Nacer en el evangelio vs. nacer de nuevo

Resulta penoso que algunos hemos dado por sentado que nacer en la iglesia, crecer en la iglesia y nacer en el evangelio es sinónimo de nacer de nuevo y tal cosa no es cierta.
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En mis interacciones con jóvenes y adultos en la iglesia, ha surgido la pregunta ¿cómo conociste al Señor?, ¿Cuándo inició tu fe? Es muy común escuchar la frase. “¿Yo?, Yo nací en la iglesia, yo nací en el evangelio.” Resulta penoso que algunos hemos dado por sentado que nacer en la iglesia, crecer en la iglesia y nacer en el evangelio es sinónimo de nacer de nuevo y tal cosa no es cierta. Las estadísticas en los Estados Unidos dicen que más de un 70% de jóvenes que asisten a la iglesia, cuando entran a la universidad abandona sus prácticas cristianas, abandonan su fe, y no vuelven más ¿por qué estas estadísticas son tan alarmantes? Sencillamente porque muchos de ellos nunca nacieron de nuevo. Nacer en el evangelio no es sinónimo de que el evangelio haya nacido en ti. Tu puedes haber nacido en la iglesia, desde pequeño tus padres pudieron llevarte cada domingo; aprenderte los versículos semanales; aprenderte los himnos y las alabanzas; asistir todos los domingos rutinariamente; puedes haberte involucrado y hasta dirigir un ministerio; incluso puedes llegar a predicar en la iglesia y aun así no haber nacido de nuevo. Es triste, pero es una realidad. Vemos en el caso de Judas, este discípulo caminó con Jesús por más de 3 años, escuchando a Jesús, viendo los milagros de Jesús, aprendiendo directamente del maestro, Dios mismo, y Judas no nació de nuevo. En la segunda carta que Pablo le escribe a Timoteo en el capítulo 4 versículo 10, Pablo nos habla de un tal Demas que lo abandonó, lo dejó sencillamente por seguir en el mundo. La pregunta es ¿cómo nosotros sabemos que una persona ha nacido de nuevo? A continuación, algunas evidencias que podrían ayudarnos.

  • Una persona que ha nacido de nuevo sin duda alguna es una persona que a abrazado la verdad del Evangelio, ha entendido cuál es su condición como pecador, ha visto la realidad de que necesita un Salvador y como resultado ha corrido a los brazos de Cristo.
  • Es una persona que ha reconocido la verdad de que no existe obra alguna que lo pueda salvar o que lo pueda redimir sino solamente la obra de Cristo. Y por lo tanto se arrepiente de sus pecados y viene a Cristo en busca de perdón.

Cuando una persona nace de nuevo todo cambia. Y esto lo pudiéramos ver en tres direcciones:

  1. Cambia en cuanto tu relación con Dios. Una persona que ha nacido de nuevo deja de ser enemigo de Dios y se convierte en un amigo de Dios, deja de ser hijo de ira, hijo desobediente y pasa hacer un hijo coheredero del reino. Es una persona ahora persigue agradar a Dios, conocer a Dios, conocer su voluntad, amarle obedecerle y caminar conforme a lo que la establecido.
  2. Cuando una persona nace de nuevo también cambia su relación con el prójimo. Pasa de ser una persona rencillosa, rencorosa, de ser una persona que buscaba el mal del otro, a ser una persona que persigue amar y perdonar al prójimo. Incluso como dice la Biblia, persigue amar a su enemigo.
  3. Cuando una persona nace de nuevo, también cambia en cuanto a su relación con el pecado. Pasa de ser una persona que se deleitaba, perseguía y buscaba el pecado, a ser una persona que lucha por no caer en pecado, se esfuerza por no vivir en el pecado. Ha identificado su pecado, lo ha puesto a un lado y le da la espalda y muestra su arrepentimiento mientras vive de forma opuesta a sus antiguos caminos. Este anhela agradar a Dios en su caminar diario.

Ahora, ¿qué pudiéramos nosotros hacer si estamos inseguros de si nacimos de nuevo o no? Si tú tienes esa duda lo primero que tienes que hacer, así como dice Pablo en la 2da carta a los Corintios en el capítulo 13 versículo 5 dice: “Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos”. Pablo les está diciendo, examina tu corazón a ver si tu fe es genuina. Si no es así y estas consciente de que tu vida no evidencia el fruto del Espíritu Santo, si tu vida no está dando frutos de arrepentimiento, entonces, ¡corre a Cristo! Reconoce que no hay absolutamente nada que tú puedas para hacerte merecedor de la salvación. Reconoce que Cristo es el único capaz de salvarte de ese camino de hipocresía, legalismo y perdición. ¡Corre a Cristo! Él es el único capaz de perdonar tus pecados, es el único en quien vas a encontrar redención y salvación. Si tú eres pastor, no des por sentado de que una persona que pasó al altar o levantó la mano, o repitió una oración ya es creyentes. Estamos llamados a pastorear y a confrontar a ese hermano. Si el andar de ese hermano, no es un andar de fe, confróntalo con la verdad de la Palabra. Si eres creyente, qué más que orar como el salmista en el Salmo 139.23-24: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno”. ¡Qué Dios nos ayude a caminar en la verdad de Su palabra, a caminar por Su gracia y en Su gracia!

Moisés Gómez

Moisés Gómez sirve como uno de los pastores en la iglesia First Baptist Church of Irving en el área de Dallas, Texas. Actualmente se encuentra desarrollando la congregación hispana en esta iglesia. Está felizmente casado con Betsy Gómez, y tienen tres hijos: Josué, Samuel, y Grace. Es graduado del SEBTS con una Maestría en Divinidad. A Moisés le apasiona compartir el evangelio y disfruta los deportes.

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