Requisitos que deberías considerar si aspiras a ser pastor

Si las exigencias son altas para el servicio militar, ¿cuánto más lo son para el pastorado? Aquí un análisis de los requisitos de 1 Timoteo 3.
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No es difícil ver los anuncios de la televisión para reclutar hombres jóvenes al servicio militar. Los anuncios proyectan todo lo bueno de esta labor para mover las emociones de los jóvenes, ya sea con explosiones, con aviones que tienen la capacidad de romper la barrera del sonido, o con el uniforme. Lo que no dicen esos anuncios son los requisitos académicos y físicos para ser parte de las fuerzas armadas. Un estudio hecho por el Washington Times dice que solo 20 por ciento de los que aplican para el servicio activo militar son aceptados.

¿Por qué hay un promedio tan bajo de hombres para ser parte del servicio militar? Porque el costo y los requisitos son altos. Ahora, si los requerimientos son tan exigentes para dicha labor, ¿cuánto más lo son para el servicio al pastorado?

Las Escrituras nos dan los requisitos claros para la obra del anciano. Todo hombre que desea o aspira ser un pastor debe cumplir con los requisitos que están establecidos en 1 Timoteo 3:1-7. Estos requisitos también están en Tito 1:5-9, pero para este artículo solo nos enfocaremos en los de 1 Timoteo. A continuación, estudiaremos los requisitos de este pasaje en 6 categorías.

Todo hombre que desea o aspira ser un pastor debe cumplir con los requisitos que están establecidos en 1 Timoteo 3:1-7. / Foto: Jhon Montaña

1. Requisitos de aspiración o deseo

El hombre que aspira a ser obispo debe desear el título y la labor.

Primero, debe ser llamado (1Ti 3:1). La palabra “aspira” en el griego significa un intenso deseo o un esfuerzo para obtener algo. En sentido negativo, Pablo usa este término en 1 Timoteo 6:10: “Pues el amor al dinero es la raíz de toda clase de mal; y algunas personas, en su intenso deseo por el dinero, se han desviado de la fe verdadera y se han causado muchas heridas dolorosas” (NTV, énfasis añadido). El anciano debe tener un llamado de Dios para la tarea, y ese llamado se manifiesta en un intenso deseo. ¿Tienes un intenso deseo de ser pastor?

Segundo, debe tener un deseo de trabajar (1Ti 3:1). El texto dice “Palabra fiel es esta: si alguien aspira al cargo de obispo, buena obra desea hacer” (NBLA, énfasis añadido). Ser obispo es trabajo duro. No es una posición que solamente espera ser ocupada; es un trabajo que se tiene que hacer. En las Fuerzas Armadas los oficiales tienen sus rangos en sus hombros y su cuello, y los enlistados tienen su rango en sus brazos. Esto significa, para el oficial, que tiene una carga de liderazgo, y para el enlistado, que tiene que servir con sus brazos. El pastor debe tener los dos: liderar y servir. En 1 Pedro 5:1-3 hay palabras que nos muestran que es trabajo duro: “pastoreen”, “velando”, y “demostrando ser ejemplos”.

El hombre que aspira a ser obispo debe desear el título y la labor.

2. Requisitos externos

El anciano debe cumplir con unos requisitos visibles ante la iglesia.

Primero, debe ser irreprochable (1Ti 3:2). El estándar de Dios es alto. Si no llegas a la medida de Sus estándares para el ministerio, puedes estar seguro de que Él no te está llamando. En el versículo 2 Pablo dice “debe ser”. Es decir, no es algo opcional. “Irreprochable” significa una vida intachable, fuera de las acusaciones. No hay manera de acusarlo de pecados vergonzosos.

Segundo, debe gozar de buena reputación (1Ti 3:7). El versículo 7 dice que “debe gozar también de una buena reputación entre los de afuera de la iglesia, para que no caiga en descrédito y en el lazo del diablo”. Una buena reputación es fundamental, especialmente con los de afuera de la iglesia. El anciano no es conocido por ningún escándalo en su vida, sino que es un hombre íntegro.

Tercero, no es un recién convertido (1Ti 3:6). Aunque la palabra “anciano” se asocia con una persona mayor, Pablo no habla aquí de la edad, sino de la experiencia. El anciano debe mostrar fidelidad a lo largo del tiempo en la congregación local. La iglesia necesita tiempo para evaluar su conducta, y un recién convertido no tiene el tiempo para mostrar que es llamado por Dios al ministerio pastoral.

El anciano debe cumplir con unos requisitos visibles ante la iglesia. / Foto: Envato Elements

3. Requisitos internos 

El anciano es un hombre que tiene valores bíblicos internos.

Primero, es alguien disciplinado (1Ti 3:2). Hay tres palabras en el versículo 2 que se refieren al pastor como un hombre disciplinado: sobrio, prudente y de conducta decorosa. “Sobrio” significa que tiene buen juicio y no es mal influenciado fácilmente. “Prudente” significa que puede conducirse sabiamente y sabe establecer prioridades; su vida demuestra orden. “Conducta decorosa” significa que es un hombre que tiene estructura en su vida; es organizado y respetable.

Segundo, no es dado a la bebida (1Ti 3:3). ¿Prohíbe la Biblia beber alcohol? En nuestra cultura hispana hemos experimentado la desgracia que trae la borrachera. Al mismo tiempo, debemos tener cuidado aquí de no caer en dos extremos: prohibir lo que la Biblia no prohíbe y ser libertinos, promoviendo un pecado vergonzoso. Esta es una oportunidad para practicar la prudencia. Es recomendable que un anciano se abstenga totalmente de tomar alcohol por el cuidado de la reputación, pero es importante recordar que “el abstenerse” no es un mandato para el anciano. La enseñanza bíblica solo muestra que el anciano no es controlado por la bebida.

Tercero, no es avaricioso (1Ti 3:3). Esto significa que está libre del amor al dinero (1Ti 6:6-10). Este es un hombre contento con lo que Dios le ha dado en sus finanzas. Muchos pastores han caído en la ruina por causa de su amor al dinero.  El anciano tiene sus finanzas en orden y no quiere retener su dinero para sí mismo.

El anciano es un hombre que tiene valores bíblicos internos. / Foto: Envato Elements

4. Requisitos interpersonales 

El anciano es un hombre social que le gusta la gente, y lo demuestra de varias formas.

Primero, es hospitalario (1Ti. 3:2). Este término significa “amar a los desconocidos o extranjeros” o “estar dispuesto a servir o hacer sentir bienvenidos a quienes tienen necesidad”.

Los ancianos bendicen a todos aquellos que vienen a estar bajo su cuidado. Tener esta característica implica estar dispuestos a amar, a preocuparse y a estar abiertos a todos, especialmente a los cristianos. Abrir el hogar para una comida con unos invitados y querer conocerlos es un rasgo de la hospitalidad.

Segundo, es amigable (1Ti 3:3). Esta palabra resume lo que dice el versículo 3: “No pendenciero, amable, no contencioso”. La palabra “pendenciero” se refiere a alguien que le gusta pelear, pero un pastor controla su genio. “Amable” es lo contrario a pendenciero: está lleno de gracia, soporta y perdona, buscando el bien de sus ovejas. “No contencioso” hace referencia a alguien que no busca división; es una persona de paz. Es la actitud de Romanos 12:18: “Si es posible, en cuanto de ustedes dependa, estén en paz con todos los hombres”.

El anciano es un hombre social que le gusta la gente, y lo demuestra de varias formas. / Foto: Getty Images

5. Requisitos familiares 

El anciano es un hombre que ama a su familia y es, antes que pastor de su iglesia, pastor de su hogar. Esto se ve en varios rasgos.

Primero, es marido de una sola mujer (1Ti 3:2). Ser hombre “de una sola mujer” implica tener amor y deseos por una única mujer, su esposa. El punto importante aquí es que el pastor es fiel. Billy Graham creó el Modesto Manifiesto, con el subtítulo “Una declaración de integridad bíblica”. Todo su equipo creó un pacto para ministrar con la más alta integridad. Uno de los requisitos era que nunca estaría solo con una mujer, excepto su esposa.

Segundo, gobierna bien su casa (1Ti 3:4-5). El anciano debe tener a sus hijos en sujeción. En otras palabras, es el anciano el que gobierna sobre sus hijos y no al contrario. Además, el anciano debe pastorear sus corazones. Tener hijos indisciplinados en la iglesia, en el hogar o en público es inaceptable. Pablo dice: “Si un hombre no sabe cómo gobernar su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios?”.

6. Requisito del don de Dios

El anciano es un hombre que es apto para enseñar (1Ti 3:2), es decir, tiene el don de Dios de la enseñanza. ¿Puedes explicar la Palabra de Dios con habilidad? Esta es la habilidad de comunicarse efectivamente. 1 Timoteo 4:16 dice: “Ten cuidado de ti mismo y de la enseñanza. Persevera en estas cosas, porque haciéndolo asegurarás la salvación tanto para ti mismo como para los que te escuchan”. Esta es la única característica de un pastor que es un don. Es la que distingue al anciano del diácono.

La confirmación externa

Finalmente, el papel de la iglesia local es fundamental. Excepto por el deseo interno, el anciano no es la persona que evalúa estos requisitos externos, pues su percepción de sí mismo puede ser subjetiva. Es responsabilidad de la iglesia local evaluar a los hombres en la congregación que tienen deseo al cargo de anciano. Estos requerimientos le permiten a los creyentes examinar a un candidato al pastorado, asegurándose de que el aspirante los demuestre y aplique en su vida.

Julio Crespo

Julio Crespo es uno de los pastores en la Iglesia Bautista Central y Director del Programa de Residencia en Plantación de Iglesias, anteriormente ha servido como pastor de la Iglesia Bautista Buenas Nuevas y Glorious Grace Ministry en Lilburn, Georgia por seis años. Creció en Aguada, Puerto Rico y en 1992 se unió a la Fuerza Área donde aún sirve como Capellán Reserva en Maxwell AFB, Alabama. Completó su licenciatura en Ingeniería Electrónica en la Universidad Interamericana de Puerto Rico y posee una Maestría en Divinidad con énfasis en la Gran Comisión del Southern Baptist Theological Seminary. Está gozosamente casado con Jamilie y es padre de cuatro hijos: Jaziel, Ezequiel, Immanuel, y Odeily.

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