Los cinco factores clave en la santificación de todo cristiano

En lugar de resistirse, entre en la corriente de la obra santificadora de Dios y vea cómo el poder del Señor se revela en todas las formas en que Dios

El crecimiento en la semejanza con Cristo es una progresión activa de toda la vida. Somos más santos el día que morimos de lo que éramos el día que vinimos a Cristo. Somos más santos el día que morimos que el día antes de morir. Sin embargo, esta larga progresión está salpicada de pausas estacionales, monotonía y complacencia. Sabemos que nunca somos tan semejantes a Cristo como deberíamos ser o incluso como queremos ser. Sin embargo, aunque nuestra falta de santidad debería motivar un mayor esfuerzo en la piedad, a menudo permitimos que contribuya al desánimo, la pereza y la apatía. La santificación es un asunto complicado.  ¿Cómo lleva a cabo Dios esta obra de santificación? David Powlison lo reduce a cinco medios o cinco corrientes a través de las cuales Dios derrama Su gracia santificadora. Estos factores trabajan en conjunto, cada uno contribuyendo a nuestra ganancia de por vida en la piedad.  Dios te cambia  Dios te cambia. Él interviene e interfiere en tu vida de forma soberana y a veces invisible para ayudarte a crecer en santidad. Este puede ser el medio más obvio, pero tu inclinación natural atea unida a tu inclinación por la gloria propia amenaza con llevarte a olvidar o descartar su importancia. Tu santificación no sería posible sin que Dios intervenga primero para hacer que el evangelio sea hermoso para tu corazón y mente oscurecidos. No puedes querer ver cuando eres ciego de nacimiento. De la misma manera, no puedes hacerte vivo en Cristo cuando estás muerto en el pecado.  La conversión es sólo un ejemplo de la interferencia soberana de Dios. Cuando lo invocas como tu Señor, debes acoger Su permanente y perfecta intervención a lo largo de tu vida. Debes recordar que tu santificación también depende de Él, «porque Dios es quien obra en ustedes tanto el querer como el hacer, para Su buena intención» (Fil 2:13).  La verdad te cambia  Dios elige trabajar en armonía con un libro, Su libro. Romanos 15:4 muestra esta interacción entre Dios y la Palabra de Dios: «Porque todo lo que fue escrito en tiempos pasados, para nuestra enseñanza se escribió, a fin de que por medio de la paciencia y del consuelo de las Escrituras tengamos esperanza». Sin embargo, en el versículo 13, Pablo ora: «Y el Dios de la esperanza los llene de todo gozo y paz en el creer, para que abunden en esperanza por el poder del Espíritu Santo». La Escritura da esperanza porque su autor es el Dios y dador de esperanza.   La Biblia es «perfecta, reaviva el alma; el testimonio del Señor es seguro, hace sabio al sencillo» (Sal 19:7). Una mente inconversa puede extraer sabiduría de sus verdades proverbiales e incluso esto puede dar lugar a cambios de comportamiento. Pero los cristianos beben de sus palabras porque están habitados por el Espíritu de Dios y desean escuchar la voz de Dios. Esto, también, debería resultar en cambios de comportamiento y en cambios de una naturaleza mucho mejor y más profunda. La verdad de Dios te transforma cuando lees, reflexionas, entiendes y obedeces Su Palabra.  Las personas sabias te cambian  En el nivel más básico, no puedes conocer el evangelio a menos que venga a ti. Tu llegaste a la fe porque alguien te compartió el evangelio: «¿Cómo van a creer en aquel de quien no han oído hablar? ¿Y cómo van a oír sin que alguien les predique?» (Ro 10:14). Poco después, espero, formaste parte de una familia de la iglesia. Después de todo, es en este entorno corporativo donde Dios dispensa la gracia a través de los medios ordinarios de gracia. Ningún hombre o mujer está destinado a ser una isla.   Proverbios 13:20 nos amonesta a caminar con gente sabia porque entonces, nos volvemos sabios. Por el contrario, el compañero de los necios se vuelve necio. Espero que conozcas la dulce bendición de la amistad cristiana. Dios nos llama a reprender, a animar, a confesar nuestros pecados, a discipular y a consolarnos mutuamente en la aflicción. Al hacer eso, nos cambiamos unos a otros. El aislamiento perpetuo te alejará de uno de los grandes medios de santificación de Dios.   El sufrimiento y la lucha te cambian  Si incluso Cristo «aprendió la obediencia por medio de lo que padeció» (Heb 5:8), ¿cuánto más a ti, te cambian el sufrimiento y la lucha? Piensa en las doctrinas que se hicieron más queridas para ti en las noches más oscuras de tu alma. Piensa en las lecciones que aprendiste en tus pruebas más duras. El sufrimiento y la lucha necesitan la gracia de Dios en tu vida de una manera que la facilidad no necesita.  Gran parte de tu sufrimiento es el resultado de tu oscuridad interior, y del mal de los demás. Mientras esperas con expectación tu completa santificación, tu naturaleza pecaminosa te mantiene inclinado hacia el mal, y esto a menudo abre una puerta al sufrimiento. Otras veces, es el resultado de circunstancias incontrolables, de la pérdida, del deterioro físico, de la persecución, o de los efectos nocivos del pecado ajeno. Vivimos en un mundo decadente en el que abundan los problemas. Pero el sufrimiento nunca es gratuito, porque sabemos que «el sufrimiento produce resistencia, y la resistencia produce carácter, y el carácter produce esperanza» (Ro 5:3-4). Dios nos cambia a través de cada lucha y cada momento de sufrimiento.  Tú cambio  El sufrimiento, la gente sensata, la verdad y la obra soberana de Dios deben unirse a tu arrepentimiento voluntario y constante. Resistes  a la santificación cuando eres pasivo y no respondes a estos cuatro factores. Estás llamado a ser tanto un oyente como un hacedor de la Palabra. Si alguien te reprende suavemente por el pecado, debes elegir arrepentirte y cambiar. Ante el sufrimiento, tienes la opción de ceder a la tentación de la perdición mental o de encontrar esperanza en Dios. Cuando creisteen el Señor, «os convertisteis de los ídolos a Dios para servir al Dios vivo y verdadero» (1Ts 1:9). Pero incluso tu arrepentimiento es una obra del poder de Dios en ti.  En lugar de resistirse, entre en la corriente de la obra santificadora de Dios y vea cómo el poder del Señor se revela en todas las formas en que Dios, la verdad, las personas y la lucha, cambian a medida que respondes en continua obediencia y continuo arrepentimiento.  Estos puntos fueron tomados de  How Does Sanctification Work? [¿Cómo funciona la santificación?] por David Powlison.  Este artículo se publicó originalmente en Challies. 

Tim Challies

Tim Challies es uno de los blogueros cristianos más leídos en los Estados Unidos y cuyo BLOG ( challies.com ) ha publicado contenido de sana doctrina por más de 7000 días consecutivos. Tim es esposo de Aileen, padre de dos niñas adolescentes y un hijo que espera en el cielo. Adora y sirve como pastor en la Iglesia Grace Fellowship en Toronto, Ontario, donde principalmente trabaja con mentoría y discipulado.

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