¿Por qué deberíamos hacer oraciones? ¿Por qué acudir a los cultos de oración? ¿Por qué abrir nuestros corazones y expresar nuestros sentimientos, gratitud y necesidades? Puesto que orar es comunicarse con Dios, es hablar con el Creador, entonces, ¿por qué hacerlo? ¿Por qué es importante la oración? Veamos algunas razones por las que debemos orar.
1. Porque las Escrituras nos invitan a orar. Debemos orar porque si tenemos la Biblia como Palabra de Dios y en consecuencia como la verdad revelada del Creador, entonces una razón para orar es porque Dios en Su revelación nos dice que vayamos a Él en oración, en otras palabras es la voluntad de Dios que oremos (Mt 7:7-11; Col 4:2).
2. Porque Dios es real y es nuestro Creador. Debemos orar porque Dios no es un mito, no es un cuento o un invento del hombre, Dios es real y por lo tanto nosotros somos el resultado de la creación del Único y Verdadero Dios creador del universo, sencillamente Dios existe (Gn 1:1; Sal 100).
3. Porque ahora tenemos acceso al Creador por medio de Cristo Debemos orar porque como creyentes tenemos entrada a la presencia del Dios del universo, aunque es cierto que Dios no puede tener relación alguna con el pecado, y aunque es cierto que nosotros somos pecadores, sin embargo, Jesucristo pagó el precio de nuestros pecados y por medio de Él, por medio del Único y Verdadero intermediario tenemos acceso al Padre (Ef 3:12; Heb 4:14-16).
4. Porque en Cristo ahora somos Sus hijos. Debemos orar porque antes eramos enemigos de Dios caminando a espaldas de Él, pero ahora por medio de Cristo hemos sido adoptados como hijos de Dios (Jn 1:12; Ga 3:26).
5. Porque ya hemos sido justificados y limpiados. Debemos orar porque el creyente en Cristo ahora está en paz con Dios; aunque es verdad que todo hombre y toda mujer es pecador por naturaleza y en consecuencia merece el justo castigo Divino, sin embargo la ira santa y justa de Dios fue satisfecha en Cristo; Jesucristo pagó el rescate de todos aquellos que creen en Él como Salvador y Señor, por ello el creyente ya está justificado delante de Dios, pues todos sus pecados fueron perdonados y limpiados (Ro 5:1; 1Co 6:11).
6. Porque es parte de la esencia de un creyente. Debemos orar porque esta es una respuesta automática al convertirnos al Señor, la oración es algo natural y espontáneo para quien cree en Cristo; simplemente no hay cristiano sin oración (Jn 15:7-8; Hch 2:41-42).
7. Porque debemos ser agradecidos. Debemos orar porque esto muestra nuestro reconocimiento y adoración por las bendiciones recibidas. La gratitud por lo que Dios hace debe ser uno de los motores de la oración, mientras más entendamos las obras de Dios más agradecidos debemos estar y en consecuencia más motivos para orar (Sal 100; 1Ts 5:18).
8. Porque necesitamos crecer en santidad. Debemos orar porque la oración es uno de los medios que tenemos como cristianos para avanzar en nuestra lucha contra el pecado. La oración es un medio para ser más como Cristo y llevar así la vida en santidad progresiva y constante a la que Dios nos llama (Mt 6:13; Lc 22:46).
9. Porque necesitamos fuerzas para vivir. Debemos orar porque la oración no solo nos ayuda para crecer en santidad, sino también para crecer en general en madurez. Ir constantemente al Señor nos ayuda a resistir las diferentes circunstancias adversas que vienen a nuestras vidas, y así continuar adelante en medio de todo tipo de situación (Lc 22:32; Ef 6:10-18).
10. Porque somos débiles. Debemos orar porque por nuestras propias fuerzas no podremos vivir en santidad, por nosotros mismos no podremos ni honrar a Dios, ni servirle, ni perseverar en la fe; debemos orar porque somos finitos, frágiles y sin poder para vivir para Dios fuera de Su gracia (Mc 14:38; 2Co 12:9).
11. Porque nuestro Dios y Salvador está vivo. Debemos orar porque si bien Cristo murió por nuestros pecados, Él no se quedó en la tumba, la tumba está vacía; Jesús resucitó, nuestro salvador y Dios está vivo, no es una estatua, no es la obra de un escultor, es una persona real que vino, murió y resucitó mostrándonos el camino (Mt 28:5-7; 1Co 15:3-8).
12. Porque el Señor prometió estar con nosotros. Debemos orar porque Cristo, al resucitar, prometió estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo, de manera que no estamos solos y nunca lo estaremos (Jos 1:9; Mt 28:20).
13. Porque el Señor nos escucha y promete contestar. Debemos orar porque nuestras oraciones no se quedan en el aire y no llegan hasta el techo, Dios es real, se reveló de forma especial por medio de Cristo y ha prometido escuchar nuestras oraciones y responder de acuerdo a Sus propósitos (Sal 34:6; Mr 11:24).
14. Porque Dios interviene en Su creación. Debemos orar porque nuestro Dios, el Dios de las Escrituras no es una persona inerte, no es un Creador alejado de Su creación, sino que está activo en Su creación, sosteniéndola y dirigiéndola (Dn 2:21; Sal 135).
15. Porque Dios es personal. Debemos orar porque Dios escucha las oraciones de la iglesia en general pero también escucha las oraciones de nuestro corazón, escucha las oraciones que hacemos cuando nadie nos ve, escucha y ve las oraciones de cada uno de Sus hijos en particular. Si bien Dios tiene un propósito definido con todos Sus hijos, el hacernos como Cristo, sin embargo, para llegar allá tiene un trato particular con cada uno (Sal 23; Ef 4:13).
16. Porque necesitamos dirección. Debemos orar porque quién como Dios para guiarnos en cada área de nuestras vidas. Debemos buscar al Señor para que ilumine nuestros pensamientos y caminos (Sal 25:4-5; 119:105, 133).
17. Porque a Dios le agrada que oremos. Debemos orar porque a Dios le honra que le pidamos, le agrada que abramos nuestro corazón ante Su presencia, le da gloria que acudamos a Él como el Único y Verdadero Dios, le agrada que depositemos nuestra confianza en Él y no en fuerzas humanas (Jer 33:3; Pr 15:8).
18. Porque es un ingrediente indispensable para servir. Debemos orar porque de no hacerlo nuestro servicio al Señor será vacío e insípido. Debemos orar porque la oración es fundamental para que el trabajo en el Señor sea fiel y eficaz. La oración es sinónimo de dependencia (Hch 6:4; Col 4:2-4).
19. Porque Él es digno de recibir nuestras oraciones. Debemos orar porque el Creador es el Único digno de recibir la alabanza, adoración, devoción, gratitud, y confianza de Sus hijos; Dios siendo nuestro Creador, Señor y Salvador es el Único que merece nuestros ruegos y súplicas (Ex 20:1-7; Sal 145).
20. Porque necesitamos descansar en Dios. Debemos orar porque mientras estemos en el mundo actual, tendremos dificultades que provocan preocupación e incluso angustias, sin embargo debemos aprender a descansar en nuestro Soberano, Poderoso y Amoroso Dios (Mt 6:25-43; Fil 4:6-7).
21. Porque es muestra de humildad, amor y devoción. Debemos orar porque la oración revela lo que hay en nuestros corazones, revela cómo nos vemos a nosotros mismos, cómo vemos a Dios y cómo y cuánto le amamos y confiamos en Él (Sal 42; 63).
22. Porque Dios es Todopoderoso, Soberano, Bueno y Misericordioso. Debemos orar porque no hay nada imposible para Dios, no hay enfermedad ni problema que no pueda solucionar, además es Soberano, está en control de todas las cosas; y unido a esto, es Bueno, Dios siempre actuará de acuerdo a Su bondad y también es compasivo, sabe quienes somos y decide amarnos (1Cr 29:11-14; Sal 34).
23. Porque Dios ya en el pasado ha contestado. Debemos orar porque sabemos por las Escrituras, por el testimonio de muchos y por experiencias pasadas que Dios contesta. Dios es personal, escucha y responde (Sal 116:1-2; Hch 10:4).
24. Porque Jesús oró. Debemos orar porque Jesús nos dio ejemplo. Si nuestro Señor siendo Dios, siendo hombre sin pecado, teniendo una relación estrecha con el Padre, y aún así pasaba noches enteras orando ¿qué queda para nosotros? (Lc 6:12; 22:41-42).
Conclusión
Debemos orar porque hay razones más que suficientes para orar, hay razones más que suficientes para ir ante el Creador en adoración, gratitud, confianza y ruegos. Si bien Dios no promete darnos todo lo que pedimos porque a veces no sabemos pedir o pedimos mal (Stg 4:3), sin embargo Dios sí nos ve, nos escucha y promete estar con nosotros y responder de acuerdo a Sus propósitos (1Jn 5:14-15). Dios es real, es nuestro Creador y ahora por medio de Cristo tenemos acceso ante Él. Quien es Dios, quienes somos nosotros, la condición de este mundo, nuestros pecados, quien es Cristo y lo que logró, nuestras circunstancias y nuestra esperanza son razones más que suficientes para orar.