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“Dios me conoce bien”, me dijo un amigo una vez. “Él sabe que si yo no rindiera cuentas ni recibiera el amor de una comunidad cristiana no pudiera sobrevivir en este mundo”. Dios nunca tuvo la intención de que los cristianos vivan solos. Por esa razón, creó la iglesia para que los cristianos se reúnan con el propósito de adorar juntos a su Creador y Salvador, rendirse cuentas mutuamente, tener compañerismo, ser instruidos y exhortados al amor y a las buenas obras. Me atrevo a decir que la expresión más completa de nuestra fe no puede ocurrir sin la comunión amorosa con otros creyentes en una iglesia local. Ahora bien, debido a que los cristianos a menudo tienen temor de revelar sus problemas a gente que conocen, comúnmente buscan consejeros que trabajan en consultorios privados fuera de su iglesia. Muchos de estos consejeros están haciendo un buen trabajo, y creo que hay lugar para la práctica de la consejería privada. Sin embargo, quiero argumentar a favor de la consejería en el contexto de la iglesia local, y me atrevo a afirmar que esta debería ser la norma. A continuación comparto cinco ventajas de la consejería en el contexto de la iglesia local:
Sumisión al cuidado espiritual de los pastores
En primer lugar, la consejería en el contexto de la iglesia local es parte de la labor pastoral de velar por las almas de los miembros de la congregación. Al mismo tiempo, los miembros de la iglesia se someten a los líderes que ya están velando por su alma. Si tuvieras que elegir entre ver a alguien que no sabe nada acerca de tí y no tiene obligación de brindarte consejería o ver a alguien que debe dar cuenta a Dios por lo bien que ha velado por tu alma, ¿a quién elegirías?
“Obedeced a vuestros pastores y sujetaos a ellos, porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta” (Heb. 13:17).
Los consejeros dan consejo, los pastores pastorean. Los consejeros te ayudan y te dejan para que continúes tu camino. Pero los pastores están obligados a ayudarte y a permanecer comprometidos contigo a largo plazo. Los consejeros están normalmente abiertos para que regreses a su oficina si el problema reaparece. Pero los pastores están constantemente en tu vida, por lo que si el problema retorna, ellos ya están caminando a tu lado. El consejero te ayudará, cuidará y amará. Pero el pastor va a ayudarte, a cuidarte, a amarte y, además, ejercerá autoridad sobre ti a través del ministerio de la Palabra. Tanto el pastor como el consejero hacen un trabajo importante en el reino. Pero la naturaleza de la relación pastoral incluye un compromiso permanente con los miembros de su iglesia local. Por lo tanto, dentro de un contexto de la iglesia, la tarea del pastor es mucho mayor que la del consejero. Si estás luchando con un problema, no sería raro que desearas consultar a un consejero experto. El mercado de los consejeros cristianos ha crecido considerablemente durante los últimos veinte años. Y hay más consejeros bíblicos competentes disponibles hoy en día que hace veinte años. Pero ¿qué pasaría si pudieras consultar a alguien que es un consejero capacitado y, a la vez, tu pastor? ¿Y si pudieras combinar ambas profesiones en una sola? Piensa en alguien con entrenamiento en consejería bíblica, que no cobra por dar consejería, que ha estado comprometido a pastorearte a ti y a tu familia durante veinte o treinta años y que está disponible para aconsejarte en tu propia iglesia. ¿No le darías al menos una oportunidad?
Edificación mutua
En segundo lugar, la consejería en el contexto de la iglesia local reafirma nuestro compromiso de edificarnos unos a otros en la fe. Esta edificación mutua es una de las prioridades que la Escritura ha establecido para todos los hijos de Dios.
“Y él dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros, a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Ef. 4:11-13).
Dios ha dado a la iglesia pastores y maestros, y parte de la labor de pastorear incluye la consejería, así como también enseñar a los miembros de una iglesia para que sean capaces de aconsejarse los unos a los otros (ver 1 Tes. 5:14). El trabajo de un consejero bíblico forma parte del proyecto de Dios de edificar la iglesia hasta que alcance la madurez y la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. En la consejería, siempre existe la tentación de resolver los problemas y “arreglar” las vidas de las personas. Sin embargo, el objetivo final de la consejería bíblica es el crecimiento espiritual. Los consejeros pastorales usan sus dones para aconsejar porque quieren ayudar a la gente a crecer en madurez en Cristo.
Aplicación de nuestro compromiso
En tercer lugar, la consejería en el contexto de la iglesia local es una aplicación natural de nuestro compromiso o pacto unos con otros como miembros de la misma iglesia. Los pactos son herramientas importantes en la vida de la iglesia. Representan un compromiso que los miembros de la misma tienen el uno con el otro. Cuando un miembro de la iglesia se encuentra con un consejero en su iglesia, se está reuniendo con alguien que ya ha hecho un compromiso como miembro de vivir de una manera centrada en Cristo. La consejería bíblica debe ser una extensión natural del compromiso, del pacto, que hemos hecho como miembros de la misma iglesia. No todas las iglesias tienen un pacto formal. Pero aún si no lo tienen, todas las iglesias tienen un entendimiento de cómo van a vivir juntos –y de esto se trata un pacto. En mi iglesia, hay varias líneas en el pacto de los miembros que explican lo que queremos lograr al momento de dar consejería y en los días, meses y años que siguen a la consejería:
- “Vamos a trabajar y a orar por la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz”.
- “Vamos a caminar juntos en amor fraternal, como corresponde a los miembros de una iglesia cristiana; vamos a cuidarnos afectuosamente, a velar unos por otros, a amonestarnos y a rogarnos fielmente a regresar al camino de la obediencia cuando la ocasión lo amerite”.
- “Vamos a alegrarnos por la felicidad de los demás y a tratar, con ternura y simpatía, de soportar las cargas y las tristezas de los demás”.
- “Buscaremos, con la ayuda divina, vivir cuidadosamente en el mundo, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, y recordando que, como hemos sido sepultados de forma voluntaria y resucitado simbólicamente de la tumba por el bautismo, tenemos ahora la especial obligación de llevar una vida nueva y santa”.
Por un lado, todos los miembros de nuestra iglesia se comprometen a cumplir esas promesas hacia los demás miembros. Por otro lado, nuestra iglesia ha sido generosa al poner a un individuo a tiempo completo (yo) para ayudar con el trabajo de cumplir estas promesas en áreas de necesidad especial. Por supuesto, todos ancianos de la iglesia tenemos que trabajar duro para recordarle a la congregación que todo esto aún continúa siendo su trabajo. Como ya he mencionado, yo como pastor enfocado en la consejería también estoy llamado a equipar a la congregación para hacer este trabajo.
Beneficios de pertenecer a la misma iglesia
En cuarto lugar, hay otros beneficios para el consejero pastoral y el aconsejado al pertenecer a la misma iglesia. Muchos de los paradigmas de consejería seculares abogan para que no exista ningún contacto entre el consejero y sus clientes fuera de la oficina de consejería. Pero estar en la misma iglesia ayuda porque:
- Permite al consejero vivir como Cristo y ser ejemplo, tanto dentro como fuera del ámbito de la consejería. La integridad de las palabras del consejero se puede comparar con la forma en que vive y participa en la iglesia. El consejero muestra al aconsejado que no solamente habla, sino que también practica lo que dice.
- Proporciona al consejero un mayor conocimiento de la dimensión más importante de la vida del aconsejado: su vida espiritual.
- Permite que ambos sirvan juntos en una variedad de ministerios.
- Les permite servirse mutuamente y orar el uno por el otro.
- Les permite crecer juntos a través de las mismas experiencias en su iglesia local; experiencias tales como cantar, adorar, escuchar la Palabra predicada, orar, estudiar las Escrituras, llevar las cargas de otros creyentes y exaltar a Dios juntos. Tanto el aconsejado como el consejero pueden compartir las experiencias que les edifican en su fe.
Recientemente, uno de nuestros pastores enseñó el libro de Filemón. En sus sermones animó a los miembros a compartir conmigo sus luchas con el perdón. ¡Qué gran oportunidad! Tanto el consejero (yo) como el aconsejado (otros miembros de la iglesia) hablamos sobre el sermón y sobre cómo la Palabra de Dios nos habían moldeado. Pudimos hacer esto porque asistimos al servicio en la misma iglesia los domingos por la mañana.
Rendición de cuentas y un cuidado espiritual y personal más amplio
En quinto lugar, la consejería en el contexto de la iglesia local tiene el potencial de generar una mayor rendición de cuentas entre hermanos en Cristo. También puede presentar más oportunidades para saber quién en la iglesia puede ayudar a llevar la carga de los aconsejados. Un pastor tiene la oportunidad única de escuchar a la gente compartir sus luchas. A menudo, nadie en la iglesia escuchará y conocerá aquellos detalles que los miembros comparten con el pastor sobre su vida. ¿Cómo puede un pastor consejero utilizar bien este conocimiento privilegiado? Cuando un miembro de la iglesia lucha con un problema, el pastor consejero puede servirle conectándolo con otra persona con quien ya ha trabajado el mismo problema antes. Un consejero privado fuera de la iglesia no tiene a nadie más, no puede traer otros recursos humanos a la vida del aconsejado para que apoyen durante el proceso. Todo se reduce a la sabiduría de ese consejero. ¿No enseña la Biblia que hay sabiduría en la multitud de consejeros (Pr. 14:11; 24:6)? ¿Por qué no pedir a los amigos cercanos de un aconsejado que desempeñen un papel más importante en el proceso? ¿Por qué no conectar a aquellas personas que luchan con los mismos problemas para que se animen unos a otros en medio de sus batallas? Deja que el ex alcohólico ayude al alcohólico o que quien sufrió abuso consuele a la mujer que acaba de ser abusada. Deja que conecten como cristianos en el contexto de su iglesia, que lo hagan como hermanos y hermanas que tienen un compromiso entre sí, que lo hagan como quienes han recibido el consuelo de Dios y ahora desean compartir ese consuelo con los demás, que lo hagan como aquellos que han crecido y madurado en Cristo y que ahora desean ayudar a aquellos que están luchando. Hermosa imagen del cuerpo de Cristo, donde no solamente el fuerte ayuda al débil, sino que también los débiles se ayudan entre sí.
¿Es la consejería en el contexto de la iglesia local realizable?
Hay buenas razones por las que debes considerar poner en práctica la consejería en el contexto de tu iglesia local. Dios nos ha hecho para vivir y crecer en comunidad en una iglesia local. Por lo tanto, no olvides que es bueno para nosotros recibir la fortaleza y el ánimo de esa comunidad; es sabio que busquemos consejo piadoso de miembros sabios de esa comunidad.