La idolatría a los deportes

¿Tienen los deportes mayor prioridad en tu vida que Jesús? ¿Está Dios calentando la banca en tu corazón? ¿Se han vuelto los días del Señor en días de deporte?
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Hace un par de años, un amigo nos invitó, a mi hijo y a mí, a un Tour de St. James’ Park, casa del famoso equipo de fútbol  inglés Newcastle United F.C. Habiendo pasado una buena parte de mi vida en el mundo del fútbol , quedé asombrado por el estadio, su grama bien cuidada, sus vestidores bien elaborados y su gran colección de trofeos. Realmente el St. James’ Park es un estadio de primera clase.  Mientras transcurría el tour, comencé a sentirme un poco incomodo. Poco a poco se fue volviendo muy aparente el hecho que el Newcastle United era más que un equipo de fútbol para nuestro guía. El equipo era su identidad, su religión, su vida. Después del tour fuimos a la tienda del estadio en busca de souvenirs. Tristemente nos encontramos con una camiseta que audazmente decía: “St. James’ Park es mi iglesia y el Newcastle United mi Dios. No solo esta declaración es una blasfemia, fue también un recordatorio vivaz que la idolatría viene en todo tipo de formas; sí, incluso en los deportes.  La idolatría es reemplazar a Dios con cualquier otra cosa, la búsqueda de nuestra devoción primaria y deseos principales a cualquier cosa más que al Señor. Es el hecho de dar nuestra adoración y gloria a cualquier otro, la que es debida solo a Él” (Catecismo corto de Westminster 47; ver Is. 42:8). De hecho, el primer mandamiento expresa inequívocamente: “No tendrás otros dioses delante de mí… No los adorarás ni los servirás” (Ex. 20:3,5). Querido creyente, Dios no tendrá contrincantes, incluyendo los deportes.  Yo crecí siendo el hijo mayor de un prominente periodista deportivo y he estado alrededor de los deportes tanto como tengo memoria. Por muchos años, mi papá fue el principal escritor para los 49ers de San Francisco y los Raiders de Oakland. Él hacía coberturas de la mayor parte de los partidos amistosos internacionales de fútbol  y varios deportes universitarios, mucho de esto me inspiró a seguir mis propios sueños deportivos. Como resultado de esto, estoy muy agradecido por los deportes, ellos han tenido un papel importante y valioso en mi vida. Los deportes unen a las personas, inculcan la salud y el estar en forma. Cultivan firmeza de carácter y disciplina. Traen consigo muchas lecciones de vida, pueden ser fuente de entretenimiento. Los deportes son un regalo de Dios. De cualquier manera y como con cualquier cosa, si no somos cuidadosos, el regalo puede suplantar al dador de este. Los deportes pueden ser el becerro de oro que nos lleven al camino de la idolatría.   Un amigo y antigua estrella de fútbol  americano universitario le dijo a mi hijo: “los deportes son muy buenos, pero como dios son pésimos” este es un mensaje que atletas y fanáticos del deporte necesitan escuchar hoy, especialmente desde que los deportes fueron provistos de un estatus tan prominente en nuestra cultura.  ¿Tienen los deportes mayor prioridad en tu vida que Jesús? ¿Está Dios calentando la banca en tu corazón? ¿Se han vuelto los días del Señor en días de deporte? Espero que los deportes nunca tengan preeminencia sobre tu relación o devoción hacia el Dios vivo. “Hijos, guardaos de los ídolos” (1 Jn. 5:21). Artículo original de Gospel Reformation Network | Traducido por Marco Antonio Aldana

Jon Payne

El Rev. Dr. Jon D. Payne es el ministro principal de Christ Church Presbyterian (PCA) en Charleston, Carolina del Sur, y actualmente se desempeña como Coordinador de la Red de Reforma del Evangelio.

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