George Santayana dijo hace años atrás que: “aquellos que no recuerdan el pasado, están condenados a repetirlo”, y esto es justamente lo que no quisiéramos ver en la Republica Dominicana, esa es la razón de este artículo. Escucho personas hablar de las tres causales para permitir el aborto en ciertas condiciones y, se me eriza la piel porque esta estrategia fue precisamente la que utilizaron en mi nación: Estados Unidos, para convencer a las personas para que votaran a favor del aborto. Me encanta la expresión coloquial dominicana que dice que: “el ladrón juzga por su condición” porque esto fue realmente lo que sucedió en los Estados Unidos. Las personas de valores, como no acostumbran a utilizar el engaño, confiaron ciegamente en las palabras del Dr. Bernard Nathanson, el ginecólogo quien fue la punta de lanza para obtener la legalización del aborto en aquel país, junto con un grupo pequeño de aliados. Ellos intencionalmente engañaron al público haciéndoles creer que, si el aborto se legalizaba, solo sería para prevenir las muertes maternas por abortos ilegales, o para que la mujer no sufriera emocionalmente en casos de violación, incesto y malformaciones congénitas, mientras tanto, ellos escondían que el aborto terminaría convirtiéndose en el método anticonceptivo más usado por muchos años. Como creyeron que el fin justificaba los medios, ellos engañaron al pueblo con la presentación de mentiras y estadísticas manipuladas. Como todo esto es de conocimiento publico, les pido que no acepten mis palabras como verdad, sino que lo investiguen por ustedes mismos ya que esta información es de fácil acceso por los medios digitales. La gente del pueblo asumió que un médico bien preparado y de una buena familia no era capaz de hacer algo tan malvado como mentir para lograr su objetivo, así que aceptaron lo que decía sin indagar la veracidad de lo dicho. Sin embargo, esto fue exactamente lo que el afamado doctor hizo y que luego admitió después de que abrazó los valores cristianos. El Dr. Nathanson dejó de hacer abortos al ver la expresión de dolor del niño no nacido durante una sonografía fetal mientras realizaba un aborto. El video de la sonografía fue publicado con el nombre de “The Silent Scream” (El Grito Silente). El Dr. Nathanson admitió que él y sus socios eran culpables de haber engañado al pueblo a través de una campaña masiva con cifras falsas. Ellos intencionalmente declararon que entre 5,000 y 10,000 mujeres morían anualmente por abortos mal hechos, cuando el número real se encontraba entre 200 y 300. Ellos publicaron que cada año se llevaban a cabo 1 millón de abortos ilegales, cuando la realidad era de ocho a diez mil en aquel momento. De manera intencional engañaron al público a sabiendas de que, si no lo hacían así, el pueblo no lo aceptaría y tendrían que hacer una campaña para desviar la vista de la realidad: el asesinato de una criatura indefensa para ser reemplazada con algo en que cualquier americano creería. Por tanto, comenzaron la campaña pro-elección (pro choice), que funcionó logrando su propósito final. Como norteamericana, conozco que no hay nada mas americano que la idea de ser “pro-choice” o “pro” a la idea que cada quien pueda elegir cualquier cosa conforme a su voluntad. El Dr. Nathanson probó lo que Richard Weaver, historiador y filósofo del siglo XX, escribió: “Las ideas tienen consecuencias” y hemos visto los resultados: ¡Sesenta millones de bebés asesinados legalmente en USA desde ese entonces! Según el Life Institute (Instituto Vida); 1,500 millones de bebés han sido abortados mundialmente en los últimos 50 años, unos 73.3 millones por año o 139 por minuto. ¡Esto es equivalente a casi una quinta parte de la población del mundo hoy en día! Esto se traduce en que 42% de las muertes anuales son por aborto. Después de su conversión al catolicismo, el Dr. Nathanson, admitió haber sido responsable de unos 75,000 abortos realizados en la clínica que él dirigía. Incluso confesó que llegó a abortar a su propio hijo. Más tarde, el doctor luchó para revocar la ley aprobada a favor del aborto en la que él había contribuido. Antes de su muerte a la edad de 84 años, el Dr. Nathanson, reveló toda la verdad de lo que hicieron para conseguir fraudulentamente la aprobación de la ley que legalizó el infanticidio intra-útero. Libros, películas, charlas, encuentros, declaraciones a los medios realizados por el mismo ginecólogo propulsor del aborto, pero ahora arrepentido, no lograron revertir una ley tan dañina. Por esto es tan importante que evaluemos profundamente las razones sobre las cuales se fundamentan los argumentos de aquellos que proponen cambiar las leyes antes de emitir un voto. El cambio en la cultura norteamericana ha sido extremadamente evidente en los años después de la legalización del aborto. Esto ha producido una disminución en el valor de la vida de los niños y aún de los adultos; esto combinado con el rechazo de los valores cristianos que permitieron el florecimiento humano en Occidente, han contribuido a una sociedad mas violenta: a nivel intra-familar, de las escuelas; aumento de los feminicidios, aumento de la violencia social, del hoy llamado “bullying” para citar algunos ejemplos solamente. En 1962, Estados Unidos prohibió la oración en las escuelas y el año siguiente (1963) la Suprema Corte de Justicia votó (8 a 1) prohibiendo la lectura de la Biblia en las escuelas públicas. La pérdida de la influencia de valores que propugnaban por el florecimiento de la sociedad ha ido llevando a la destrucción de la misma sociedad. Entonces debemos preguntarnos: ¿Por qué tantas personas inteligentes, no están viendo lo que es obvio? Hoy discutimos si el niño no nacido es un ser humano o no. A la luz de la mejor biología, el feto es un ser humano y tiene y merece los mismos derechos que aquellos que han nacido. Con la llegada del período del Renacimiento, la cosmovisión de la cultura occidental comenzó a cambiar, y en lugar de ver a Dios como la figura principal de la historia, pasó a ser una cultura centrada en el hombre y sus capacidades. La forma de interpretar el mundo cambió de estar basada en la Biblia y en las leyes de Dios, a enfatizar la educación como la esperanza de la humanidad. En el próximo período: la Iluminación, el énfasis cambió hacia la ciencia, la razón, y la lógica; lo que no se podía cuantificar; por ejemplo: la moral bíblica fue sometida al escrutinio. Dios y la Biblia ya no eran considerado el estándar, sino el hombre y su intelecto. Y siguiendo hasta el día de hoy, cada persona tiene el derecho de decidir qué es la verdad, y por ende todo ha pasado a ser relativo. Aunque todavía vemos vestigios de la forma de pensar, es obvio que la cosmovisión del mundo a nuestro alrededor ha seguido cambiando. Cuando el movimiento modernista surgió, la ciencia fue sentada en el trono y pasó a ser la nueva “diosa.” Hoy en día el “yo” es el nuevo ídolo y, por tanto, aunque la ciencia pruebe la verdad —como es el caso de que el feto es biológica, genética y embriológicamente un ser humano—, esta verdad no es aceptada por la mayoría, porque los derechos individuales han sido colocados primero por encima del Dios Creador, y luego por encima de la ciencia, la cual inicialmente fue adorada y luego rechazada. ¿Por qué? Porque bajo la sombrilla del individualismo de hoy, nada puede estar por encima de los derechos individuales. La evidencia de la vida humana en un feto es clara. Maureen Condic, con un doctorado en neurobiología del desarrollo, en su artículo titulado: “¿Cuándo comienza la vida? Una perspectiva científica”, concluye que “usando un criterio científico universalmente aceptado, el ser humano comienza su existencia en el momento de la fusión del espermatozoide con el óvulo (cigoto), porque en este momento, ese mismo cigoto[1] inicia inmediatamente una compleja secuencia de eventos que establece las condiciones moleculares para la continuación del desarrollo embriológico. El comportamiento del cigoto es radicalmente diferente tanto en el óvulo como en el espermatozoide evaluados por separado, y tiene las características de un organismo humano. Esta conclusión es objetiva, y consistente con la evidencia factual e independiente de cualquier perspectiva ética, moral, política o religiosa sobre la vida o el embrión humano”. [2] Por otro lado, el Dr. Jerome Lejeune, pediatra, y profesor de genética, testificó al subcomité Judicial del Senado norteamericano diciendo que, “después que la fertilización ha ocurrido, un nuevo ser humano ha llegado a ser”, “ya no es una cuestión de gusto u opinión”, y “no es una afirmación metafísica, es simple evidencia experimental”. Mientras que el profesor Hymie Gordon, de la Clínica de Mayo en la misma ocasión testificó, “Según todos los criterios de la biología molecular moderna, la vida está presente desde el momento de la concepción”. Como muchos creen que el feto es una conglomeración de células, presento algunas fotos que encontré en el internet, de un bebé que nació muerto a la decimocuarta semana de un embarazo. No hay cuestionamiento de que esto es un bebé. El problema radica en que la cosmovisión moderna ha hecho de la felicidad el máximo derecho, y nos ha llevado a creer que cualquier cosa que nos limite está mal y debe ser evitada o eliminada. Por lo tanto, si un embarazo amenaza nuestra felicidad o comodidad, tenemos derecho a terminar con él. Toda esta revolución abortiva está basada en la mentira y la creación de confusión. La confusión es tan grande que incluso existen iglesias que están de acuerdo con el aborto. Ni los que se dicen defensores de los derechos humanos están necesariamente en contra de la práctica del aborto. Por más verdades atroces que se descubran acerca del aborto, como la venta de órganos fetales por parte de la organización conocida en Estados Unidos como Planned Parenthood, la perspectiva del mundo no cambia; de hecho, se dice que es un “mal necesario”. Lo más popular sigue siendo ser “pro-elección”, refiriéndose al hecho de que cada cual elija lo que quiera hacer con el feto intra-útero. Ninguna otra ley ha sido legislada de esa manera. Nuestro pueblo se ha vuelto insensible, y por esto no puede percibir la maldad de sus acciones ni tampoco la bondad y paciencia de nuestro Dios. Lo que veo que está ocurriendo es una imitación de las mismas estrategias usadas en Estados Unidos, aunque lo que mueve al pueblo dominicano es otra razón. De acuerdo con la fuente consultada, unos 90,000 abortos clandestinos ocurren en la República Dominicana. Vale la pena preguntar cómo llegaron a esta cifra cuando en la misma fuente, el Dr. Milton Cordero, quien trabaja con la organización Engenderhealth desde el año 1980, cuyo fin es el de ayudar a mujeres post-aborto, admitió que llegar a cualquier cifra es casi imposible de lograr porque ni los médicos, ni las mujeres que los realizan están dispuestos a admitir lo que ocurre. El mismo autor del articulo relató que en un día particular entraron en el área del hospital Materno Infantil de Los Minas donde se provee servicio post aborto a estas mujeres que han tenido un aborto a escondidas y había 6 mujeres ese día en aquel lugar, pero “desafortunadamente… nadie admitió la práctica. Las mujeres negaron tener conocimiento de tal práctica, nadie lo admitió y nadie quiso comentar su experiencia antes de llegar al hospital. Si se dijo la verdad, o no, es imposible de probar…” Al leer los artículos en la Republica Dominicana, de las personas que escriben a favor del aborto, notamos un énfasis puesto en la idea de que somos uno de los pocos países que no lo permite, con la inferencia de que esto nos hace inferiores porque no estamos progresando a la altura de los países avanzados. Quisiera verlo de otra manera: no somos inferiores, sino que realmente somos uno de los pocos países con suficiente valor para no dejarse vencer por la presión de los países grandes. Les exhorto a conocer la historia de lo que ha ocurrido alrededor de las aprobaciones de los abortos en diferentes países antes de llegar a nuestras conclusiones.
[1] El cigoto es la célula resultante de la unión del gameto masculino (espermatozoide) con el gameto femenino (óvulo) en la reproducción sexual de los organismos. [2] The westchester institute for ethics & the human person, when does human life begin? A scientific perspective white paper volume 1, number 1 october 2008.