Sobre la roca: un modelo para iglesias que plantan iglesias

Justin Burkholder muestra cómo la plantación de iglesias no es un capricho, sino una misión bíblica que se debe cumplir con principios bíblicos.
Foto: VaE

Sobre la roca, escrito por Justin Burkholder, presenta un modelo para iglesias que plantan iglesias. Su libro responde la pregunta: “¿Cómo ha de prepararse y qué precauciones ha de tomar una congregación para extenderse y transformarse en una iglesia que es madre de otras?”. Para ayudar a los líderes y miembros de una iglesia local en la tarea de plantar, el autor los guía en un camino lógico que comienza con la construcción de una visión, pasa por la selección y preparación de un equipo, y termina con los detalles relacionados con la ejecución del plan. Justamente, el libro se divide en cuatro grandes secciones:

  • Visión.
  • Selección.
  • Preparación.
  • Ejecución.

Encuentro que el libro está muy bien estructurado; no solo permite una lectura en la que es difícil perder el hilo del argumento, sino que también constituye un material de consulta que sirve para aconsejar a los participantes de una nueva obra de plantación. 

Hay varios aspectos que hacen de este material un recurso sólido para los plantadores que quieren hacer la voluntad de Dios. Primero, el libro no se enfoca en dar simples definiciones y metodologías, sino que su contenido posee un nutritivo fundamento bíblico para cada sección. Segundo, el autor escribe desde una perspectiva latinoamericana y se dirige a lectores latinoamericanos; no comete el error de tomar un modelo de otras culturas para presentarlo como la regla general con la que se deben hacer las cosas. Tercero, sus principios dan por sentado que la Biblia continúa siendo la autoridad final sobre cómo se planta y cómo se sustenta una iglesia; Burkholder muestra que nada en la plantación se basa en simples estrategias, sino que viene de la Escritura.

Justin Burkholder / Foto: Coalición por el Evangelio

Estos rasgos del libro son especialmente necesarios en el mundo latinoamericano. Lamentablemente, en nuestros países abundan los grupos que se separan de alguna iglesia local, se auto convocan en un nuevo lugar —con unos cuantos bancos, un púlpito y algún instrumento musical—, ordenan a una persona que maneja algo de la Biblia y crean una iglesia nueva. Como lo dice Burkholder: “Plantar una iglesia se convierte simplemente en el producto de un capricho para no ‘perder’ la batalla con la iglesia anterior… [y] si llega a crecer, escucharemos a los líderes justificándose al decir que todo sucedió porque era la voluntad del Señor que esa iglesia naciera” (16).

Veamos brevemente de qué se trata cada una de las cuatro secciones:

1. Visión (de una plantación)

El libro nos presenta primero diversos ejemplos de mala praxis en la plantación de iglesias. Luego, sienta las bases para una orientación bíblica en este proceso. Burkholder define la plantación de iglesias de la siguiente manera: “Plantamos iglesias cuando somos enviados con el fin de reunir a una familia local de creyentes, formada por el evangelio, encabezada por Cristo, que tiene una visión misionera para su barrio, comunidad o ciudad” (17). En otra definición, afirma: “La iglesia es nuestra identidad, no nuestra actividad. Es lo que somos, no lo que hacemos. La iglesia es, en primer lugar, relacional” (28). Este principio se desarrolla con abundante base bíblica, desde la caída en Génesis 3, pasando por la obra de Cristo en la cruz, hasta el libro de Hechos. El evangelio es central en la comprensión de la plantación de iglesias, no solo como mensaje de salvación, sino como un estilo de vida.

Otro aspecto encomiable del libro es su énfasis en la actitud de una iglesia madre, que debe enviar lo mejor que tiene para la plantación de nuevas iglesias. La multiplicación es el eje del libro; el cumplimiento efectivo de la Gran Comisión es central, en contraste con iglesias que se enfocan en el crecimiento numérico y en convertirse en meras “proveedoras de eventos” y “entretenimientos espirituales” (52-53). La prioridad debe ser extender el reino de los cielos enviando obreros calificados bíblicamente. Como dice el autor: “La buena mayordomía de la iglesia de Cristo se enfoca en la multiplicación bíblica” (66). Hay mayor ganancia en dar que en recibir, y esto se aplica también a la filosofía de plantación de iglesias.

Plantamos iglesias para formar comunidades centradas en el evangelio, guiadas por Cristo y con una visión misionera para su entorno. / Foto: Unsplash

2. Selección (del equipo plantador)

En Sobre la roca no solo se resalta la importancia de plantar iglesias, sino la necesidad de hacerlo con personas calificadas bíblicamente. Se recalca que la Biblia es la autoridad final para determinar quién puede y quién no puede ser un plantador o formar parte del equipo plantador. Esto es clave, pues no cualquiera puede iniciar una iglesia según sus propios deseos. La plantación debe estar en manos de hombres calificados, capaces, que trabajen en equipo y, sobre todo, llamados por Dios. Además, debe hacerse en comunidad: no se trata de un solo hombre plantador, sino de la responsabilidad de toda una congregación.

3. Preparación (del equipo plantador)

Un aspecto destacable del libro es que hace un llamado a calcular el costo de la plantación de una iglesia. Esto implica preparación en múltiples áreas: personal, teológica, emocional, física, organizacional y económica. Además, Sobre la roca enfatiza la necesidad de formar un equipo plantador saludable, pues solo así se podrá edificar una iglesia saludable. La preparación es clave en muchas áreas de la vida (matrimonio, crianza, trabajo) y la plantación no es la excepción. Un equipo plantador debe ser guiado por principios bíblicos y debe operar bajo la siguiente premisa: los métodos que se usan deben reflejar el mensaje que se predica, tanto en evangelismo como en la vida comunitaria.

La preparación es clave en muchas áreas de la vida (matrimonio, crianza, trabajo) y la plantación no es la excepción. / Foto: Lightstock

4. Ejecución (de la plantación)

En la recta final, el libro se enfoca en la planificación práctica de la plantación. Aunque el fundamento bíblico es inmutable, la ejecución varía según el contexto. Un aspecto crucial es definir claramente la misión de la nueva iglesia. Para ello, Burkholder recomienda el acrónimo “CITA” (214-215):

  • Corta: la filosofía de ministerio debe expresarse de manera breve y fácil de recordar.

  • Inolvidable: debe ser ágil, inteligente y captar la atención.

  • Texto bíblico: la Biblia debe ser el fundamento de todo lo que se hace.

  • Anima: debe motivar y desafiar a la congregación.

En esta última fase, el autor nos recuerda que la plantación no es un asunto simplemente organizativo, en el que, al igual que una empresa, lo importante es el sostenimiento económico. Justamente cuando la nueva iglesia comienza, es fundamental abrazar la evangelización como la obra principal de los discípulos en la Gran Comisión. Esto dice al respecto:

Si la misión de la iglesia es hacer discípulos, la tarea central es la evangelización. Estas dos tareas fundamentales son relacionales, por lo que cuesta creen que muchos vean la plantación de iglesias como algo simplemente organizativo. Pareciera que muchos de los libros sobre plantación solo proponen que el objetivo principal es reunir a un grupo que pueda solventar sus gastos, tener algunas personas empleadas, un edificio bien ubicado, y buenos programas atractivos… Nuestro propósito no es solo llenar salones o estacionamientos. Queremos ver salones llenos, pero con los métodos correctos y bajo la dirección y el control de nuestro Dios (235).

Conclusión

El libro concluye resaltando la importancia del proceso de maduración de una iglesia plantada. Se nos recuerda que este desarrollo lleva tiempo y que una iglesia no madura de la noche a la mañana. En palabras del autor: “Desarrollar una iglesia plantada es una maratón. Cuando comenzamos con las reuniones dominicales, la plantación no ha terminado, sino que apenas ha comenzado” (307). Este proceso se repite continuamente, pues cada nuevo plantador y su equipo deben dedicarse en oración a hacer discípulos para enviarlos a plantar nuevas iglesias. 

Cuando la nueva iglesia comienza, es fundamental abrazar la evangelización como la obra principal de los discípulos en la Gran Comisión. / Foto: Lightstock

Estoy seguro de que la lectura de este libro animará a muchos que están orando por abrir nuevas obras, ayudará a quienes ya han comenzado y hará reflexionar a quienes dudan de su llamado. Recomiendo este libro a líderes y pastores de iglesias que aún no tienen en su radar la plantación de nuevas congregaciones. Esta obra los llevará a considerar seriamente cómo honrar a Dios invirtiendo en su gente y en nuevas obras. En resumen, este libro nos recuerda constantemente que Cristo es el Señor y la Roca sobre la cual la iglesia se fundamenta y se sostiene, una verdad que no podemos darnos el lujo de ignorar.


Puedes adquirir el libro dando clic en el título siguiente: Sobre la roca.

Ricardo Daglio

Ricardo es pastor en la iglesia de la Unión de Centros Bíblicos en la ciudad de Villa Regina, Río Negro – Patagonia Argentina. Casado con Silvina, tiene tres hijos, Carolina, Lucas y Micaela. Sirvió al Señor como pastor en Uruguay, en la ciudad de Salto durante dieciséis años. Desde el año 2008 pastorea la iglesia local en Villa Regina. La filosofía de enseñanza bíblica es «La Biblia, versículo por versículo», la predicación expositiva secuencial de la Palabra de Dios.

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