Plantando iglesias: ¿qué ocurre cuando no sale como queremos?

Tal vez la parte más difícil de todo fracaso ministerial es lidiar con nuestro propio orgullo.
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Este año ha tenido un inicio como el de Proverbios 19:21 en Barlanark (Escocia):

“Muchos son los planes en el corazón del hombre, más el consejo del Señor permanecerá” (Proverbios 19:21).

De hecho, toda nuestra experiencia aquí está resumida en ese verso. Hace 18 meses que dejamos nuestros roles como colaboradores en el ministerio de jóvenes y nos propusimos iniciar esta jornada de plantar una nueva iglesia centrada en el Evangelio en este barrio pobre de Escocia. En algunas cosas pareciera que no fue hace tanto tiempo, pero en otras, pareciera que hace mucho que iniciamos. En ese momento, nuestros planes eran reunir un equipo, cimentar nuestra visión y empezar a alcanzar con el Evangelio a muchos de los perdidos que nos rodean. No pasó mucho tiempo sin  que esto se transformara en nuestra declaración de visión:

“Hacer que Jesús sea conocido en Barlanark y más allá; proclamando el Evangelio haciendo discípulos viviendo en comunidad”.

Esto dio en el clavo, nos unió y unificó nuestra pasión por ver a la gente venir al conocimiento de Jesús. Pronto, nos habían dado una gran oficina en la cual trabajar, ubicada en un centro comunitario local. Empezamos a estudiar la Biblia y a orar con otros todas las mañanas. Empezamos a desarrollar relaciones de discipulado uno a uno para todos los miembros de nuestro grupo. Empezamos a hacer nuevos acercamientos con los no-creyentes. Empezamos a ver a la gente hacer profesiones de fe.

Muchos eran los planes del hombre; y parecía que los planes estaban dando frutos

Ya para finales del verano de 2016, un año en esta jornada a tiempo completo, teníamos más de 15 adultos que había hecho profesión de fe y que trabajaban hacia esta visión. Teníamos por lo menos 4 personas no-creyentes que eran regulares en nuestras reuniones y teníamos contacto con muchos otros. Teníamos 9 niños y más añadiéndose próximamente. Y parecía que todo salía bien. Nuestro primer pasante acababa de empezar. Nuestro grupo de niños pequeños se hacía sentir. Estábamos animados. Gente, al parecer, estaba viniendo al conocimiento de Jesús. Y por eso, decidimos que era el momento de pensar en el “lanzamiento”. La siguiente etapa en nuestro plan era reunirnos formalmente los domingos. Nos uniría más. Nos movería de ser un grupo de cristianos misionales a ser una iglesia local involucrada y comprometida. Esto proporcionaría para nuestros contactos no-creyentes, un punto de reunión al cual venir. Sería el final, y al mismo tiempo, el principio de nuestra jornada. Así que hicimos un plan. El 2 de abril de 2017 sería nuestro primer servicio oficial. Para eso era que estábamos trabajando. Ese sería el momento en que nuestro sueño, nuestra visión, se convertía en una realidad. Ahora, no nos malinterpretes. Estábamos seguros de que esto no era sólo nuestro plan. Habíamos orado por esto durante meses, de hecho, durante años. Habíamos buscado consejo de otros. Habíamos hablado de esto con frecuencia. Y todo parecía estar saliendo bien. Parecía que verdaderamente este era el propósito del Señor.

Y luego, poco a poco, el plan se deshizo

La gente que habían hecho profesión de fe y estaban creciendo, de repente chocan contra la pared y se dan por vencidos. Otros que estaban persiguiendo una relación fuerte con el Señor lenta pero segura, se apartan. Algunos de los que habían estado trabajando la visión fueron llamados para servir en otros lugares. Y otros que habían estado de acuerdo con nuestra visión, se dieron cuenta de que nuestras convicciones teológicas no se alineaban con las de ellos. Lo que parecía desde el exterior como un floreciente grupo de cristianos, viviendo para “dar a conocer a Jesús”, poco a poco comenzó a quebrarse en los cimientos.

Muchos eran los planes del hombre, pero el Señor tenía otras ideas

Ahora volvimos a nuestro grupo original de 7 miembros con los que empezamos hacía 2 años. Y los 2 últimos meses han dejado sus secuelas. En esta dinámica ministerial, parece como si hemos tenido que enfrentar un ataque tras otro, tanto en lo personal como en lo espiritual. Hemos tenido que enfrentar los huevos que han sido lanzados a nuestras casas, las cartas de oposición que han sido escritas, la propagación de rumores y falsas acusaciones, a los cristianos diciéndonos que nuestra visión nunca se materializará y el acoso del cual nuestro equipo es víctima por hacer su parte en la misión. En el último año, como dos familias, hemos tenido que hacer frente a lo que parece ser una continua falta de sueño y la falta de normalidad en la casa, un sinfín de problemas con el automóvil, pérdida de un embarazo, meses de dolor físico o enfermedad y dificultades pastorales una detrás de la otra. Y, sin embargo, en muchos sentidos, estos eran nada en comparación con los últimos meses. Hemos sido muy conscientes del cuidado del Señor en todos estos momentos. A pesar de los momentos más difíciles, Él nos ha sostenido. Pero sin duda, ¿no era el propósito del Señor la implosión de nuestro equipo de plantación de iglesias justo antes del lanzamiento? Ciertamente, no era nuestro plan. Si nos hubieras dado una hoja de papel en blanco hace unos meses atrás y nos hubieras pedido que escribiéramos lo que hubiera sucedido en el peor de los casos para el pre-lanzamiento incluso eso probablemente no habría sido tan difícil.

Este no era nuestro plan, pero era el propósito del Señor

Todo esto cambia las cosas. Vamos a reducir la velocidad. Vamos a reagruparnos. Vamos a posponer nuestro lanzamiento del 2 de abril hasta que se asiente el polvo. Con mucha razón, la gente nos ha preguntado si estamos seguros. ¿No deberíamos continuar en fe? ¿Cuál es el número mágico? Quiero decir que bíblicamente 7 seguro es el punto de partida ideal, ¡¿correcto?! Y sin duda hay algo de verdad y sabiduría en esto. Pero muchos son los planes del hombre… Nos sentimos más en paz ahora de lo que nos hemos sentido en los últimos 6 meses. Nos sentimos más seguros que nunca de que ahora es el momento para reagruparnos y reenfocarnos en nuestra misión. Nos sentimos más libres que nunca para ir a anunciar el Evangelio. Nos sentimos preparados para dirigir nuestra energía de nuevo a la tarea que tenemos en mano, de ir y “dar a conocer a Jesús”. Tal vez la parte más difícil de todo esto es lidiar con nuestro propio orgullo. Nos quedamos con las ganas de ser la primera iglesia hija lanzada por la Iglesia de Harper y 20Schemes en Glasgow (Escocia). Nos quedamos con ganas de poder dirigir y pastorear esta iglesia por la cual hemos soñado durante tanto tiempo. Nos quedamos con ganas proseguir y avanzar. Sin embargo, de nuevo, ahora vamos a tener que admitir nuestra debilidad y decir que nuestros planes han fracasado. Estamos teniendo que enfrentar a gente, que sin duda se está preguntando si esto es falta de fe por no seguir adelante a pesar de la dificultad. Una vez más, tendremos que ser pacientes y confiar totalmente en el Señor. Pero, este no es el final. Este no es un fracaso. Esta es la mano poderosa y llena de gracia de Dios haciendo que Sus propósitos se cumplan.

Y seguiremos adelante

A pesar de una gran cantidad de evidencia que pueda sugerir lo contrario, estamos convencidos de que estamos en el lugar que Dios quiere que estemos. ¿Por qué? No porque tengamos un equipo creciente de cristianos maduros dispuestos a darlo todo por la causa. No porque tengamos edificios y actividades para actuar como una red de seguridad para nuestro grupo. No porque estamos viendo que muchos venir al conocimiento de Jesús. Pero porque hay casi 4 mil almas perdidas en nuestro barrio que necesitan escuchar las palabras del Evangelio. Porque todavía tenemos este tesoro, en vasijas de barro débiles y que fallan, que por sí solo traerá esperanza a los desesperanzados. Porque Barlanark (como todos los barrios y comunidades en nuestra tierra) todavía necesita conocer a Jesús.

“Afligidos en todo, pero no agobiados; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos; llevando siempre en el cuerpo por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. Porque nosotros que vivimos, constantemente estamos siendo entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo mortal” (2 Corintios 4:8-12).

Hoy más que nunca estamos entusiasmados con lo que Dios va a hacer

Estamos convencidos de que esto resultará para el bien de nuestro grupo. Que a medida que avanzamos podremos construir sobre una base más firme. Que podremos aprender estas lecciones y seguir adelante con alegría y fuerzas renovadas. Que es por gracia que Dios nos detiene en este punto en lugar de dejarnos implosionar una vez arrancamos con nuestros planes. De manera que estamos convencidos de que al final esto será para gloria de Dios; de que Él está despejando la noción errónea de que nosotros somos expertos en plantación de iglesias; de que está dejando claro que sólo Él va a edificar Su iglesia y que está demostrando al mundo que todo esto se trata de Él. Por lo tanto, seguimos anunciando el Evangelio. Seguimos haciendo discípulos. Seguimos viviendo en comunidad.  Seguimos orando desesperadamente para que la voluntad del Señor sea hecha, y que en efecto Él edificará Su Iglesia y traerá mucha gente perdida a conocer a Jesús en Barlanark y más allá. No lo planeamos de esta manera, pero el Señor sí lo hizo. Y por eso estamos contentos.

“Muchos son los planes en el corazón del hombre, más el consejo del Señor permanecerá”.


Una publicación del ministerio 20Schemes.com | Traducido con permiso por Alicia Ferreira de Díaz La misión de 20Schemes es ayudar a construir iglesias sanas y centradas en el evangelio para las comunidades marginadas de Escocia (llamadas “schemes” en inglés).

Pete Steward

Pete es un plantador de iglesias del Ministerio 20schemes en Barlanark, Glasgow (Escocia)

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