Los verbos del porno en constante evolución

La raíz de todo pecado es la misma: rebelión contra Dios y Su ley. Y, sin importar como cambie la expresión o manifestación del pecado, su origen se mantiene igual. A esto se nos apunta en este artículo. Como creyentes, debemos siempre ir a Dios y Su ley para luchar contra el pecado en nuestros corazones.
Foto: Minh Pham

El porno existía antes de la era digital, aunque rara vez se hablaba de él y era relativamente escaso. En aquella época, se trataba principalmente de imágenes impresas en revistas escondidas (y robadas) en los estantes superiores prohibidos de las tiendas de conveniencia. Ahora parece pintoresco, pero en aquella época el porno era algo que solo se miraba. [Mirar: Percibir con atención; dirigir la mirada hacia alguna parte]. 

Para cuando teníamos veinte y treinta años, el porno había evolucionado. Liberado del formato impreso, primero se abrió paso en  Betamax y VHS antes de dar el salto a los nuevos formatos digitales. Se extendió por Internet como un Ghengis Khan virtual y no tardó en subyugar a toda una generación (que, como suele ocurrir, estaba muy dispuesta a ser conquistada). Aquellas silenciosas fotografías estáticas de los años de juventud de sus padres habían sido reemplazadas por vídeos de alta definición. El porno ya no era algo que se miraba, sino algo que se veía. [Ver: Mirar u observar atentamente durante un periodo de tiempo]. 

En la actualidad, el porno sigue existiendo, desde luego, y justo ahora está liderando la carga en el nuevo y creciente medio de la realidad virtual. Por lo que dicen los que están abriendo el camino y los que ya lo han experimentado, este porno en RV ofrece algo mucho más inmersivo que pasar las páginas de una revista o hacer clic sin parar en los vídeos de un sitio de pornografía. El porno ya no es algo que simplemente tenemos que mirar o ver, sino algo que podemos experimentar. [Experimentar: Encontrar o sufrir un acontecimiento o suceso]. 

Con el paso de los años, la industria de la pornografía ha estado en constante evolución. Luego de extender sus tentáculos hasta los medios impresos y audiovisuales, ahora se extiende a la realidad virtual. El pueblo de Dios debe estar preparado para hacer frente a este gran desafío. / Foto: Hammer & Tusk

En el futuro, el porno seguirá existiendo, por supuesto. Sus formas futuras permanecen opacas por ahora, pero sin duda aprovecharán las numerosas innovaciones que reducen la distancia entre la tecnología y la biología, que emplean dispositivos inteligentes y receptivos capaces de ofrecer acciones y sensaciones físicas. El porno será algo que hagamos y algo que se nos haga. Será algo en lo que participemos. [Participar: Compartir o estar involucrado en una acción o acontecimiento]. 

Los verbos de la pornografía han evolucionado con los años, no así el pecado que yace en su raíz. En sus formas más primitivas y básicas, el porno era una manifestación de rebelión contra Dios y Su ley; en sus formas finales y más avanzadas, el porno seguirá siendo una manifestación de rebelión contra Dios y Su ley. La fuerza creciente de los verbos simplemente muestra la realidad de que el pecado nunca está satisfecho, sino que siempre anhela progresar. El pecado pasa de emocionante a aburrido en un instante. Insatisfechos  con  simplemente  mirar o ver lo que Dios prohíbe, exigimos también experimentarlo y participar en él. Inevitablemente nos encontraremos disconformes, anhelando nuevos verbos que expresen una depravación más profunda.


Este artículo se publicó originalmente en Challies.

Tim Challies

Tim Challies es uno de los blogueros cristianos más leídos en los Estados Unidos y cuyo BLOG ( challies.com ) ha publicado contenido de sana doctrina por más de 7000 días consecutivos. Tim es esposo de Aileen, padre de dos niñas adolescentes y un hijo que espera en el cielo. Adora y sirve como pastor en la Iglesia Grace Fellowship en Toronto, Ontario, donde principalmente trabaja con mentoría y discipulado.

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