PRESENTADOR:
Pastor John, hay muchos cristianos que escuchan el podcast que no esperaban estar solteros a su edad. Ashley, una de nuestras oyentes, nos escribe con una pregunta relacionada al tema de la soltería: “Pastor John, mi lucha es con la soltería. Tengo 28 años, soy maestra de primaria, y esa no es realmente una profesión para conocer hombres solteros. Sé que con la era de Tinder y los encuentros sexuales causales, el sexo casual me dejará vacía por dentro, y no es un estilo de vida que estoy buscando. Al mismo tiempo me siento sola como soltera cristiana. Siento que la iglesia solo me ve como material de ‘servicio’ porque tengo ‘tiempo para servir’. Además de la falta de hombres en la iglesia, soy extrovertida. Tengo una vida fuera de mi soltería y trato de vivir como si mi soltería no me definiera. Todo el mundo me dice que soy atractiva, extrovertida y que tengo muchas cosas a mi favor. Bueno, todos menos un hombre cristiano. Es difícil no tomar esto de manera personal. ¿Cómo puedo tener esperanza en algo incierto? No me han prometido un matrimonio en esta vida. ¿Cómo me aferro a la verdad en un mundo que me miente sobre la satisfacción de los ‘encuentros sexuales casuales’? ¿Cómo no me vuelvo hacia el mundo cuando siento que la iglesia, los hombres cristianos, e incluso Dios mismo, parecen no tener lugar para mí?”.
JOHN PIPER:
Podríamos hablar de muchas cosas que Ashley menciona. Lo que está claro por la forma en que formula su pregunta —y digo esto por lo que escucho en la manera en que formula la pregunta—, lo que está claro es que conoce en cierto nivel la esencia de las respuestas correctas a sus propias preguntas. Ella pregunta respecto a un futuro esposo: “¿Cómo puedo tener esperanza en algo incierto?”. Y responde: “No me han prometido un matrimonio en esta vida”.
Esperanza segura y la mentira de Satanás
En otras palabras, ella sabe que no tenemos esperanza en cosas inciertas. No ponemos nuestra esperanza en lo que no se nos ha prometido. Si lo hacemos, estamos destinados a ser decepcionados de manera aplastante. Esperamos cosas seguras, no inciertas. Esperamos cosas que Dios ha prometido, no cosas que podemos desear —quizás con razón—, pero que no se nos han prometido y que podemos recibir o no recibir. Esperamos en lo que es seguro, en lo que Dios absolutamente ha prometido. Él cumplirá Su palabra (Jeremías 1:12). Ashley lo sabe. Por eso pregunta: “¿Cómo no me vuelvo hacia el mundo cuando siento que la iglesia, los hombres cristianos, e incluso Dios mismo, parecen no tener lugar para mí?”. Y ella responde: el “mundo… me miente sobre la satisfacción de los ‘encuentros sexuales casuales’”. Ella sabe que eso es mentira. Sabe que es mentira.
Ahora, mi preocupación por Ashley —y muchos son como ella; todos somos como ella de vez en cuando— mi preocupación por Ashley es que la mentira ya está comenzando a filtrarse en la forma en que hace su pregunta. Esta es exactamente la forma en que Satanás insinuó su mentira en la mente de Eva en Génesis 3. Y no quiero que Ashley se convierta en otra Eva en el jardín. Esto es lo que Dios dice: “La serpiente era más astuta [o sutil] que cualquiera de los animales del campo que el Señor Dios había hecho. Y dijo a la mujer: ‘¿Conque Dios les ha dicho: “No comerán de ningún árbol del huerto”’?” (Génesis 3:1-2). Observa lo que está haciendo. Dios solo prohibió comer de un árbol. Pero Satanás está insinuando la idea de que Dios es mezquino y prohibió comer de todos los árboles. Trágicamente, esa semilla de la tacañería de Dios echó raíces en la mente de Eva y puedes verlo inmediatamente.
El texto continúa: “La mujer respondió a la serpiente: ‘Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto, Dios ha dicho: “No comerán de él”’” —y luego añade— “‘“ni lo tocarán, para que no mueran”’”. Dios no dijo eso. Dios no dijo: “No tocarás ese árbol”. Pero Eva ya estaba sintiendo la atracción del resentimiento contra Dios. “Dios me está negando algo, y no me gusta. Él es un Dios tacaño. Es un Dios mezquino. Él no está pensando en mis mejores intereses”. Así que, cuando Ashley dice: “siento que la iglesia, los hombres cristianos, e incluso Dios mismo, parecen no tener lugar para mí”, podemos entender y empatizar con el sentimiento, pero las alarmas deben encenderse en ella —y en nuestras mentes—, porque la mentira de Satanás está echando raíces en la declaración: “Dios no tiene lugar para mí”.
Nadar en las promesas de Dios
Así que, en respuesta a la pregunta de Ashley —“¿Cómo no me vuelvo hacia el mundo…?”—, aunque ella sabe que el mundo miente, mi respuesta es: sumérgete en la verdad. Nada en la verdad de la Palabra y las promesas de Dios acerca de ti, Ashley. Conocerás la verdad, y la verdad te hará libre de las mentiras del mundo y del diablo. A eso se refería Jesús cuando dijo en Juan 8:32: “y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres”.
Permíteme señalarte, Ashley, una verdad. Podríamos mencionar docenas de verdades. Pero aquí hay una verdad lo suficientemente grande como para que nades en ella durante mucho tiempo: cuando Jesús estaba enseñando sobre el matrimonio y les dijo a Sus discípulos que no hay puerta de salida del matrimonio —una vez que entras, estás comprometido para bien o para mal hasta que la muerte te separe: no hay puerta de salida— los discípulos se quedaron atónitos de que Jesús cerrara la puerta de salida del matrimonio. Y dijeron: “Si así es la relación del hombre con su mujer, no conviene casarse” (Mateo 19:10).
Entonces Jesús dijo algo aún más sorprendente: no todo el mundo es capaz de entrar en esta relación tan exigente. Y luego utilizó la palabra “eunucos” para describir a diferentes tipos de personas que no entran en el matrimonio. Esto es lo que dice en Mateo 19:11: “No todos pueden aceptar este precepto” —esta alta expectativa del matrimonio sin puerta de salida—, “sino solo aquellos a quienes les ha sido dado” —es decir, solo la gracia divina puede hacer que una persona entre en esa relación—. “Porque hay eunucos que nacieron así desde el seno de su madre, y hay eunucos que fueron hechos eunucos por los hombres, y también hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que pueda aceptar esto, que lo acepte” (Mateo 19:12).
Ahora bien, por muy literal que tomemos aquí la palabra “eunucos”, la implicación es que hay varias razones por las que las personas no están llamadas a contraer matrimonio. Algunos renuncian a él involuntariamente, otros voluntariamente. ¿Qué dice la Biblia sobre la gracia de Dios para con ellos? ¿Qué hay de su felicidad y bendición? Y la respuesta que Dios nos da se encuentra de la manera más hermosa en Isaías 56. El describe dos tipos de personas que se sienten felices y bendecidas. Isaías describe dos tipos de personas que se sienten explícita o especialmente excluidas: el extranjero, el gentil que no forma parte de Israel, y el eunuco que se siente infructuoso y sin futuro porque no tiene familia. Esto es lo que dice
Que el extranjero que se ha allegado al Señor, no diga: “Ciertamente el Señor me separará de Su pueblo”. Ni diga el eunuco: “Soy un árbol seco”. Porque así dice el Señor: “A los eunucos que guardan Mis días de reposo, escogen lo que me agrada y se mantienen firmes en Mi pacto, les daré en Mi casa y en Mis muros un lugar, y un nombre mejor que el de hijos e hijas” (Isaías 56:3-5).
Un lugar y un nombre
Ahora, haz una pausa allí y deja que tu corazón asimile eso. ¿Crees eso, Ashley? Esa es la pregunta. Dios dice que te dará un lugar y un nombre que perdurará y será más satisfactorio que los nombres de cualquier esposo, los nombres de los hijos y la gente que te rodee como familia. Y luego continúa: “Les daré nombre eterno que nunca será borrado” (Isaías 56:5). ¿Crees que tu nombre o identidad no se perpetuarán porque no habrá hijos que lleven tu nombre, nadie que lleve tu ADN? Dios dice que hay algo mejor, algo mejor que Él tiene para ti: un nombre eterno. Así que, Ashley, te preguntas: “¿Cómo no me vuelvo hacia el mundo…?”. La manera de apartarse del mundo y de sus mentiras es dejar de centrarse en el mundo y en sus engañosas imágenes de placer, y centrarse en cambio en las promesas infinitamente superiores de Dios. Y esta es una de las cientos de promesas que Él nos ha dado. No sé si Dios tiene un matrimonio para ti en el futuro. Quizás. Nunca se sabe. Pero sí sé esto: Él te dará en Su casa y dentro de Sus muros un lugar y un nombre mejor que hijos e hijas, un nombre eterno que no será borrado. Y no pases por alto lo que más te preocupa; es decir, que Dios no tiene lugar para ti. Él dice: te daré esto en Mi casa. Él sí te quiere allí. Él te quiere allí. Y ser querido por Dios es mejor que ser querido por mil hombres.
Episodio original en inglés: https://www.desiringgod.org/interviews/will-i-be-single-for-the-rest-of-my-life