Nadie cree en la injusticia social

Nadie protesta contra la justicia. No se oye a la gente en las calles gritando: «¡No hay injusticia, no hay paz!» o «¿Qué queremos? ¡Injusticia! ¿Cuándo la queremos? ¡Ahora!»

He pasado bastante tiempo investigando el tema de la justicia social—algo que probablemente se haya hecho obvio para ti si eres un lector habitual de este sitio. Cuanto más leo, más me doy cuenta de que gran parte de la batalla no es meramente una competencia de ideologías, sino de vocabularios. John Stonestreet ha señalado que—«no sirve de nada tener el mismo vocabulario si usamos diccionarios diferentes». Y cuando se trata de la justicia social, eso es exactamente lo que está ocurriendo—estamos sacando definiciones de diccionarios diferentes. Nadie protesta contra la justicia. No se oye a la gente en las calles gritando: «¡No hay injusticia, no hay paz!» o «¿Qué queremos? ¡Injusticia! ¿Cuándo la queremos? ¡Ahora!» ¡Por supuesto que no! Todos quieren justicia. Y no sólo eso, sino que todos quieren que la justicia se extienda a la comunidad, a la esfera social. De este modo, todos quieren no solo justicia, sino justicia social. El problema es que diferentes personas entienden cosas muy diferentes por «justicia» y, por tanto, por «justicia social». Mientras ambas partes se nieguen a ceder el término al otro, las definiciones seguirán siendo críticas. La pregunta no es «¿Estás a favor de la justicia social?» sino «¿A favor de qué tipo de justicia social estás?». Como he leído un número de libros sobre el tema, me ha interesado ver los términos específicos que utilizan los autores para distinguir entre lo que consideran buenas y malas formas de justicia social. Permítanme compartir algunos de ellos y luego sugerir cuál de ellos, si es que hay alguno, deberíamos utilizar.

La Justicia Social A versus la Justicia Social B

En el libro «Confronting Justice without Compromising Truth» [Enfrentando la justicia sin comprometer la verdad], Thaddeus Williams emplea «la Justicia Social A» y «la Justicia Social B», la primera para describir «la búsqueda de justicia bíblicamente compatible» y la segunda para describir su falsificación. Reconociendo que la justicia es un tema importante en la Biblia, él dice que «la justicia social no es opcional para el cristiano» y continúa preguntando: «¿Qué justicia no es social, por cierto? Dios nos diseñó como criaturas sociales, hechas para la comunidad, no como seres solitarios diseñados para vivir en islas desiertas o mirando pantallas brillantes todo el día. Toda injusticia afecta a los demás, así que hablar de justicia que no es social es como hablar de agua que no está mojada o de un cuadrado sin ángulos rectos». Por lo tanto, los cristianos deben buscar y ejecutar la justicia. Sin embargo, debemos distinguir cuidadosamente la verdadera justicia de la falsa justicia (que es en sí misma una injusticia). Con este fin, Williams utiliza «la Justicia Social A» para hablar del tipo de justicia que «nuestros antiguos hermanos y hermanas hicieron para rescatar y adoptar a los preciosos pequeños portadores de la imagen de Dios que habían sido descartados como basura en los basureros fuera de muchas ciudades romanas», así como el tipo de justicia ejemplificada por William Wilberforce, Frederick Douglass, Sophie Scholl, etcétera. Esto contrasta con «la Justicia Social B» que depende de «la narrativa de “opresores versus oprimidos” de Antonio Gramsci y la Escuela de Frankfurt, el deconstruccionismo de Michel Foucault y Jacques Derrida, y la teoría de género y queer de Judith Butler». Los 12 capítulos del libro distinguen cuidadosamente entre esos dos puntos de vista en competencia. Entonces, el primer contendiente es la Justicia Social A y la Justicia Social B.

La justicia social versus la justicia social ideológica

Scott David Allen acaba de publicar un libro titulado «Why Social Justice Is Not Biblical Justice» [Por qué la justicia social no es la justicia bíblica], y utiliza «justicia social» como término positivo y «justicia social ideológica» como término negativo. «Utilizo el modificador “ideológica”, —dice —, para indicar que estamos discutiendo algo mucho más grande que la justicia. Se trata más bien de una ideología comprensiva, o cosmovisión, que ayuda a explicar por qué atrae a tantos partidarios». Describe cuidadosamente «la justicia» en términos bíblicos e ideológicos. La justicia es «La conformidad con la norma moral de Dios, particularmente como se revela en los Diez Mandamientos y en la ley real: “AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO” (Stgo. 2:8). Hay dos tipos de justicia. (1) La justicia comunitaria, que es vivir en una relación correcta con Dios y con los demás. Dar a las personas lo que les corresponde como portadores de la imagen de Dios. (2) La justicia distributiva, que es emitir un juicio imparcial, arreglar los males e imponer el castigo por infringir la ley. La justicia distributiva está reservada a Dios y a las autoridades ordenadas por Dios, incluidos los padres en el hogar, los pastores en la iglesia y las autoridades civiles en el estado». La justicia social ideológica, por otro lado, es «el derribo de las estructuras y sistemas tradicionales considerados opresivos, y la redistribución del poder y los recursos de los opresores a las víctimas en busca de la igualdad de resultados». Tal vez se reconozca mejor «por su fruto amargo», ya que «las vidas y las culturas moldeadas por ella están marcadas por la enemistad, la hostilidad, la sospecha, el derecho y el agravio». Por lo tanto, el segundo contendiente es la justicia social y la justicia social ideológica.

La justicia social versus la justicia social crítica

En «Cynical Theories» [Teorías cínicas], James Lindsay y Helen Pluckrose utilizan los términos «justicia social» (en minúscula) y «Justicia Socia» (en mayúscula), aunque posteriormente han decidido sustituir este último por «Justicia Social Crítica». Como no escriben desde una perspectiva cristiana, su interés no es un punto de vista bíblico de la justicia social, sino una perspectiva que es consistente con el liberalismo clásico. Por lo tanto, su preocupación no es la conformidad con la Biblia, sino la preservación del liberalismo que ha dado a nuestra sociedad «un terreno común compartido, proporcionando un marco para la resolución de conflictos y uno dentro del cual las personas con una variedad de puntos de vista sobre cuestiones políticas, económicas y sociales pueden debatir racionalmente las opciones para la política pública». Lindsay y Pluckrose definen la justicia social en minúscula como «una amplia preocupación por la justicia en toda la sociedad». Dicha justicia se fomenta y conduce a «la democracia política, las limitaciones de los poderes del gobierno, el desarrollo de los derechos humanos universales, la igualdad legal para los ciudadanos adultos, la libertad de expresión, el respeto por el valor de la diversidad de puntos de vista y el debate honesto, el respeto por la evidencia y la razón, la separación de la iglesia y el estado, y la libertad de religión». Mientras tanto, la Justicia Social [Crítica] se preocupa por «las desigualdades sociales, particularmente cuando se trata de cuestiones de clase, raza, género, sexo y sexualidad, particularmente cuando éstas van más allá del alcance de la justicia legal. Está obsesionada con el poder, el lenguaje, el conocimiento y la relación entre ellos». Sus defensores «interpretan el mundo a través de una lente que detecta las dinámicas de poder en cada interacción, expresión y artefacto cultural—incluso cuando no son obvias o reales. Se trata de una consmovisión que se centra en los agravios sociales y culturales y tiene como objetivo convertir todo en una lucha política de suma cero que gira en torno a marcadores de identidad como la raza, el sexo, el género, la sexualidad y muchos otros». El tercer contendiente, entonces, es la Justicia Social y la Justicia Social o la Justicia Social Crítica.

¿Qué término debemos utilizar?

Entonces, cuando queremos hablar de formas buenas y malas de justicia social, tenemos al menos estas tres opciones: La Justicia Social A versus la Justicia Social B; la justicia social versus la justicia social ideológica; la justicia social versus la Justicia Social o la Justicia Social Crítica. Cada uno de estos emparejamientos es apropiado dentro del contexto de su libro, pero ¿sería beneficioso tratar de popularizar alguno de ellos en un intento de traer claridad al tipo de justicia social que defiende la Biblia? Neil Shenvi ha reflexionado profundamente sobre esto y advierte que «la justicia social no es un eslogan vacío. Tiene un significado específico y consistente en grandes segmentos del mundo académico y en porciones sustanciales de nuestra cultura». Aunque comparte algunas preocupaciones de una concepción bíblica de la justicia, depende de una cosmovisión que es diametralmente opuesta a la del cristiano. Por estas razones, advierte que «los cristianos deberían ser extremadamente precavidos de utilizar el término “justicia social”. ¿Cuál es la alternativa? En lugar de redefinir la justicia social, una opción más simple es afirmar que los cristianos apoyan la justicia en su pleno sentido bíblico, que tiene componentes punitivos, restaurativos, personales y comunitarios. Si se nos pide que lo expliquemos, podemos elaborarlo. Puede llevar más tiempo, pero dará lugar a conversaciones más profundas y a una mejor comunicación». Tiendo a estar de acuerdo con sus preocupaciones. Señala que los cristianos podrían, en teoría, intentar redimir y emplear la «justicia reproductiva», pero ahora está tan estrechamente ligada al aborto que hacerlo sólo traería confusión. Y tal vez la «justicia social» sea muy parecida. El término ha sido acuñado y puede que no valga la pena intentar salvarlo. Sin embargo, lo que es ciertamente más importante no son los términos específicos que elegimos emplear, sino que definamos cuidadosamente los que utilizamos y nos guardemos de reaccionar impulsivamente cuando oigamos a otros cristianos utilizar los que hemos decidido rechazar. No debemos permitirnos asumir que todos los que abogan por la justicia social defienden necesariamente la Justicia Social B, la justicia social ideológica o la Justicia Social (Justicia Social Crítica). Se necesitará tiempo, paciencia, amor, tolerancia y esfuerzo antes de que todos definamos nuestros términos a partir del mismo diccionario.

Tim Challies

Tim Challies es uno de los blogueros cristianos más leídos en los Estados Unidos y cuyo BLOG ( challies.com ) ha publicado contenido de sana doctrina por más de 7000 días consecutivos. Tim es esposo de Aileen, padre de dos niñas adolescentes y un hijo que espera en el cielo. Adora y sirve como pastor en la Iglesia Grace Fellowship en Toronto, Ontario, donde principalmente trabaja con mentoría y discipulado.

Artículos por categoría

Artículos relacionados

Artículos por autor

Artículos del mismo autor

Artículos recientes

Te recomendamos estos artículos

Siempre en contacto

Recursos en tu correo electrónico

¿Quieres recibir todo el contenido de Volvamos al evangelio en tu correo electrónico y enterarte de los proyectos en los que estamos trabajando?

.