Pescadores de hombres, no es lo que crees

«Necesitamos ser pescadores de hombres. ¡Para ser pescadores eficaces necesitamos una buena caña de pescar, usar el cebo correcto y atrapar a los incrédulos!».

«Y andando junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, echando una red al mar, porque eran pescadores. Y les dijo: Seguidme, y yo os haré pescadores de hombres.  Entonces ellos, dejando al instante las redes, le siguieron. Y pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo, hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con su padre Zebedeo, remendando sus redes, y los llamó.  Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron» (Mt 4:18-22).  Para ser una analogía tan simple, las palabras de Jesús acerca de hacer a Sus discípulos pescadores de hombres, parecen ser malinterpretadas por muchas personas. No sé cuántas veces he escuchado ilustraciones basadas en este pasaje, decir algo como:  «Necesitamos ser pescadores de hombres. ¡Para ser pescadores eficaces necesitamos una buena caña de pescar, usar el cebo correcto y atrapar a los incrédulos!». Es cierto que está simplificado, pero es un ejemplo del tipo de comentario que escuchamos a menudo en relación con esta historia, relatada tanto en Mateo como en Lucas.  Este pasaje presenta un gran ejemplo del valor del método inductivo de estudio bíblico (o hermenéutica gramatical-histórica). Si imponemos nuestras presuposiciones modernas acerca de la pesca en este pasaje, nos quedamos con una interpretación ajena al significado que Jesús pretendía. No voy a deconstruir este pasaje hoy, solo voy a proporcionar algunas de las ideas que Jesús esperaba transmitir.  Los hombres a los que Jesús llamó para ser Sus discípulos en este pasaje eran pescadores. Su método de pesca no incluía caña y carrete, aunque ciertamente ese método existía en ese tiempo e incluso se menciona en la Biblia (Mt 17:27). Cuando pensamos en la pesca, a menudo nos imaginamos a un joven sentado a la orilla de un arroyo con un trozo de hierba en la boca, dormitando mientras su línea se balancea en el río, pero esta no es la imagen de la pesca que vemos en la Biblia. Más bien, estos pescadores del primer siglo usaban una red para atrapar a sus peces. Este método consistía en echar una red por la borda y arrastrarla lentamente, con la esperanza de atrapar peces en ella. Luego, la red se arrastraba de regreso al bote, se vaciaba y se arrojaba una vez más por la borda. A menudo tenían que dedicar tiempo a reparar y limpiar sus redes. No usaban cebo, sino que confiaban en el tiempo y el esfuerzo repetitivo para conseguir a su presa. Era un proceso que consumía mucho tiempo y, a menudo, era frustrante. En el pasaje paralelo de Lucas podemos ver algo de esta frustración. Jesús les dice a los hombres que suelten la red, a lo que  Simón responde: «¡Maestro, hemos estado trabajando toda la noche y no hemos pescado nada!». Los hombres habían pasado toda la noche pescando y no tenían nada que mostrar por su trabajo.  Cuando entendemos que Jesús se refería a este difícil y laborioso proceso, vemos que son varios los significados que podemos encontrar:  

  • ¡Jesús se estaba refiriendo al trabajo duro! El evangelismo es un trabajo difícil y exige que nos dediquemos a él. 
  •  Jesús se estaba refiriendo a la falta de resultados. El evangelismo a menudo se caracteriza por la ausencia de resultados, pero no podemos permitir que los resultados dicten nuestro entusiasmo y motivación. 
  • Jesús se estaba refiriendo a la obediencia. Al leer el pasaje de Lucas, vemos que Pedro, obedeciendo la orden de Jesús, echó sus redes, e inmediatamente recogió una pesca enorme, una pesca tan grande que tuvo que pedir ayuda para sacarla toda. Cuando somos obedientes Dios utilizará nuestro trabajo para Sus propósitos. 
  • Jesús se estaba refiriendo a la dependencia. La abundante pesca de Simón no tuvo nada que ver con su habilidad o su técnica. Había pasado toda la noche usando toda su habilidad y no tenía nada que mostrar. Pero cuando se dio cuenta de que por su propia habilidad no podía hacer nada, Dios pudo usarlo. 
  • Jesús se estaba refiriendo al plan de Dios. El plan de Dios es que muchos lleguen al arrepentimiento, no solo unos pocos. 

Hay una gran profundidad de significado en este pasaje. Cuando lo interpretamos a través de los ojos del primer siglo en lugar de nuestra perspectiva, podemos ver el significado que Jesús pretendía.  Este artículo se publicó originalmente en Challies. 

Tim Challies

Tim Challies es uno de los blogueros cristianos más leídos en los Estados Unidos y cuyo BLOG ( challies.com ) ha publicado contenido de sana doctrina por más de 7000 días consecutivos. Tim es esposo de Aileen, padre de dos niñas adolescentes y un hijo que espera en el cielo. Adora y sirve como pastor en la Iglesia Grace Fellowship en Toronto, Ontario, donde principalmente trabaja con mentoría y discipulado.

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