¿Qué tanto prácticas el amor a los demás?

El amor requiere práctica constante. Cada acto de compasión y servicio fortalece nuestra vocación de amar a Dios y al prójimo.
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Hay pocas cosas a las que estemos destinados en la vida que sean puramente intuitivas. Hay pocas cosas que realmente importen en nuestra vida y que nos vengan de forma innata. Al contrario, casi todo lo que es sustancial y casi todo lo que importa requiere práctica.

Lo que más importa en la vida es el amor. Estamos llamados a amar al Señor con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerzas, y a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Nuestra gran vocación divina es el amor, y es una vocación que requiere práctica.

Tal vez has observado momentos en tu vida en los que te has vuelto complaciente con los demás o apático a la hora de servirles. Tal vez ha pasado mucho tiempo desde que abriste tu casa para ofrecer hospitalidad o tu horario para dirigir el discipulado. Tal vez ha pasado mucho tiempo desde que abriste tu mano para extender compasión o abriste tu billetera para ofrecer ayuda. Es poco probable que tal apatía simplemente comenzara un día y que tal complacencia se apoderara de ti en un momento. Es mucho más probable que con el tiempo hayas dejado de ejercer la práctica del amor.

Nuestra gran vocación divina es el amor, y es una vocación que requiere práctica. / Foto: Light Stock

Una vez leí sobre un músico, un pianista especialmente talentoso, que hablaba de la importancia de la práctica constante. Decía que si se saltaba sus horas de práctica de piano durante solo tres días, el público empezaría a notar la diferencia. También dijo que si lo hacía solo dos días, sus amigos y familiares se darían cuenta y que si lo hacía un solo día, él mismo sería consciente de ello. Sabía que solo la práctica diaria mantendría su habilidad al más alto nivel.

Y haremos bien en aprender de él y dejarnos amonestar por él. La advertencia es que otros pronto pagarán el precio de nuestra falta de práctica. El músico no honrará a su público por su actuación descuidada y el cristiano no honrará a aquellos a los que está llamado a servir. La falta de práctica afectará a aquellos a los que está más llamado a amar. Somos criaturas de hábitos y hacemos bien en construir y mantener hábitos que nos mantengan enfocados en nuestros llamados más importantes. Hacemos bien en crear hábitos de amor.

Somos criaturas de hábitos y hacemos bien en construir y mantener hábitos que nos mantengan enfocados en amar a los demás. / Foto: Lightstock

Lo que debemos aprender, pues, es a practicar el amor todos los días y en todas las circunstancias, a no relajarnos nunca, a no dejar pasar la oportunidad de ser una bendición para los demás. Debemos aprender a practicar el amor en los pequeños momentos de la vida, en las cosas insignificantes, de maneras que puedan pasar inadvertidas y desapercibidas. Porque al igual que la habilidad del pianista disminuye cada vez que se encoge de hombros ante una práctica, nuestra habilidad disminuye cada vez que nos encogemos de hombros ante una oportunidad de amar. De ahí que nuestra pregunta sea  siempre: ¿cómo puedo amar en este momento? ¿Cómo puedo servir en este momento? ¿Cómo puedo ser una bendición en esta circunstancia?

Dios tiene un trabajo para nosotros en este mundo, y ese trabajo es el amor: extender a los demás el amor que Dios nos ha extendido tan generosamente a cada uno de nosotros. El amor no es innato ni intuitivo. Llega con dificultad, no con facilidad. Requiere trabajo. Requiere práctica. El amor es una habilidad, una habilidad que debemos practicar constante y consistentemente, una habilidad que debemos practicar para el bien de los demás y la gloria de Dios.

Se publicó originalmente en Challies.

Tim Challies

Tim Challies es uno de los blogueros cristianos más leídos en los Estados Unidos y cuyo BLOG ( challies.com ) ha publicado contenido de sana doctrina por más de 7000 días consecutivos. Tim es esposo de Aileen, padre de dos niñas adolescentes y un hijo que espera en el cielo. Adora y sirve como pastor en la Iglesia Grace Fellowship en Toronto, Ontario, donde principalmente trabaja con mentoría y discipulado.

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