¿Cuál debería ser el salario de un pastor?

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PRESENTADOR:

A menudo nos preguntan sobre el salario de un pastor. Y, para entrar en el tema, aquí está la pregunta de un oyente del podcast llamado John. Él vive en Los Ángeles, California. “Hola, pastor John, ¡muchas gracias por este podcast! ¿Cuáles son algunas de las normas que una iglesia debe establecer para determinar el salario de los pastores? ¿Podría explicar el significado de “doble honor” en 1 Timoteo 5:17? ¿Puede explicar si los antecedentes, la experiencia y la educación también deben tenerse en cuenta en esta decisión? Gracias”.

JOHN PIPER:

1 Timoteo 5:17 es uno de los tres pasajes cruciales que habla sobre cómo se debe sostener económicamente a los ministros del evangelio. Creo que sería bueno tener esos tres pasajes ante nosotros y luego extraer algunas lecciones.

Salario bien ganado

Comencemos con Lucas 10:1-7.

Después de esto, el Señor designó a otros setenta, y los envió de dos en dos delante de Él, a toda ciudad y lugar adonde Él había de ir. Y les decía: “…Vayan; miren que los envío como corderos en medio de lobos. No lleven bolsa, ni alforja, ni sandalias; y a nadie saluden por el camino. En cualquier casa que entren, primero digan: ‘Paz a esta casa’. Y si hay allí un hijo de paz, la paz de ustedes reposará sobre él; pero si no, se volverá a ustedes. Permanezcan entonces en esa casa, comiendo y bebiendo lo que les den; porque el obrero es digno de su salario”.

Ahora, esa declaración al final, “el obrero es digno de su salario”, es citada por Pablo en 1 Timoteo 5:18 como una cita de la Escritura. Esta declaración no se encuentra en otros lugares en la Biblia. (Hay algo casi parecido en Mateo 10:10.) Por tanto, parece que Pablo ya está considerando las palabras del Señor Jesús —preservadas por Lucas, el médico del apóstol— como parte de la Escritura.

Volveré a esta cita cuando hablemos de 1 Timoteo 5:17 dentro de un momento. Pero vale la pena señalar que aunque nosotros, en nuestra forma de leer la Biblia, podríamos pasar por alto esa afirmación cuando leemos los Evangelios, Pablo no la pasó por alto. Más bien, la tomó como un principio que se aplicaría a los ancianos de la iglesia. “El obrero es digno de su salario”.

Bueyes sin bozal

De ahí paso a 1 Corintios 9:6-14.

¿O acaso solo Bernabé y yo no tenemos el derecho a no trabajar? ¿Quién ha servido alguna vez como soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta una viña y no come de su fruto? ¿O quién cuida un rebaño y no bebe de la leche del rebaño?

¿Acaso digo esto según el juicio humano? ¿No dice también la ley esto mismo? Pues en la ley de Moisés está escrito: “No pondrás bozal al buey cuando trilla” [eso viene de Deuteronomio 25:4]. ¿Acaso le preocupan a Dios los bueyes? ¿O lo dice especialmente por nosotros? Sí, se escribió por nosotros, porque el que ara debe arar con esperanza, y el que trilla debe trillar con la esperanza de recibir de la cosecha.

Si en ustedes sembramos lo espiritual, ¿será demasiado que de ustedes cosechemos lo material? Si otros tienen este derecho sobre ustedes, ¿no lo tenemos aún más nosotros?…

¿No saben que los que desempeñan los servicios sagrados comen la comida del templo, y los que regularmente sirven al altar, del altar reciben su parte? Así también ordenó el Señor que los que proclaman el evangelio, vivan del evangelio.

¡Vaya! Eso sí es sorprendente. Es una declaración contundente: los pastores que trabajan haciendo carpas —pastores que tienen que trabajar en otros empleos para ganar dinero con el fin de ser pastores— deben ser la excepción, no la regla. Jesús dijo que debería ser normal que aquellos que se dedican a tiempo completo al ministerio del evangelio sean pagados a tiempo completo por el ministerio del evangelio. Es un principio bíblico. De hecho, en este texto, es más que un principio; es un mandamiento. El Señor ordenó que los que proclaman el evangelio se ganen la vida con el evangelio. Ese es el segundo texto.

Doble honor

Primero Lucas 10, luego 1 Corintios 9, y ahora, en tercer lugar, 1 Timoteo 5:17: “Los ancianos que gobiernan bien sean considerados dignos de doble honor, principalmente los que trabajan en la predicación y en la enseñanza”. Ahora bien, ¿por qué pienso que “doble honor” se refiere aquí a una remuneración económica? Hay dos razones. Una es que, justo antes de este versículo, Pablo ha estado hablando de honrar a las viudas. Primero dice: “Honra a las viudas”, y después dice: den “doble honor” a “los ancianos que gobiernan bien”. 1 Timoteo 5:3 dice: “Honra a las viudas que en verdad son viudas”.

Todo el contexto de 1 Timoteo 5:3-16 habla del cuidado financiero de las viudas. Así se les da honor. Pablo habla de las viudas que no tienen familia. A eso se refiere cuando dice: “las viudas que en verdad son viudas”. No tienen familias que las cuiden. Serán indigentes si no actuamos para proveerles lo que necesitan. Así que hay una buena razón para pensar que Pablo dice: “Ahora, si esa es la manera en que honran y cuidan financieramente a las viudas de la congregación, hagan lo mismo, aun más —doblemente más— para los pastores”.

Ahora, la otra razón por la que creo que el versículo 17 se refiere al salario de los pastores es que el versículo siguiente comienza con la palabra “porque”, lo que significa que da una razón o un fundamento para dar doble honor a los pastores. Y esto es lo que dice: “Porque la Escritura dice: ‘No pondrás bozal al buey cuando trilla’, y: ‘El obrero es digno de su salario’” (1 Timoteo 5:18). Así, Pablo fundamenta su preocupación por pagar a los pastores con doble honor citando Deuteronomio 25:4 y Lucas 10:7, diciendo que ambas frases son parte de las Escrituras. Y ambas se refieren claramente a las necesidades financieras del pastor.

Pero esto puede significar que a los pastores se les debe pagar el doble de lo que las viudas reciben de la iglesia (las viudas de las que Pablo había estado hablando en los versículos anteriores). Yo lo dudo. La frase “doble honor” en el versículo 17 probablemente no significa algo tan preciso, porque no hay ninguna referencia a una cantidad específica que debe darse a las viudas. No sabemos cómo se atendía a las viudas; solo sabemos que se les atendía. Se satisfacían sus necesidades. Había que honrarlas satisfaciendo sus necesidades porque no tenían a una familia que lo hiciera.

Por tanto, yo diría que 1 Timoteo 5:17 —“Los ancianos que gobiernan bien sean considerados dignos de doble honor, principalmente los que trabajan en la predicación y en la enseñanza”— probablemente significa: “Asegúrense doblemente de que los ancianos sean honrados y reciban suficiente remuneración para satisfacer sus necesidades, al igual que las viudas”. Y el hecho de que diga “principalmente los que trabajan en la predicación y en la enseñanza” probablemente implica con la palabra “trabajan” que ese es su trabajo. Se están entregando al rebaño, y el rebaño debe cuidar de ellos económicamente con un doble sentido del deber que sienten por las viudas. No es que los ancianos sean más valiosos como seres humanos que las viudas, sino que, junto al valor de la persona, está el enorme valor del ministerio de la Palabra —la labor de predicar y enseñar— sobre el que descansa toda la vida de la comunidad.

Principio básico para las iglesias

Entonces, mi consejo a las iglesias sería que el principio básico para la remuneración pastoral fuera algo así: que sea un reflejo del honor que le dan al ministerio de la Palabra de Dios. Y que sea un compromiso de aliviar las cargas financieras del pastor para que pueda entregarse totalmente a la oración, a la Palabra y al rebaño.

Y si pensamos que tenemos que protegernos contra la avaricia de un pastor, la respuesta a esa preocupación es que debería haberse tenido en cuenta cuando la iglesia evaluó la idoneidad del anciano o del pastor para el cargo desde el principio. Porque 1 Timoteo 3:3 dice que un obispo no debe ser “amante del dinero” (NVI). Ni siquiera se contrata a alguien que parece estar en esto por el dinero. Entonces, la conclusión es esta: no llames a un pastor que está tratando de enriquecerse, y no seas una iglesia que está tratando de mantenerlo pobre.


Episodio original en inglés: https://www.desiringgod.org/interviews/how-much-should-pastors-make

John Piper

John Piper

John Piper (@JohnPiper) es fundador y maestro de desiringGod.org y ministro del Colegio y Seminario Belén. Durante 33 años, trabajó como pastor de la Iglesia Bautista Belén en Minneapolis, Minnesota. Es autor de más de 50 libros.

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