¿Cuándo fue la última vez que conociste a una persona que tomó una decisión en su vida basado en cómo afectaría a la iglesia a la que pertenece? Como pastor a menudo oigo sobre las decisiones que algunas personas hacen en cuanto a una mudanza, o asuntos de trabajo, etc. y mi respuesta inmediata es siempre doble: ¿Cuál es la motivación detrás de tu decisión? ¿A dónde adorarás el día domingo? Para una gran mayoría de personas la respuesta a mi primera pregunta se reduce a asuntos que tienen que ver con la economía: más dinero, más espacio o mejores perspectivas, etc. En cuanto a la pregunta número dos a menudo la respuesta brilla por su ausencia. En toda esta planificación cuidadosa y con la expectativa de progresar, la idea de pensar en dónde congregarse ni siquiera es considerada como algo serio. «Se supone» —dicen encogiéndose de hombros— «que algo va a surgir«. ¿Qué tiene que ver la iglesia con todo esto? Esto es sobre mí y mi familia. Probablemente habrá cerca alguna iglesia decente, pero si no, lo encontraremos en algún lugar«. El razonamiento implícito detrás de esto a menudo es: «Dios ordenará las cosas ‘espirituales‘ y yo me encargaré del resto«. Las ramificaciones espirituales de todo esto ni siquiera son tenidas en cuenta para muchos cristianos. ¿Cómo afectará a mi iglesia local si me mudo? ¿Qué pasará con mis responsabilidades en mi iglesia local? ¿Quién se hará cargo de ellas? Esas son, tristemente, preguntas ridículas en la mente de muchos creyentes en nuestra sociedad. Muchas decisiones tomadas hoy en día llegan a oídos de los pastores como hechos consumados, en vez de haber sido en primer lugar, cuidadosos en buscar sabiduría espiritual. Sé que hasta habrá muchos que lean esto pensando: ‘¿Qué tiene que ver con mi pastor lo que yo hago en mi vida personal? Eso se parece un poco a un «pastoreo intrusivo», ¿no? Mi pregunta a los creyentes es la siguiente: ¿Qué pasaría si, en lugar de mejorar las perspectivas de tu carrera, cada vez con más mudanzas, y de procurar estar cerca de una mejor escuela para tus hijos, no tomas la decisión de mudarte a una de las zonas marginales o a una comunidad cercana a la zona donde vives? ¿Qué pasaría si tomas la decisión basado en la necesidad de ver iglesias saludables y centradas en el evangelio en estas áreas? ¿Y si en lugar de estar quejándote por causa de la «decadencia urbana» te quedas donde estas con tus capacidades y te dedicas a trabajar en la «regeneración espiritual» de tu barrio y ciudad? Me pregunto cómo se vería entonces el retrato espiritual de tu país.
Una publicación del ministerio 20Schemes.com | Traducido con permiso por Ricardo Daglio La misión de 20Schemes es ayudar a construir iglesias sanas y centradas en el evangelio para las comunidades marginadas de Escocia (llamadas “schemes” en inglés).