católico romano. Mis preguntas para usted son las siguientes: ¿veré a mi amigo en el cielo? ¿O sus puntos de vista teológicos hacen que eso sea imposible? ¿Puedo experimentar legítimamente las palabras de Pablo “entristecidos, pero siempre gozosos”, o mi amigo era simplemente un esposo devoto, un amigo maravilloso y un buen hombre? En otras palabras, ¿cree usted que los católicos romanos devotos pueden ser cristianos auténticos?”.
JOHN PIPER:
Siete preocupaciones
Antes de responder a esa pregunta específica, permíteme exponer de nuevo las razones por las que deberíamos estar seriamente preocupados por la doctrina católica romana. En numerosos niveles, su postura contraria a las Escrituras produce un tipo de religión que, me temo, ha llevado a muchas personas por mal camino, incluso a la destrucción.
No quiero decir que el catolicismo romano sea el único con ese tipo de enseñanza engañosa. Hay muchas marcas de la llamada “tradición cristiana” que han dañado a la gente por los errores que representan.
Permíteme dar siete ejemplos de lo que me preocupa acerca de la enseñanza católica romana. Creo que debemos estar muy preocupados por estas enseñanzas y mantenernos alejados de ellas.
1. Tradición versus Escritura
Primero, debe preocuparnos que la Iglesia Católica Romana eleve la autoridad del papa y de los concilios de la Iglesia (cuando hablan en su capacidad oficial como maestros de la Iglesia) al mismo nivel que las Sagradas Escrituras.
Esto ha llevado a muchos católicos romanos a alejarse de un compromiso personal con las Escrituras y a confiar en la Iglesia, a pesar de que la Iglesia es falible. Deberían confiar en las Escrituras, la misma Palabra de Dios inspirada y escrita.
2. La virgen María
Segundo, debería preocuparnos que la bendita virgen María (y no tengo ningún problema en llamarla así) sea elevada a una posición en la práctica en la que ella media entre el pueblo de Dios y el Hijo de Dios. Esto socava el ministerio sacerdotal directo de Cristo entre Su pueblo y Dios.
Esta elevación de María más allá de todo lo que aparece en las Escrituras, basada únicamente en la tradición eclesiástica, aleja al pueblo de Dios del disfrute de la comunión personal con Jesús y del tipo de relación y seguridad que de otro modo podrían disfrutar con Él.
3. Regeneración bautismal
Tercero, debemos preocuparnos por la enseñanza de la regeneración bautismal. La idea de que por la obra misma de poner agua en la cabeza de un bebé —ex opere operato— por la operación misma de la cosa misma, la obra misma del agua en el acto sacerdotal causa un cambio en la naturaleza del bebé: de estar perdido en el pecado original a ser salvo a través de la regeneración.
Esta noción ha producido, diría yo, una confianza sin fundamento con consecuencias incalculables en el pueblo de Dios que tiene poca o ninguna fe personal, que no tiene una relación con Cristo ni amor por Jesús. Sin embargo, debido a su bautismo creen que están camino al cielo.
4. Indulgencias
Cuarto, debemos preocuparnos por el ofrecimiento de las llamadas “indulgencias”, que el mismo papa actual —no en un lejano pasado del siglo dieciséis— ha ofrecido en nuestros días. Implica ciertos tipos de peregrinaciones que una persona puede hacer, o edificios especiales a los cuales asistir, o pagos especiales que realizar, para que una indulgencia sea concedida por el papa, lo que proporciona el perdón de los pecados.
Esto es una negación espantosa de la singularidad absoluta de la muerte de Cristo como la provisión para el perdón de los pecados y la fe personal como el medio por el cual esa provisión se convierte en nuestra.
5. Justificación
Quinto, debemos preocuparnos por la confusión sobre la doctrina de la justificación solo por gracia, solo por la obra de Cristo, solo mediante la fe, solo para la gloria de Dios.
La insistencia católica romana en que la justificación consiste en la infusión de la justicia, que como virtud propia nos califica para ser aceptados por Dios, no es lo mismo que la doctrina bíblica de que Dios llega a estar totalmente a nuestro favor en el momento en que por la fe nos unimos a Cristo, de modo que Su sangre y Su justicia se convierten por sí solas en el fundamento de esa aceptación.
6. La Cena del Señor
Sexto, debemos preocuparnos por la centralidad de la misa en la práctica católica romana. Allí se dice que el pan y el vino son transubstanciados —se convierten en el cuerpo físico y la sangre física de Jesús—.
La Cena del Señor adquiere un poder de salvación por la entrada de la sangre y el cuerpo de Jesús en nosotros, lo cual nunca se enseña en la Biblia. Esta enseñanza engaña a millones sobre lo que allí sucede.
7. Purgatorio
Por último, debemos preocuparnos por la doctrina del purgatorio, en la que una persona después de la muerte se le puede dar otra oportunidad de soportar algún castigo hasta tener la salvación.
Según este punto de vista, pueden abrirse camino al cielo después de hacer allí la penitencia adecuada. La Biblia no ofrece tal esperanza a los que mueren en la incredulidad. Eso no se encuentra en las Escrituras.
Aferrarse a Cristo
Ahora, habiendo ondeado una bandera de preocupación por esos siete puntos de la fe católica romana, mi respuesta a la pregunta, sin embargo, es: sí. Creo que hay cristianos genuinos que son católicos romanos devotos e inconsistentes. Devotos en el sentido de que son serios y sinceros. Inconsistentes en el sentido de que su verdadero corazón abraza a Jesús mejor que sus ideas mentales o doctrinas.
Si una persona tiene un encuentro genuino con el Cristo vivo y reconoce la profundidad de la pecaminosidad humana y la desesperación en la que estamos sin la gracia y sin Cristo, y si ve en Jesús al sustituto que Dios proveyó para llevar nuestro castigo y proveer todo lo que necesitamos para ser aceptados por Dios, y si esa persona se lanza a la misericordia de Cristo, perdiendo toda confianza en sí misma, y aprecia a Cristo como su supremo tesoro y esperanza para la vida eterna, entonces esa persona será salva —incluso si muchas ideas doctrinales son confusas o erróneas—.
En otras palabras, es posible que el corazón de una persona y su comprensión esencial de Cristo sean mucho mejores que las estructuras de su marco doctrinal. Todos podemos estar muy, muy agradecidos por esto.
Episodio original en inglés: https://www.desiringgod.org/interviews/can-a-devout-roman-catholic-be-genuinely-born-again