“El justo se preocupa por la causa de los pobres, pero el impío no entiende tal preocupación”. (Proverbios 29:7)
El término “Shalom” se ha convertido en una palabra popular en ciertos círculos evangélicos, particularmente en torno a todo el debate sobre la “justicia para los oprimidos”. Pero ¿qué queremos decir exactamente con la palabra Shalom? Tim Keller ha escrito mucho material sobre esto y también existe un interesante (y excelente) pequeño libro de Greg Gilbert y Kevin De Young titulado, “¿Cuál es la Misión de la Iglesia?” Ciertamente, todas las posiciones sobre la discusión acerca de este tema tienen tanto a sus fans como a sus detractores. Pero más importante que la opinión de los hombres ¿qué es lo que enseña la Biblia? Por ejemplo, leemos que “él es nuestra paz” en Efesios 2:14 en referencia a Jesús. En Números 6:24-26 e Isaías 9:6 descubrimos que el Señor es nuestro Shalom. En Isaías 57:7 se usa en el contexto de la luz. En Ezequiel 37:26 se usa en conexión con una bendición espiritual futura. Curiosamente, Shalom aparece en el hebreo unas 250 veces y ni una vez en el NT. Sin embargo, tiene un equivalente griego, eirene. La palabra irénica en el lenguaje moderno significa pacífica. Lo encontramos en Lucas 2:14, Hechos 10:36 y Romanos 1:7 donde se usa como un saludo. En Filipenses 4:7 se usa para bendecir al pueblo de Dios. De las 90 veces que se utiliza en el NT todas son casi exactamente utilizadas de la misma manera que Shalom se utiliza en el AT. Pero no podemos dejarlo allí. Shalom también se utiliza de manera inusual. Se menciona en el contexto de la guerra en 2 Samuel 11:7. Se lee en el contexto de una torre derribada en Jueces 8:9 y en términos de castigo en Isaías 53:5. Para ser honestos es una palabra difícil de entender. Debido a que tiene un significado tan amplio en las Escrituras, siempre me cuido cuando la gente presiona para encontrar un significado urgente para esta palabra, tratando de particularizarla de modo que se aplique únicamente al debate sobre los pobres y los oprimidos. Tim Keller ha definido shalom de la siguiente manera: “La unión de Dios y el hombre con toda la creación para desarrollar un florecimiento universal y completo. En el Salmo 102 se ilustra la creación del mundo de parte de Dios como una vestidura con miles de millones de entidades entretejidas que constituyen la belleza de todo lo creado. Pero lamentablemente el pecado ha llegado para romper toda esa vestidura”. En otras palabras, el shalom necesita reparación. Keller va más allá y señala tres tipos de shalom:
- Shalom físico Cuando todas las partes encajan en un cuerpo entonces sabemos algo del “Shalom Físico”. Así, por ejemplo, si tienes cáncer, experimentas una pérdida de este shalom físico.
- Shalom Psicológico Cuando la mente, la conciencia y las pasiones me dicen que haga algo y lo hago, experimento un shalom psicológico. Si quieres hacer algo y la conciencia dice “no” y lo haces, perdemos el shalom psicológico.
- Shalom Social Cuando aquellos que tienen contactos los insertan en la comunidad, entonces se crea un “entretejido”. Pero este se rompe cuando la gente se siente excluida de la sociedad. De hecho, están experimentando así una ruptura en el shalom social.
Ahora bien, está claro que veo la ruptura del shalom, tal como lo define Keller, en nuestro trabajo en zonas marginales. No hay duda alguna acerca de esto. Ciertamente, no hace falta un genio teológico para trazar la línea de falla original hasta la caída y los efectos terribles, físicos, psicológicos, sociales y cosmológicos que esto ha tenido para nuestro mundo. La verdadera pregunta surge cuando nos preguntamos: “¿qué debemos hacer con respecto a la ruptura del shalom en nuestras comunidades?” ¿Deberíamos ignorar los asuntos que nos rodean como algunos lo hacen y simplemente proclamar el evangelio de Jesucristo? O, ¿debemos buscar el bienestar de nuestra zona marginal mirando formas en que podemos aliviar el dolor y restaurar nuevamente en nuestros vecinos algunos de los “shalom”? Como iglesia, ¿debemos estar buscando hacer de nuestro lugar de trabajo un lugar más seguro para vivir, un lugar más feliz para vivir y un lugar más tranquilo para vivir? ¿O deberíamos estar buscando ser fieles a la gran comisión que nos exige predicar a Cristo y hacer discípulos? ¿Existe un punto medio? Estas preguntas no son nuevas para las personas que leen mis escritos con regularidad. Debemos recordar en primer lugar que el NT no nos ofrece ningún imperativo directo con respecto a la restauración activa de cualquiera de los “shaloms” anteriores. Timoteo, por ejemplo, fue instado a continuar predicando la Palabra a tiempo y fuera de tiempo. En Efesios leemos que el regalo principal dado a la iglesia; pastores-maestros, apóstoles, etc. fueron todos los ministerios basados en la Palabra. En Judas somos desafiados a luchar por el evangelio. Romanos es claro que es sólo el evangelio que tiene el poder de transformar a cualquier creyente y así, por definición, a la sociedad. Así que la respuesta, ciertamente, es predicar el evangelio en primer lugar. Sí, nos cuidamos unos a otros, nos amamos unos a otros, nos alimentamos y protegemos a los “extraños” (aquellos fuera de la comunidad de la iglesia), pero todo esto es como resultado de la existencia de corazones de fe que se expresan a través del amor (Gálatas). Por ejemplo, en mi entorno ministerial en mi comunidad, predico a Cristo al Sr. X quien tiene una historia de alcoholismo, robo y abuso de su pareja. Él viene a Cristo; ¿y qué pasa luego?
- Su shalom físico comienza a mejorar bajo la influencia del Espíritu Santo cuando deja de envenenar su cuerpo.
- Su shalom psicológico mejora mientras dobla sus rodillas ante el Rey Jesús y trata de vivir bajo Su gobierno.
- Su shalom social entra en acción ya que deja de abusar de sus vecinos, o agredir a la gente, o robar en la tienda local, golpear a su pareja y atormentar a sus hijos. En lugar de contribuir a la ruptura del shalom social, comienza a convertirse en una fuerza para el bien.
Todas estas cosas suceden como resultado de la obra del Espíritu Santo en la vida de una persona que ha escuchado la Palabra de Dios, la cual ha sido proclamada en primer lugar. Es el evangelio que está sobre todo, y entonces shalom no viene como un medio de evangelismo personal, sino como una prueba del Espíritu de Dios en el trabajo tanto en una persona o en una comunidad. Sin duda que vamos a orar por el shalom de nuestros planes, pero recordemos que sin un retorno a la proclamación valiente y fiel del evangelio estos lugares y personas van a permanecer en la oscuridad; perdidos y quebrantados. Es por eso que tenemos un problema en nuestros países en este momento. No existe escasez de agencias de trabajo social y de organizaciones religiosas que ofrecen todo tipo de ayuda social. Sin embargo, la necesidad más profunda es el crecimiento y el establecimiento de iglesias centradas en el evangelio en las cuales la gente pueda verdaderamente crecer y prosperar espiritualmente para el beneficio de sus propias comunidades.
Una publicación del ministerio 20Schemes.com | Traducido con permiso por Ricardo Daglio La misión de 20Schemes es ayudar a construir iglesias sanas y centradas en el evangelio para las comunidades marginadas de Escocia (llamadas “schemes” en inglés).