¿Quién es Dios? Es una de las grandes preguntas más repetidas a lo largo de la historia, y para la cual ha habido multitud de respuestas. Muchas religiones han tratado, y siguen insistiendo, en explicar quién es Dios y cómo se relaciona con el hombre. En la actualidad, el racionalismo occidental ha llegado al punto de querer demostrar que Dios no existe. Hay algo dentro del ser humano que le empuja a buscar respuesta a la pregunta “¿Quién es Dios?”. La respuesta es que Dios existe y vale la pena conocerlo.
Como en cualquier relación humana, es necesario conocer a la otra persona de una manera personal y cercana para poder tener una relación correcta con ella. La Biblia, a lo largo de sus páginas, nos presenta a Dios y nos muestra cómo nosotros, los cristianos puedan disfrutar de esa relación fundamental con Dios, al que le llamamos Señor. ¡Necesitamos conocerle de una manera íntima! Con este propósito se han escrito muchos libros, algunos de teología sistemática que explican quién es Dios. Sin embargo, este libro aporta una renovada y objetiva perspectiva sobre Él.
El autor, Matthew Barret, Dr. en Teología Sistemática por el SBTS, es profesor de Teología en el Seminario Teológico Bautista Midwester y fundador y editor en jefe de la revista Credo Magazine. Así mismo es fundador del podcast Credo. Entre sus libros más importantes están Simply Trinity: The Unmanipulated Father, Son, and Spirit [Simplemente Trinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu no son manipulados] y The Reformation as Renewal [La reforma como renovación], entre otros.
A lo largo de este libro, Ninguno más grande, Barret guía al lector a través de algunos atributos importantes de Dios, pero tomando como base la visión histórica de los mismos. Esta forma histórica de presentarlo ayuda al lector a replantearse quién es Dios en un mundo que lo ha rebajado a un nivel igual que el hombre. El autor evita, a través de los doce capítulos, presentar “un Dios manso y domesticado, un Dios cuya divinidad está humanizada” (35).
Este libro destaca diecisiete atributos: la incomprensibilidad, cómo relacionarse con Dios, su infinitud, la aseidad, simplicidad, inmutabilidad, impasibilidad, eternidad, omnipresencia, omnipotencia, omnisciencia, omnisapiencia, justicia, bondad, amor, celo y gloria. El desarrollo de cada atributo comienza con una breve historia para acercar al lector a comprender el atributo en cuestión, para luego presentar el fundamento del mismo a través de la reflexión bíblico-teológica. Esta reflexión es profunda, bien sustentada y precisa tanto a través tanto del Antiguo como el Nuevo Testamento. Al final de cada capítulo responde a distintas preguntas habituales acerca de dicho atributo. Cabe resaltar nuevamente que en la exposición de los atributos hace referencias a autores como Agustín de Hipona, Tomás de Aquino, Anselmo de Canterbury, así como Charnock (teólogo del siglo diecisiete), entre otros.
Uno de los atributos que resalta es el de la aseidad, es decir, Dios es pleno en sí mismo. Este atributo responde a una pregunta que muchos se hacen con respecto a si Dios necesitaría llenar un vacío antes de la creación, y es por ello que crea al hombre. Esta perspectiva, contraria a la Palabra, presenta un Dios dependiente igual que un hombre. A lo largo del capítulo en cuestión, el autor presenta cómo Dios es vida en Sí mismo y también tiene una perfecta relación dentro de la Trinidad, es decir no le hace falta nada ni nadie más. Finalmente lo relaciona como la base de los demás atributos, Dios es justo, infinito, etc. porque es Su propia esencia.
De esta forma sencilla pero directa, Barret muestra a los lectores un Dios de grandes perfecciones, pero que al mismo tiempo es rechazado hoy día incluso entre los cristianos. Barret afirma de una manera concisa, que el “pensamiento cristiano moderno y contemporáneo las ha despreciado o dejado de lado (los atributos), prefiriendo un Dios que es como nosotros” (32). ¿Por qué como cristianos han tratado de domesticar y rebajar el carácter de Dios? Porque hoy día los cristianos prefieren seguir teniendo el control personal de sus vidas, y alcanzar las metas personales, sociales y económicas. Por lo tanto, buscamos un Dios que se acomode a nuestros intereses. Un Dios santo, perfecto e íntegro no es tan atractivo en este pensamiento moderno, ya que debería obligar a los cristianos a someterse y sujetarse a Dios, situación que en muchos casos no es aceptada. En Levítico 10 y Hechos 5 se relatan dos historias; Nadab y Abiu, y Ananías y Safira respectivamente; donde su pecado fue juzgado por un Dios íntegro y perfecto. Comprender y asimilar los atributos de Dios llevará al cristiano a responder ante Dios como lo hizo la Iglesia en relación con Ananías y Safira: “Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas cosas” (Hch 5:11).
Ninguno más grande es un libro diferente, pues presenta los atributos de Dios de manera diferente a cómo las teologías sistemáticas lo suelen presentar. Además de hacerlos comprensibles, el autor pretende que el lector comprenda la grandeza de Dios y lo lleve a someterse a Él. Por otro lado, cómo lo relaciona con pensadores claves en la historia de la iglesia enriquece en gran manera el contenido de la obra y nuestro entendimiento de la fe histórica. Es un libro que realmente merece la pena leer y tenerlo en nuestra biblioteca personal.
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