Me hace bien reflexionar sobre las cosas por las que estoy agradecido. Hay tantas cosas por las que le debo gratitud a Dios, pero casi en lo más alto de la lista, y en lo que pienso hoy, están mis hijos. Estoy agradecido de ser papá por estas razones y muchas más:
1. Abrazos
Estoy agradecido de ser papá por los abrazos. Mi hijo de dieciséis años ya no me abraza para acurrucarse, pero mis hijas todavía lo hacen, y las amo por ello. Me encanta tenerlas cerca, me encanta decirles que son amadas, me encanta hacerles saber que están seguras, protegidas y cuidadas. Las abrazo con ternura para que sepan que las atesoro. Las tomo en mis brazos y las llevo a la cama para que sepan que soy fuerte. Y ellas me abrazan para hacerme saber que también me aman. Creo que necesito sus abrazos tanto como ellas necesitan los míos.
2. La mirada
Estoy agradecido por la mirada de una hija hacia su padre. Hay algo en la forma en que una niña mira a su papá, algo en sus ojos que es puro, dulce, profundo y quizás incluso intenso. Su mirada muestra amor, confianza… ¿y es admiración? No es como el amor de un amigo a otro, de un esposo a su esposa o de un padre a su hijo. No es mejor ni peor, sino diferente, único. Es un amor que todo buen papá quiere atesorar.
3. Santidad
Estoy agradecido de ser papá porque mis hijos me impulsan a crecer en santidad. Me impulsan a crecer en santidad al exponer mi falta de ella. No es su intención, simplemente sucede mientras vivimos juntos el día a día. Exponen mi impaciencia, mi irritabilidad, mi egoísmo, mi orgullo. Sé que necesitan un papá que no solo exija santidad, sino que también la demuestre. Así que, a su manera, me han impulsado a crecer en los rasgos más nobles mientras doy muerte a los más feos.

4. Protección
Estoy agradecido de ser papá por el instinto de protección que siento hacia mis hijos. Y como padre, sí, siento un fuerte instinto protector hacia ellos. No hay nada que no haría para protegerlos del peligro, para evitar que experimenten dolor. A veces leo en las noticias o en los libros de historia sobre un padre que ha sacrificado su vida por sus hijos. Me conmueve, pero no me sorprende. ¿Qué padre no cambiaría su vida por la de su hijo? ¿Qué padre no se interpondría ante un depredador, un autobús o una bala para proteger a su hijo?
5. Orgullo
Estoy agradecido de ser papá para poder sentir orgullo por mis hijos. Sí, sé que el orgullo es el principal de los pecados y que al orgullo le precede la caída. Pero no este tipo de orgullo. Este es el tipo de orgullo que Dios siente por Su Hijo, el que Dios siente por nosotros, Sus hijos. Es un orgullo bueno, un orgullo que desea dar a esos hijos todo lo que necesitan, un orgullo que se deleita en sus logros, sin importar cuán grandes o pequeños sean. Este es un orgullo que busca el bien del otro, que se goza en el bien del otro. De esta manera, estoy orgulloso de mis hijos, orgulloso de ser su papá.

6. Humildad
Estoy agradecido de ser papá porque me ayuda a crecer en humildad. Sí, ser papá genera orgullo (¡del bueno!), pero también genera humildad. Veo los buenos rasgos de mis hijos y sé que no puedo atribuirme el mérito. Veo sus logros y sé que son capaces en áreas donde yo soy un fracaso. Veo todo lo que son, todo lo que hacen, todo lo que han llegado a ser y en lo que se están convirtiendo, y no puedo evitar sentir humildad y dar gracias humildemente a Dios por Su bondad.
7. Amistad
Estoy agradecido de ser papá porque me permite convertirme en su amigo. Una de las grandes alegrías de la paternidad es experimentar ese lente de transición a través de la cual tus hijos se convierten en tus amigos. Qué alegría es darte cuenta de que no solo pasas tiempo con ellos porque tienes que hacerlo o porque es tu deber como padre. No, pasas tiempo con ellos porque simplemente los amas, te encanta estar con ellos. Tus hijos se han convertido en tus amigos.

8. Esperanza
Estoy agradecido de ser papá por la esperanza que mis hijos me dan. En mis hijos veo esperanza: esperanza para la iglesia, esperanza para la humanidad. Veo hijos que son amables, con valores y que crecen en piedad. Veo hijos que han sido criados de una manera que se destaca del mundo que los rodea. Veo hijos que saben que necesitan tener una mentalidad celestial para poder ser de algún bien terrenal. Veo a mis hijos y siento esperanza.
9. Belleza
Estoy agradecido de ser papá porque me permite apreciar la belleza. ¿Qué papá no está convencido de que sus hijas son las criaturas más hermosas de toda la Tierra? ¿A qué papá no le encanta escuchar la pregunta: “Papi, ¿cómo me veo?” Ella se acerca con su vestido puesto, da una vuelta, su cabello vuela, su vestido se ahueca. “¿Cómo me veo?”. Solo hay una respuesta apropiada: “Te ves perfecta. Estás hermosa”. Y es verdad.

10. Paternidad
Estoy agradecido de ser papá porque me permite apreciar mejor la paternidad de Dios. Dios se nos revela como Padre: Padre del Hijo y Padre de todos aquellos a quienes adopta en su familia. Ser padre de mis hijos me ha dado destellos —quizás vagos y fugaces— de lo que significa que Dios sea Padre. Ver a Dios como Padre me desafía a amar como Dios ama, a criar como Dios cría. Ver a Dios como Padre me permite descansar seguro, sabiendo que mis hijos tienen un Padre más grande y mejor que proveerá para cada una de sus necesidades.
Este artículo se publicó originalmente en Challies.