Recuerdo que cuando comenzamos este estudio estaba expectante de que llegara este momento en donde todas pudiésemos ver la providencia de Dios, la soberanía, Su bondad a pesar del pecado y recordar que Su gracia es mayor.  Ahora estamos al final de Ester y podemos ver como Dios preservó al pueblo judío, y no porque ellos fuesen muy buenos, sino porque Él es fiel a sus promesas y sería de ese pueblo que Él estaba preservando que vendría nuestro redentor, El Mesías.   ¡Qué gozo me da ver el final de esta historia y recordar que así es la historia de nuestra redención! Dios cumplirá sus promesas y aunque haya tiempos en donde no entendemos algunas cosas, podremos vivir por fe y no por vista como dice 2 Cor 5:7. Esta historia nos anima a continuar confiando en nuestro buen Dios, a poner la esperanza en aquel, que cuando su pueblo pensaba que iban a ser exterminados, todo se tornó en gozo y Él los preservó  Tú y yo, mi querida hermana, perseveraremos hasta el final, no por nuestra propia fuerza, sino por la fidelidad de Dios en nosotros. En este estudio quiero recordar algunos atributos de Dios, que nos ayudarán a tener consuelo, paz y gratitud por nuestro Dios.  Vamos a leer Ester 9:23-27 El establecimiento de la fiesta judía Purim:  Así los judíos llevaron a cabo lo que habían comenzado a hacer, y lo que Mardoqueo les había escrito.Pues Amán, hijo de Hamedata, agagueo, enemigo de todos los judíos, había hecho planes contra los judíos para destruirlos, y había echado el Pur, es decir, la suerte, para su ruina y destrucción.Pero cuando esto llegó al conocimiento del rey, éste ordenó por carta que el perverso plan que había tramado contra los judíos recayera sobre su cabeza, y que él y sus hijos fueran colgados en la horca.Por eso estos días son llamados Purim, por el nombre Pur. Y a causa de las instrucciones en esta carta, tanto por lo que habían visto sobre este asunto y por lo que les había acontecido,los judíos establecieron e hicieron una costumbre para ellos, para sus descendientes y para todos los que se aliaban con ellos, de que no dejarían de celebrar estos dos días conforme a su ordenanza y conforme a su tiempo señalado cada año.   Estos pasajes describen cómo se estableció una de las fiestas que los judíos celebran anualmente, incluso hasta el día de hoy; como leemos en los versículos anteriores, el nombre viene de Pur que significa suerte, ya que Amán había echado las suertes para ver cuando seria la destrucción de los judíos. Pero con lo que no contaba Amán era que Dios estaba al control de todo, y que nada pasa sin que Él así lo quiera, y aunque el hombre buscara la destrucción de los judíos la voluntad de Dios era su preservación.   El versículo 25 nos dice como todo cambió y la suerte para destrucción planeada por Amán recayó más bien sobre él y sus hijos por orden del rey, un también impío, pero como vemos en toda la Escritura Dios puede usar a cualquiera para cumplir sus propósitos, incluso aquellos que no pertenecen a su pueblo no pueden resistirse a Su soberanía. Esto debería ser algo que no olvidemos en nuestro diario vivir.  El atributo de Dios que quiero resaltar aquí es su Soberanía.  Amigas, que este sea un recordatorio, de que, aunque estemos en momentos de sufrimiento, de dolor, recordemos que Dios es soberano. Que Él está en control de todo, y que también el sufrimiento y los momentos de dolor son parte de la voluntad de Dios. Debemos ocuparnos en obedecerle en medio del sufrimiento poniendo nuestros ojos en Cristo, en aquella promesa que un día estaremos en gloria con Él, y que todo sufrimiento se acabará.   Que esto sea de ánimo para nosotras al recordar que tenemos un Dios fiel y que usa cualquier persona y cualquier momento para que Su voluntad sea hecha, y esta voluntad es la buena la agradable y la perfecta para las que hemos sido llamadas según su propósito.  Así que en medio de esos momentos difíciles recordemos que el mismo Dios quien liberó a los judíos de la destrucción, es el mismo Dios que por gracia te salvó a ti por medio de Cristo, y es el mismo a quien puedes ir delante de Su trono en oración, nuestro Dios ha sido fiel, es fiel y será fiel por siempre.  Quiero detenerme ahora para hablar de la soberanía de Dios. La soberanía de Dios se trata de que nada puede pasar sin que Él lo tenga controlado, nada ni nadie puede bloquear sus propósitos y todo es de acuerdo a su voluntad.  La soberanía de Dios es uno de los atributos más conocidos, pero muchas veces es el que menos creemos, y sé que puedes decir en tu mente, ¡No! Yo sí creo en la soberanía de Dios, y es verdad, pero a veces actuamos como si no creyéramos en este hermoso atributo que nos debería traer paz y seguridad  Si la historia de este libro se hubiese quedado con que el rey había enviado el decreto, si ese fuera el punto final, entonces el desenlace sería que efectivamente Mardoqueo y todos los judíos habrían sido exterminados. Pero no fue así, y esto no fue así porque soberanamente Dios estaba al control.   Dios es el que pone el punto final en cada historia, Él es quien determina lo que finalmente sucederá, no se mueve una sola molécula en este universo sin que Su soberanía lo ordene. Esto debe producirte paz mi querida hermana.   Continúa escuchando el episodio de hoy, y no olvides descargar tu guía de estudio. 

Juliana de Armel

Juliana de Armel, es una hija de Dios salvada por gracia. Esposa de Santiago Armel quien es pastor de la Iglesia Bíblica Cristiana de Cali. También es madre de un hijo llamado Santiago. Junto a su familia vivió por varios años en Los Angeles, California, tiempo en el cual fueron entrenados en Grace Community Church para luego ser enviados como misioneros a plantar una iglesia en la ciudad de Cali, Colombia.

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