¿Sabías que el lugar donde se celebraron las Olimpiadas del 2016, custodiadas por el emblemático Cristo Redentor, fue también sede de una misión calvinista poco conocida, pero temprana? Mi amigo David Hall (en cuya iglesia se celebra la conferencia anual Reformation Worship) me remitió hace poco un fascinante artículo al respecto. Lo comparto hoy para que conozcas un trozo olvidado de la historia. La bahía de Guanabara, en Río de Janeiro, fue el escenario de una de las primeras misiones ginebrinas en la década de 1550. Mientras observas estas Olimpiadas, puedes apreciar algo de la historia que hay detrás de la Confesión de Guanabara de 1558 en Brasil. El lugar de la primera confesión reformada en América es también un recordatorio de que debemos estar preparados para confesar nuestra fe en cualquier momento. Algunos atletas espirituales sufrieron mucho más que fatiga y tensión muscular en Río hace 450 años. Es posible que hayas oído ilustraciones como ésta: ¿Qué pasaría si unos guardias armados irrumpieran en tu casa, te arrestaran y, bajo amenaza de muerte, te preguntaran si te aferrarías a la fe cristiana o no? No es tan difícil imaginarlo cuando consideras las amenazas musulmanas y las decapitaciones de cristianos sirios, sacerdotes franceses u otros. Hay algunos, en nuestros días, que son desafiados: ¿Vas a seguir confesando a Cristo? ¿Estás siempre preparado? Si los terroristas entraran en tu casa o en la clase de la escuela dominical, ¿verían el cristianismo? ¿Estás lo suficientemente capacitado para dar razón bajo presión? En 1557, un grupo de protestantes salió de la Ginebra de Calvino para ayudar a colonizar parte de Brasil. El líder era un rico comerciante ginebrino y seguidor declarado de Calvino, Villeaignon (alternativamente escrito «Villegagnon»). Junto con él había docenas de otros ginebrinos, que desembarcaron en la bahía de Río de Janeiro y se instalaron en una pequeña isla en la costa. Las cosas estuvieron bien durante un tiempo. Sin embargo, el líder se cambió al catolicismo romano y creció en celos y sospechas de los otros calvinistas. Hizo arrestar a los discípulos de Calvino, los acusó de traición y trató de castigarlos con la ley católica. La forma en que lo hacía era arrestarlos y encerrarlos en una habitación y, en menos de 4 horas, tenían que escribir una confesión de sus creencias sobre una lista de temas. Si eran católicos romanos, podían vivir y ser enviados a casa. Por el contrario, si eran protestantes, los matarían. Se les ordenó que pusieran por escrito sus creencias. El resultado fue una confesión de 18 párrafos repleta de las Escrituras (era un libro cerrado; no se les permitía tener Biblias), que incluso citaba a Agustín, Cipriano y algunos otros líderes religiosos conocidos. En las 12 horas siguientes a la redacción de esta confesión, tres de sus autores fueron rápidamente ahorcados. Los autores sabían que estaban escribiendo y firmando su propia sentencia de muerte, y los demás fueron enviados posteriormente a Ginebra. ¿Qué pasaje crees que utilizaron al inicio de su Confesión de Guanabara? Utilizaron el conocido versículo de 1 Pedro 3:15. Siempre estaban dispuestos a dar una respuesta de la esperanza que había en ellos y con amabilidad. Su confesión, rápidamente redactada, comenzaba con estas palabras:
- Según la doctrina del apóstol San Pedro en su primera carta, todos los cristianos deben estar dispuestos a dar una respuesta de la esperanza que poseen, con toda mansedumbre y benevolencia; nosotros, los abajo firmantes, Sr. Villegagnon, unánimemente (según la medida de la gracia que nos ha concedido el Señor), damos una respuesta, punto por punto, como usted lo ha pedido y ordenado, empezando por el primer artículo:
Creemos en un solo Dios, inmortal, invisible, creador del cielo y de la tierra, y de todas las cosas visibles e invisibles, que se identifica en tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo; que constituyen la misma sustancia en esencia, son eternos y de una misma voluntad; el Padre, fuente y principio de todo bien; el Hijo, eternamente engendrado por el Padre, que, en la plenitud de los tiempos, se manifestó en carne al mundo, siendo concebido por el Espíritu Santo, nació de la Virgen María, hecho bajo la ley para rescatar a los que estaban bajo ella, a fin de que fuéramos recibidos por adopción como hijos de Dios; el Espíritu Santo, que procede del Padre y del Hijo, maestro de toda la verdad, que habla por boca de los profetas, y que trae las cosas que fueron dichas por nuestro Señor Jesucristo a los apóstoles. Él es el único consolador en la aflicción, que imparte constancia y perseverancia en todo bien. Creemos que es necesario adorar únicamente, amar perfectamente, clamar e invocar la majestuosidad de Dios con fe y de manera personal. Su confesión continuó afirmando la verdadera naturaleza de Cristo, la esclavitud de la voluntad humana, la naturaleza del sacramento de la cena del Señor, una visión bíblica del divorcio y otros principios cristianos básicos. Aquellos atletas de Río estaban preparados y dieron una confesión clara. ¿Estás tú preparado? ¿Conoces tus creencias? ¿Qué pasaría si a punta de machete nos pidieran a ti o a mí que diéramos cuenta de la esperanza que hay en nosotros? Estos confesionales reformados exhibieron tanto sacrificio y dedicación como el mejor olímpico. Recibieron una corona que no se desvanecerá. Este artículo se publicó originalmente en Challies.
