[dropcap]L[/dropcap]os cristianos pasamos mucho tiempo leyendo la Biblia, escuchándola en la predicación, y meditando en sus palabras. ¿Por qué este compromiso? Estamos comprometidos con la Biblia debido a lo que ella es y lo que hace. La Biblia nos guía a su propósito y poder a través de las diversas metáforas que usa para describirse a sí misma. La siguiente es una considerable recopilación de dichas metáforas. Tal vez te convendría meditar en algunas de ellas. La Biblia es una lámpara que ilumina. «Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero» (Salmo 119:105). La Biblia es una luz que resplandece. «Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero» (Salmo 119:105). La Biblia es medicina que sana. «Hijo mío, atiende a mis consejos; escucha atentamente lo que digo. No pierdas de vista mis palabras; guárdalas muy dentro de tu corazón. Ellas dan vida a quienes las hallan; son la salud del cuerpo» (Proverbios 4:20-22). La Biblia es lluvia y nieve que produce crecimiento. «Así como la lluvia y la nieve descienden del cielo, y no vuelven allá sin regar antes la tierra y hacerla fecundar y germinar para que dé semilla al que siembra y pan al que come, así es también la palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo deseo y cumplirá con mis propósitos» (Isaías 55:10-11). La Biblia es fuego que refina y consume. «¿No es acaso mi palabra como fuego, y como martillo que pulveriza la roca? —afirma el Señor» (Jeremías 23:29). La Biblia es un martillo que tiene el poder de destruir. «¿No es acaso mi palabra como fuego, y como martillo que pulveriza la roca? —afirma el Señor» (Jeremías 23:29). La Biblia es alimento que nutre. «Jesús le respondió: “Escrito está: ‘No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios’”» (Mateo 4:4). La Biblia es una espada que tiene el poder de la vida y la muerte. «Tomen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios…» (Efesios 6:17). La Biblia es aliento divino que porta el poder de Dios. «Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia…» (2 Timoteo 3:16). La Biblia es alimento sólido que fortalece a los maduros. «A estas alturas ya deberían ser maestros, y sin embargo necesitan que alguien vuelva a enseñarles las verdades más elementales de la palabra de Dios. Dicho de otro modo, necesitan leche en vez de alimento sólido» (Hebreos 5:12). La Biblia es una planta que echa raíces y produce fruto. «Por esto, despójense de toda inmundicia y de la maldad que tanto abunda, para que puedan recibir con humildad la palabra sembrada en ustedes, la cual tiene poder para salvarles la vida» (Santiago 1:21). La Biblia es una semilla que crece para crear nueva vida. «Ustedes han nacido de nuevo, no de simiente perecedera, sino de simiente imperecedera, mediante la palabra de Dios que vive y permanece» (1 Pedro 1:23). La Biblia es leche que nutre a los débiles. «Deseen con ansias la leche pura de la palabra, como niños recién nacidos. Así, por medio de ella, crecerán en su salvación» (1 Pedro 2:2). La Biblia es una lámpara que nos guía a través y afuera de este mundo. «Esto ha venido a confirmarnos la palabra de los profetas, a la cual ustedes hacen bien en prestar atención, como a una lámpara que brilla en un lugar oscuro, hasta que despunte el día y salga el lucero de la mañana en sus corazones» (2 Pedro 1:19).