Como muchos están notando, en nuestro mundo de habla hispana se está desarrollando un crecimiento de la fe cristiana protestante sin precedentes; hecho observado entre los distintos actores de la realidad religiosa de nuestro continente. Nuestra intención es compartir durante este mes de octubre, algunos artículos analizando las circunstancias, causas, creencias, corrientes y consecuencias de lo que llamaremos en nuestra serie “la reforma hispana”. Comencemos con la madre patria: España. Veamos algunas de las circunstancias determinantes para nuestro estudio, como son:
La reconquista española
Desde la conversión del rey visigodo Recaredo al catolicismo en el año 589 d.C., se declaró la península hispánica tierra católica romana. Dicha visión fue desafiada tanto por judíos (que se refieren a la tierra de Sefarad según el profeta Abdías 20 cuya localización es probablemente España); y el inicio del dominio musulmán desde el 711 d.C. hasta el año 1492, en que diferentes reinos en la península culminaron su “cruzada contra los infieles moros”.
Los reyes católicos
Los artífices de tal hazaña fueron Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, nombrados por el papa Alejandro VI “los reyes católicos” en 1496 d.C. debido al éxito en lograr la tan anhelada “unidad religiosa hispánica” bajo el auspicio de Roma y sus fieles servidores, los monarcas españoles para los que, en su visión de la fe, “estaban convencidos de que lo habían hecho guiados por el brazo prepotente de Dios”. [1]
La unidad religiosa
Es necesario precisar que la visión generalizada del cristianismo europeo fue una donde se concebía toda la sociedad unida bajo un mismo pastor: el papa de Roma; para quien la llamada cristiandad se sostenía mediante la conservación de las múltiples instituciones cuya última instancia era Roma; convirtiendo así a Europa en un panal, donde España tuvo la primacía al estar más cerca de dicho ideal, doblegando a moros y judíos por igual. [2]
La reforma del clero
Dicha unidad religiosa alcanzada bajo el influjo de los reyes católicos inició tiempo atrás cuando “la reforma del clero” se toma como el inicio de una serie de medidas impulsadas por los monarcas españoles; siendo el nombramiento del obispo de Toledo Francisco Jiménez de Cisneros, la fundación de la universidad de Alcalá de Henares y la Biblia políglota complutense, las más importantes, pero sin reformar la doctrina del catolicismo romano medieval. [3]
La santa inquisición
En ese período, diferentes clérigos convencieron a la reina Isabel de la existencia de falsos conversos en el reino de Castilla, llevándola a solicitar al papa Sixto IV la introducción de la inquisición en sus dominios, hecho que se materializó en 1478; aunque su existencia data de mucho antes, y su ejecución será tiempo después, con la diferencia que el control ahora estuvo bajo la discreción de los reyes católicos, quienes la usaron guiados por “la expectativa de la promesa del milenio (según el Apocalipsis)”. [4]
El descubrimiento de Las Indias
Mientras en el resto de Europa se estaba viviendo una gran crisis socio económica producto de las sucesivas conflictos que arrastraba desde tiempo atrás, como la gran peste negra y la amenaza de una nueva pandemia, el avance victorioso de los musulmanes por el oriente, las luchas por el poder entre las potencias europeas en el centro, y la ambición del clero fiel al papado, entre otros; los reinos ibéricos (Portugal y España) contaban con grandes recursos producto del “descubrimiento” y conquista de América (desde 1492 por Cristóbal Colón). [5]
La Peste Negra
A causa de las invasiones mongoles del siglo XIII d.C. se introdujo en Europa la llamada “peste negra” según se sabe, desde la actual Crimea, siendo descubierta por los genoveses que, huyendo, la llevaron a Italia y desde allí al resto de Europa. Esta enfermedad, se produjo por el contagio de las pulgas en las ratas, que infectaban a los humanos y se notaba por la inflamación de los ganglios linfáticos, llamados también “bubón”; de ahí el nombre de peste bubónica. Se cree que en España murió del 50 al 60% de la población para 1347-1353. Hubo una gran mistificación en torno a dicha enfermedad entre los cristianos, mientras los musulmanes y judíos al parecer, contribuyeron al mejor cuidado de la sociedad. [6]
El avance otomano
El famoso Solimán el magnífico, biznieto de Mehmed II el conquistador de Constantinopla en 1453, conquistó Belgrado en 1521, luego Rodas en 1522, y en 1526 conquistó Hungría. Ahora sólo quedaba Viena, la cual fue asediada en 1529; pero gracias a un fuerte invierno, el ejército otomano fue derrotado y los valientes defensores europeos, salieron victoriosos, aunque debilitados entre sí, debido a la larga lucha política y religiosa que desembocaría en el fortalecimiento del protestantismo germano en la Dieta de Spira de 1526 y 1529.
La división europea
Enrique VIII de Inglaterra tenía problemas con el Papa a causas de sus sucesivos matrimonios y su abandono de la fe católica junto a Francisco I de Francia, también enemigo de todos, al punto de aliarse finalmente con Solimán para vencer a todos sus contrincantes; ellos, sin proponérselo, fueron abriendo el camino para que Carlos V el nieto del emperador Maximiliano, fuese el apoyado por el Papa como la opción menos riesgosa para la estabilidad de Europa. Así el rey Carlos V de España y Carlos I de Alemania será quien presida el juicio de Lutero en la Dieta de Worms en 1521.
La ambición papal
La bien conocida historia del papado medieval, nos lleva a Julio II quien inicia la construcción de la Basílica de San Pedro, acabando todos los recursos del Vaticano y quien entrega el patronato de las Iglesias del nuevo mundo a los reyes católicos; luego a León X el que sanciona las indulgencias para continuar la construcción y que a la postre excomulga a Lutero; y Clemente VII quien apoya a Carlos V de España para lograr mantener a sus familiares en cargos importantes y el poder papal vigente. De los tales papas opuestos a un concilio de toda la Iglesia que sí apoyaba Carlos V de España, Lutero declara que: “No sería extraño que Dios desde el cielo lloviera azufre y fuego infernal y hundiese a Roma en el abismo, como en tiempos pasados hiciera con Sodoma y Gomorra. ¿Para qué sirve un Papa en la cristiandad, si sólo emplea su potestad para semejante perfidia capital y la protege y la practica?” [7] En suma, todos estos diez hechos anteriormente citados, deben ser vistos por los interesados en la historia de la cristiandad hispana protestante, como las situaciones que definirán el curso del naciente protestantismo inicialmente surgido en Alemania y Suiza, hasta llegar a España y luego a Hispanoamérica; porque nuestro contexto requiere claridad sobre el mundo donde las ideas seminales de la Reforma Hispana comenzaron a sembrarse hasta producir los frutos actuales. En síntesis, podemos observar que en España se adelantó una reforma católica antes y durante la reforma protestante, se contó con una unidad política y religiosa sobresaliente al resto de Europa, hubo disponibilidad de grandes recursos materiales de las Américas para defender el catolicismo contra el protestantismo, se practicó un tipo de catolicismo medieval fanático e intolerante que llegó a nuestro continente, se tuvo al emperador del vasto y poderoso imperio que juzgó a los reformadores protestantes, y finalmente, las luchas de poder que favorecieron en materia religiosa a los alemanes, suizos e ingleses, no lo fue así con los españoles interesados en una verdadera reforma hispana. En las próximas entregas nos dedicaremos a rastrear las primeras ideas reformadas que llegaron a la península Ibérica, siguiendo aquellas destacadas voces que claman por una reforma más profunda de la Iglesia Hispánica y tomando atenta nota de las reacciones del Imperio Español en sus vastos territorios que demorarían la tan anhelada reforma teológica y espiritual hasta siglos después de lo esperado por los muchos creyentes hispanos de aquellas épocas.
[1] Ondina E. González. Historia del Cristianismo en América Latina. Ediciones Kairós. Pág. 39. [2] Diarmaid MacCulloch. Historia de la Cristiandad. Editorial Debate. Pág. 591. [3] Justo L. González. Historia del Cristianismo. Editorial Unilit. Tomo 2, Pág. 22-26. [4] Henry Kamen. La Inquisición Española. Editorial Crítica. Pág. 102. [5] Paul Johnson. La Historia del Cristianismo. Editorial ZETA. Pág. 401. [6] https://historia.nationalgeographic.com.es/a/peste-negra-epidemia-mas-mortifera_6280 [7] Martín Lutero. A la Nobleza Cristiana de la Nación Alemana. Pág. 12.http://escriturayverdad.cl/wp-content/uploads/ObrasdeMartinLutero/15171520/1520ALANOBLEZACRISTIANADELANACIONALEMANA.pdf