Cuando hago esta consulta en las Iglesias locales, escucho reiteradamente la inquietud de que “nuestra iglesia parece ir en millones de direcciones diferentes”. Necesitamos una visión bíblica que considere la gran historia que Dios está escribiendo y nuestro papel en ella como parte de Su iglesia. Esto comienza cuando entendemos el plan para nuestros pastores y el pueblo de Dios. En Efesios 4:11-16, Pablo señala la declaración de principios para la iglesia más poderosa y orientada que aparece en la Biblia. Este pasaje ofrece la descripción del ministerio según Dios con respecto a los líderes de la iglesia y cada uno de sus miembros. Al sintetizar la esencia del llamado divino, la visión de Cristo atrapa nuestra imaginación y motiva la transformación de la mentalidad en el ministerio que lo cambia todo.

El plan para los pastores

La mayoría de los comités que reclutan pastores se emocionarían al leer el currículum de un candidato que demostrara tener la capacidad de predicar, aconsejar y administrar. La mayoría de los seminarios estarían encantados si las entrevistas a los graduados indicaran que los estudiantes de ministerio pastoral consideraron que la capacitación que recibieron en el seminario los preparó para predicar, aconsejar y administrar. Al parecer, ser capacitados para hacer la obra del ministerio es el objetivo ideal de todos en cuanto al liderazgo de la iglesia. De todos, menos el de Cristo. La descripción que Él hizo del ministerio pastoral enfatiza la habilidad de capacitar a otros para hacer la obra del ministerio. Cristo tiene todo el derecho de establecer la descripción del ministerio …y lo hace, en efecto: “Y Él dio a algunos … pastores y maestros, a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, …” (Efesios 4:11-12a). El gran plan de Cristo para Su iglesia es que los pastores se enfoquen en capacitar a los creyentes a hacer la obra del ministerio. Pablo comienza el versículo 12 con una palabrita en griego (pros) la cual se tradujo con la expresión (“a fin de”) con un significado gigantesco: con el propósito consciente de, para, en aras de, con vista a. La palabra indica el objetivo futuro y el objetivo final de una acción actual. Esta es, por definición, una declaración de propósito: la gran declaración de propósito de Cristo para todo pastor/maestro. ¿Cuál es la visión futura para la cual Cristo dio a Su iglesia pastores y maestros? Pablo lo dice suscintamente: “A fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio”. Esas diez palabras deben ser la razón por la que existe cada pastor de la iglesia. La palabra principal —“capacitar”— debe reflejar la pasión de todo pastor por el ministerio. “Capacitar” viene de una palabra que se usa para un artista, un artesano. Pastor, tu obra de arte especial, tu opus es la gente, la gente capacitada que hace discípulos. Tu don espiritual u obra de arte es ayudar a los demás a reconocer su don espiritual, a identificar esa área del ministerio y capacitarlos para usar ese don. La iglesia es una comunidad de gente dotada, no simplemente una comunidad de personas con un pastor dotado. En los días de Pablo, la gente utilizaba la palabra “capacitar” en el contexto de poner a un atleta en condiciones. Pastor, eres un entrenador que pone en condiciones espirituales a los demás. Tu trabajo no es el de ocupar todos los puestos del equipo, sino entrenar a cada jugador del mismo, a fin de que fortalezcan su condición espiritual para que puedan hacer las obras del ministerio. Esto encaja perfectamente con la manera en que Pablo usa la palabra capacitar: entrenar a alguien para que esté en plenas condiciones y sea lo suficientemente maduro para cumplir su llamado. El llamado del líder es ayudar al pueblo de Dios a cumplir su vocación. Éstas no eran palabras solamente para Pablo. Él dio su propia descripción del ministerio de hacer discípulos —Colosenses 1:28-29. También, hizo de la capacitación a otros capacitadores su práctica personal en el ministerio —Hechos 20:13-38. La gran visión de Cristo atrapó de tal manera la mentalidad ministerial de Pablo que al final de su vida, le pasó a Timoteo la visión de capacitar a otros capacitadores, que a su vez capacitarían a otros —2 Timoteo 2:2. El “testigo” de capacitar a otros pasó de las manos de Cristo a las de Pablo, a las de Timoteo, a las de otros discípulos de confianza, quienes a su vez lo pasaron a otros. No dejemos de pasar el “testigo”. Mantengamos viva la gran visión de Cristo para que siga avanzando hacia el futuro.

El plan para el pueblo de Dios

A menudo nos falta la aplicación vital del discipulado en la vida real de cada creyente, el cual Pablo inserta en Efesios 4:11-16. Exactamente, ¿para qué están capacitando los pastores a la gente? Específicamente, ¿de qué manera los miembros están haciendo la obra del ministerio? Pablo responde: Al “hablar la verdad en amor” crecemos en Cristo (Efesios 4:15). Cada palabra de este pasaje desemboca en esta frase notable: “Hablando la verdad en amor”. Estas cinco palabras deben ser la razón por la que existe cada creyente. El gran plan de Cristo para la iglesia es que cada Cristiano sea alguien que haga discípulos al hablar y vivir la verdad del evangelio en amor. Pablo selecciona una sola palabra en griego, que a menudo traducimos como “hablar la verdad”. Mas, deberíamos traducirla como “vivir la verdad”. Incluso, podríamos usar la frase “de veras”. Probablemente, Pablo tenía en mente el Salmo 15 donde el salmista pregunta: “Señor, ¿quién habitará en tu tabernáculo?”. Y responde: “El que anda en integridad y obra justicia, que habla verdad en su corazón” (Salmos 15:2). ¿Quién puede servir en el tabernáculo de Dios, la iglesia —todo aquel que personifica la verdad en las relaciones. La palabra que Pablo usa para “verdad” significa transparente, veraz, genuino, auténtico, confiable, sincero. Describe a la persona que ministra con un corazón íntegro y con un amor lleno de gracia, semejante al de Cristo. Retrata a la persona que cuyo estilo de relacionarse con los demás es transparente y confiable. El tiempo y el contexto indica que el cuerpo de Cristo debe personificar la verdad en amor de manera continua, activa y colectiva, pues la verdad y el amor están vulnerable e íntimamente ligados entre sí. Pese a que la verdad es mucho más que el acto de hablar, no significa que sea menos que eso. Pese a que es necesario el contenido objetivo puro, no significa que el evangelio aplicado sea menos importante. Pablo usa una palabra idéntica en Gálatas 4:16. Allí, claramente está hablando de predicar, enseñar y comunicar la verdad del evangelio de la gracia de Cristo (salvación) aplicado al crecimiento diario en Cristo (santificación progresiva). Combinemos Gálatas 4:16 con Efesios 4:16, ambos en su contexto, y encontraremos una descripción sorprendente del ministerio centrado en el evangelio —del ministerio personal de la Palabra. Hablar la verdad implica: Comunicar la verdad del evangelio acerca de la santificación centrada en la gracia en palabra, pensamiento y acción por medio de relaciones “unos a otros” que posean integridad, veracidad, autenticidad, transparencia y confianza, lo cual deberá hacerse en amor para promover la unidad y la madurez del cuerpo de Cristo con el fin principal de mostrar la gloria de la gracia de Cristo. El plan normal y la prioridad de todo cristiano es hacer discípulos que hagan discípulos. La esttrategia de capacitación de Cristo para hacer discípulos implica que los pastores capaciten a cada cristiano para que pueda personificar la verdad en amor por medio del ministerio personal de la Palabra —consejería bíblica centrada en el evangelio. ¿Qué sucede cuando los pastores tienen como objetivo cumplir su llamado de capacitar al pueblo de Dios a hacer discípulos que hagan discípulos por medio del ministerio personal de la Palabra al hablar y vivir la verdad en amor? Pablo nos lo muestra en Efesios 4:16. El cuerpo que tiene una Buena salud crece y se edifica en amor cuando cada una de sus partes hace su trabajo. ¿Cómo cambiarían nuestras Iglesias si siguiéramos el plan de diez palabras según Cristo para los pastores?: “A fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio”. ¿Cómo cambiarían las Iglesias si siguiéramos el plan de 5 palabras según Cristo para el pueblo de Dios?: “Hablando la verdad en amor”.

Bob Kellemen

Bob Kellemen es el fundador y director de los ministerios RPM a través de los cuales da conferencias, escribe y asesora sobre la consejería bíblica y la vida cristiana. Kellemen también sirvió como el fundador ejecutivo de la Biblical Counseling Coalition [Coalición de consejería bíblica]. Actualmente sirve como uno de los ancianos de Bethel Church en el noroeste de Indiana, Estados Unidos. El Dr. Kellemen es el autor de catorce libros incluida la obra Counseling Under the Cross [Aconsejando bajo la cruz].

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