Leo la Biblia y no siento nada, ¿qué debo hacer?

Cerramos la semana con una pregunta muy común en la mente de muchos cristianos. Es una pregunta que, a ti Pastor John, se te pide mucho que respondas, y es una de laspreguntasmás frecuentesque recibimos de nuestros oyentes por correo electrónico. Es esta: si leo mi Biblia, pero no siento nada que resuene con el valor, la importancia, la preciosidad, la belleza, el placer de lo que se supone deben comunicar esas palabras, ¿hay algo que yo pueda hacer ahora? ¿O solo tengo que esperar y dejar que la experiencia ocurra en el futuro? ¿Qué me diría? Estoy muy contento por recibir esta pregunta, porque es algo en lo que he estado pensando recientemente. He estado meditando en una sección del libro de Proverbios, y creo que esta sección es presentada por el escritor inspirado precisamente para responder esa pregunta. La sección se extiende desdeProverbios 22:17 hasta 24:22 y se llama, si nos fijamos en 22:20, «¿No te escribí treinta dichos?». Ahora, esos treinta dichos se encuentran enProverbios 22:17—24:22en agrupaciones. Algunas Biblias dividen las agrupaciones. Entonces,cada vez que un nuevo tema comienza, hay un nuevo dicho, y hay treinta de ellos en esta unidad. El versículo 17 es donde comienzan; ahí leemos: «Inclina tu oído y oye las palabras de los sabios». Por lo tanto, generalmente estas se titulan «las palabras de los sabios». Ahora, lo que es tan importante acerca de esto es que creo que los primeros dos o tres versículos en esta nueva sección de treinta dichos, están escritos precisamente para responder a la pregunta que acabamos de hacernos, es decir, «¿cómo escuchas y cómo sientes apropiadamente estas palabras?». Así que déjame leer Proverbios 22:17-18: «Inclina tu oído y oye las palabras de los sabios, y aplica tu corazón a mi conocimiento; porque te será agradable si las guardas dentro de ti» —las palabras del sabio, comunicando ese conocimiento—, «porque te será agradable si las guardas dentro de ti para que estén listas en tus labios». Observe dos cosas: la primera línea dice: «Inclina tu oído y oye las palabras de los sabios». Así que claramente el punto es: las palabras están siendo dichas y debes inclinarte, inclina tu oído. Entonces, ¿qué hacemos cuando no podemos escucharlas? Nos inclinamos. Nos acercamos. «No dejes pasar por alto ninguna de las palabras de la Biblia». Presta atención meticulosa, cuidadosa y atenta a ellas». Pero hacemos eso con nuestra atención también. Si estás leyendo palabras o si estás escuchando palabras y las palabras están pasando, el escritor dice: «No las dejes pasar por alto. No dejes pasar ninguna de las palabras. Presta atención meticulosamente, con cuidado, con atención a las palabras mismas, porque las palabras van a formar conocimiento en tu mente». La siguiente línea dice: «y aplica tu corazón a mi conocimiento». Entonces, el conocimiento es lo que forma en la mente alguna idea, alguna comunicación de algo valioso o preciado o importante o sabio que él comunicará llegando a través de palabras que golpean tu oído, entran y producen conocimiento. Entonces aquí viene: el efecto es que «será agradable». Y entiendo que el corazón es el órgano de lo agradable o placentero. Y esa es la pregunta, ¿verdad? ¿Cómo puedo experimentar placer, con una apropiada admiración y valoración y atesoramiento, amor y acogimiento, y disfrute y satisfacción de lo que percibo a través de las palabras? Y el escritor responde: «la forma en que lo haces esaplicando las palabras tu corazón». Ahora, voy a hablar solo por un minuto o dos sobre lo que eso significa. Pero solo debes saber que este escritor, este escritor inspirado, está respondiendo tu pregunta con un: sí. ¿Hay algo que puedas hacer para pasar de oídos que prestan atención a las palabras a una mente que lleva el conocimiento al corazón y experimenta lo agradable de lo que está dentro? ¿Hay algo que puedas hacer? Su respuesta es: Sí. Y las palabras que usa son: «aplica tu corazón a lo que tu oído ha escuchado y al conocimiento que se está formando en tu mente». ¿Qué significa eso? Lo tengo aquí frente a mí en mi pantalla:tasit, el verbo hebreo traducido al español como «aplicar». Welibbeka tasitsignifica «aplica tu corazón», o literalmente, ponerlo  de pie. Entonces,tomas tu corazón y lo empujas. Tú lo pones. Lo colocas en lo que has visto con tus ojos o escuchado con tus oídos. Empujas la nariz de tu corazón en la belleza del conocimiento. Si el corazón no siente nada, le dices a tu corazón: «¡Corazón, despierta! Y tomas el corazón y te aplicas. Tú lo empujas. Lo pones en el conocimiento. Lo presionas». Aquí hay una analogía: supongamos que te gustaría probar un filete de res. Puedes escucharlo mientras se cocina en la parrilla afuera. Entoncessales y luego tus ojos ven el filete cocinándose en la parrilla. Y si te acercas lo suficiente, es posible que tu nariz huela el filete que se cocina en la parrilla, y aún así el sabor de ese filete no está en tu boca. ¿Hay algo que puedas hacer? Esa es la pregunta. Realmente es la pregunta. ¿Hay algo que puedas hacer con el filete de Dios, con el filete de Cristo, con el filete de la salvación, con el filete de la Palabra de Dios, la Palabra del infinito Dios Creador? ¿Hay algo que puedas hacer para probarlo? Y sabes cuál es la respuesta. Tomas un cuchillo y le cortas una pieza y la pones en tu boca y masticas, masticas y luegotragas y saboreas. Entoncesdices a tu corazón: «Come, corazón. Come, corazón». Déjame dar algunos ejemplos más. Estoy caminando hacia la iglesia. Es octubre. Esto sucedió las últimas dos semanas. Las hojas en los árboles en mi vecindario son increíblemente brillantes con amarillo y naranja, y el sol estababrillando. Fue un clima de octubre más suave de lo normal en Minnesota, alrededor de los 16°C. Las hojasparpadeany es absolutamente impresionante. Pero estoy caminando a la iglesia a una reunión de oración y no me doy cuenta de nada. Mis ojos están mirando tanta belleza natural, pero yo no lo estoy viendo. ¿Qué tiene quesuceder? Pauso. La gracia de Dios hace que me detenga. Lo miras y lo miras. Te inclinas y dices: «Corazón, eso es naranja. Eso es amarillo. Eran verdes y ahora son de color naranja, amarillo y oro, y el sol las hace brillantes. Y te están saludando con la brisa, y Dios está tratando de llamar tu atención y decir: «La gloria de Dios está brillando aquí». Mira, corazón. Y empujas la nariz del corazón hacia el árbol». Cuando llegué a casa hace varios días, hubo dos o tres tardes que eran tan deslumbrantes que miraba por la ventana y decía: «¡Wao!». Y me levantaba, bajaba las escaleras y caminaba bajo el árbol y miraba hacia arriba. Y luego crucé la calle y miré hacia atrás. Luego saqué mi cámara e intenté obtener algunas tomas diferentes. Luego caminé por el costado de la casa para ver cómo era desde ese ángulo. Esto es empujar el corazón hacia el oro de la revelación natural. Y haces lo mismo con la Palabra de Dios. Un diamante te es ofrecido. Ves el diamante, pero no ves el diamante, y le dices a tu corazón: «Corazón, muévete alrededor de este diamante. Mira el diamante desde ese lado y mira el diamante desde aquel lado». Y cuando una persona nacida de nuevo está leyendo la segunda mitad deProverbios 22:17 —«aplica tu corazón a este conocimiento, aplica tu corazón, aplica tu corazón»—no puedes evitar convertirlo en oración. Cuando estás predicando a tu corazón y le estás diciendo: «Vamos, corazón, despierta. Vamos, corazón, mira esto. Vamos, corazón, siente esto. Esto es hermoso. Despierta, corazón», estás orando instintivamente. Y no solo estás hablando a tu corazón, aunque estás hablando a tu corazón, porque eso es lo que el texto dice que hagas «Aplica tu corazón», sino que también estás orando: «Dios, Dios, ayúdame. Dios, abre mis ojos». Entonces, tengo una pregunta para ti, aunque escuches esto ahora mismo y digas: «Lo he intentadoy no funciona» o «ni siquiera sé de lo que estás hablando»: ¿puedo instarte a que lo hagas? ¿Puedo suplicarte? Puedesser un novato en esto, como un niño pequeño que no sabe nada sobre el sexo. Tú elige la analogía. Puedes ser tan novato en esto que necesitas práctica. Por favor, no te rindas. No digas que estás más allá de la capacidad de sentir la belleza del conocimiento de Dios en la Biblia y el conocimiento de sus caminos. Este texto es la Palabra de Dios para ti. Aplica tu corazón.

John Piper

John Piper

John Piper (@JohnPiper) es fundador y maestro de desiringGod.org y ministro del Colegio y Seminario Belén. Durante 33 años, trabajó como pastor de la Iglesia Bautista Belén en Minneapolis, Minnesota. Es autor de más de 50 libros.

Artículos por categoría

Artículos relacionados

Artículos por autor

Artículos del mismo autor

Artículos recientes

Te recomendamos estos artículos

Siempre en contacto

Recursos en tu correo electrónico

¿Quieres recibir todo el contenido de Volvamos al evangelio en tu correo electrónico y enterarte de los proyectos en los que estamos trabajando?

.