Las iglesias están llenas de pecadores. Lo sabemos. Todos somos pecadores. Las iglesias también están llenas de siervos. Sabes lo que eso significa, ¿verdad? Esos siervos también son pecadores.
Pero ¿qué sucede cuando los siervos-pecadores tropiezan con la pornografía? Las iglesias tienen diáconos que deben cumplir con requisitos bíblicos (1Ti 3:8-13). Pero también tenemos voluntarios sirviendo sin un título. Podría ser la joven que toca el violín en el escenario, el anciano que saluda en la puerta o el millennial que trabaja en el ministerio infantil.
¿Cómo debería responder el liderazgo de la iglesia si descubre que un voluntario dentro del cuerpo ha visto pornografía? Me estoy enfocando en alguien que ha expresado dolor por su pecado (2Co 7:10-11) y está dispuesto a demostrar arrepentimiento. Por supuesto, cada caso es único, y dar un consejo específico sin conocer los detalles sería imprudente —es por eso que cada iglesia local debería tener ancianos que se arremanguen teológicamente y hagan esta pregunta—.
Gratamente, la Palabra de Dios nos da principios para guiarnos cuando un siervo de la iglesia tropieza con la pornografía.
1. Recuerda que no es el pecado imperdonable (Mt 12:31)
Recuérdale que este es solo un motivo más por el cual necesita desesperadamente la misericordia de Dios. Hay esperanza en la cruz y la resurrección (Ro 6:1-14).
2. No minimices el pecado
La pornografía viene en muchas formas, desde un anuncio de lencería en una revista hasta videos en vivo. Sea cual sea el grado, todo pecado es atroz. Déjalo claro. El pecado más pequeño es una ofensa contra un Dios infinitamente santo (Stg 2:10).
3. Evalúa la gravedad del pecado
Jesús habló de diferentes grados de castigo (Lc 12:47-48). Esto implica que algunos pecados tienen mayores consecuencias. Este es un principio importante. Cuando se descubre un pecado, deben hacerse varias preguntas:
- ¿Cuál fue la intensidad de la pornografía?
- ¿Fue un tropiezo aislado o un patrón?
- Si hay un patrón, ¿cuál es la frecuencia?
- ¿La persona confesó y pidió ayuda o fue descubierta?
- ¿Existe disposición para luchar contra el pecado o hay un espíritu de defensa?
4. Busca una confesión adecuada
La confesión debe hacerse a cada parte ofendida. En el caso de un soltero, ¿mintió a un compañero de cuarto? ¿Usó la computadora de otra persona? En el caso de una persona casada, ¿lo sabe el cónyuge? En este nivel, la confesión del pecado es privada. Cuanta más confesión, más luz; y cuanta más luz, más disposición para luchar contra el pecado.
5. Insta al hermano o hermana a tomar medidas extremas
Si es mejor arrancarse un ojo que ceder a la lujuria (Mt 5:27-30), entonces ciertamente es mejor perder el teléfono inteligente o desconectar el cable.
6. Garantiza una rendición de cuentas adecuada
A los pecadores les gusta esconder su pecado. Pero revelar el pecado ofrece una oportunidad para crear sistemas y forjar relaciones que dificulten que este pecado vuelva a asomar su fea cabeza.
7. Si es necesario, pídele a la persona que se retire del servicio público
Hay varias razones por las que se podría pedir a alguien que se retire por un tiempo. Por ejemplo, el pecado confesado puede haber sido particularmente grave, y el servicio voluntario particularmente visible. Todo esto hace que el servicio continuo no sea prudente.
Además, si el siervo es un diácono, se le exige cumplir con requisitos específicos para ocupar ese cargo. No estoy sugiriendo que los diáconos que tropiezan deban ser automáticamente removidos del servicio. Simplemente afirmo que los requisitos bíblicos son importantes y debemos estar abiertos a la posibilidad de que un líder quede descalificado para servir por un tiempo.
Una palabra sobre trabajar con niños: ten especial cuidado al colocar a alguien con niños o jóvenes si sabes que lucha con la pornografía. Esta persona puede necesitar especialmente retirarse de este ministerio, incluso si solo es en esta área particular, hasta que haya un historial comprobado de victoria.
8. Regocíjate porque el pecado está a la luz
Cualquiera que sea la acción que finalmente tomes, ora para que tu iglesia sea un lugar donde el pecado confesado se vea como un triunfo piadoso. Sí, debería haber consecuencias, especialmente si el pecado es particularmente grave y el siervo está en un ministerio particularmente público. Pero no pases por alto el hecho de que Dios bondadosamente lo sacó a la luz. Tus líderes ahora tienen la oportunidad de demostrar la gracia y la misericordia de Dios.
¿Es tu iglesia un lugar donde tanto la gracia como la santidad son valoradas? La respuesta a esta pregunta se encuentra en cómo responde a un siervo líder que ha tropezado con la pornografía.
Publicado originalmente en 9Marcas.
