Enseña a tus hijos a huir

Enseñar a nuestros hijos a huir del pecado es enseñarles a correr valientemente hacia Dios.
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Si queremos que nuestros hijos sean seguros de sí mismos y valientes, ¿por qué les enseñamos a huir? La respuesta es sencilla y profunda: la Biblia nos manda que cada día, todos debemos huir con valentía de algunas cosas y correr hacia otras.

¿De qué deben huir nuestras familias?

2 Timoteo 2:22 y 1 Corintios 6:18 ordenan a todo el pueblo de Dios que huya de la inmoralidad. 1 Corintios 10:13-14 nos da la gloriosa promesa de que siempre podemos escapar de la tentación porque Dios es fiel y nos proporciona una vía de escape. 1 Timoteo 6 enumera una serie de pecados, y el versículo 11 ordena: “Pero tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas”. 1 Tesalonicenses 5:22 nos exige que “nos abstengamos de toda forma de mal” y Proverbios 14:16, 22:3 y 27:12 nos ofrecen una orientación casi idéntica: “El prudente ve el mal y se esconde”.

José es un ejemplo extraordinario de cómo vivir estos mandamientos. En Génesis 39 aprendemos que José fue vendido como esclavo y fue tentado por la esposa de su amo. Se nos dice: 

Pero él rehusó y dijo a la mujer de su amo: “Estando yo aquí, mi amo no se preocupa de nada en la casa, y ha puesto en mi mano todo lo que posee. No hay nadie más grande que yo en esta casa, y nada me ha rehusado excepto a usted, pues es su mujer. ¿Cómo entonces podría yo hacer esta gran maldad y pecar contra Dios?”. Y ella insistía a José día tras día, pero él no accedió a acostarse con ella o a estar con ella. Pero un día que él entró en casa para hacer su trabajo, y no había ninguno de los hombres de la casa allí dentro, entonces ella tomó a José de la ropa, y le dijo: “¡Acuéstate conmigo!”. Pero él le dejó su ropa en la mano, y salió huyendo afuera (Gn 39:8-12).

Para ser padres que honran a Cristo, es absolutamente necesario que enseñemos a nuestros hijos a huir del pecado, pero también debemos enseñarles a hacerlo de la manera correcta.

Ser padres que honran a Cristo implica enseñar a nuestros hijos a huir del pecado. / Foto: Lightstock

¿Cómo deben huir nuestras familias?

Necesitamos comprender cuán mortal es el pecado

La Biblia dice que el pecado es mortal. Romanos 6:23 nos dice que “la paga del pecado es muerte”, y Santiago 1:15 revela que el pecado “engendra la muerte”. Nuestro problema es que no comprendemos verdaderamente el peligro del pecado. Nos gusta nuestro pecado. Amamos nuestro pecado más de lo que amamos a nuestro Salvador. Pero nuestras familias nunca escaparán de la tentación a menos que realmente sepamos, comprendamos y creamos que nos va a matar. José lo entendió. Cuando se enfrentó a la esposa de Potifar, le dijo que acostarse con ella era incorrecto porque no se le permitía hacerlo. La comprensión real es que habría habido consecuencias significativas por pecar de esa manera.

Las Escrituras nos muestran que el pecado es verdaderamente mortal. / Foto: Unsplash

Pero comprender el peligro del pecado no es lo más importante para escapar de él. Las personas pueden huir de las consecuencias sin querer agradar al Señor con sus vidas. Sin embargo, esto no es más que adoración a uno mismo. Por lo tanto…

Necesitamos comprender cuán bueno es Dios

Si leemos los pasajes que enmarcan los versículos que consideramos en nuestro primer punto, veremos que todas las órdenes de huir del pecado incluyen huir al Señor. La mayoría de los padres cristianos están familiarizados con Proverbios 22:6, que dice: “Instruye al niño en el camino que debe andar, y aun cuando sea viejo no se apartará de él”, pero con frecuencia no conocen lo que precede a ese versículo. El versículo 3 dice: “El prudente ve el mal y se esconde, pero los simples siguen adelante y son castigados”. Luego, en el versículo 4, dice: “La recompensa de la humildad y el temor del Señor son la riqueza, el honor y la vida”. Después de que el versículo 5 revela la destrucción del pecado, el versículo 6 nos dice que instruyamos a nuestros hijos en el camino que deben seguir. Debemos enseñar a nuestros hijos a ver el mal y esconderse, no solo porque hay espinas y trampas en el camino, y no solo porque tendrá consecuencias, sino porque tememos al Señor.

Debemos enseñar a nuestros hijos a ver el mal y esconderse. / Foto: Unsplash

Si nuestros hijos huyen del pecado para su propia gloria, solo están corriendo precipitadamente hacia el pecado de la adoración a sí mismos. La única manera de huir verdaderamente del pecado es correr hacia Dios. No hay huida del pecado que no te acerque más al Señor. Y correr hacia Dios no solo nos hará huir del pecado, sino que Santiago 4:7 nos dice: “Sométanse a Dios. Resistan, pues, al diablo y huirá de ustedes”. ¡El mismo tentador huirá de ti! ¡Qué glorioso!

José también creía esto. No rechazó a la esposa de Potifar simplemente porque respetaba a su marido o quería proteger su propio sustento. En Génesis 39:9 dice: “¿Cómo entonces podría yo hacer esta gran maldad y pecar contra Dios?”. Necesitamos amar a Dios. Necesitamos querer complacerlo por encima de todo. ¿Tu familia se aleja del pecado y busca la santidad porque Él es digno, majestuoso, impresionante y merece todo amor y obediencia? Me entristece encontrarme con personas que quieren que sus hijos sean moralmente buenos, pero no tienen interés en mostrarles al Dios que define todo lo que es bueno. No existe una persona moralmente buena que busque la santidad por otra razón que no sea el amor a Dios.

Necesitamos amar a Dios. Necesitamos querer complacerlo por encima de todo. / Foto: Envato Elements

¿Cuándo deben huir nuestras familias?

Hebreos 12:1-2 nos exhorta a despojarnos de todo peso y pecado, fijar nuestra mirada en Cristo y correr con perseverancia hasta el día de nuestra muerte. Nunca debemos dejar de buscar a Dios y huir del pecado. Nuestros hijos nunca deben dejar de huir de la tentación.

Hebreos 12:1-2 nos exhorta a despojarnos de todo peso y pecado, fijar nuestra mirada en Cristo. / Foto: Jhon Montaña

Pero esta huida no está motivada por un temor superficial. Está motivada valientemente por el temor del Señor. En Lucas 12:4-5, Jesús dijo: “Así que Yo les digo, amigos Míos: no teman a los que matan el cuerpo, y después de esto no tienen nada más que puedan hacer. Pero Yo les mostraré a quién deben temer: teman a Aquel que, después de matar, tiene poder para arrojar al infierno; sí, les digo: ¡A Él, teman!”. No se trata de cobardía ni de criar a una generación de niños protegidos. Se trata de criar a una generación de discípulos de Cristo que no pueden otra cosa que alejarse del pecado y la oscuridad, mientras siguen a Cristo activamente. Se trata de criar a una generación de jóvenes espiritualmente maduros, fuertes y apasionados por agradar al Señor.

Y eso es exactamente lo que era José. Rechazaba diariamente la tentación, y cada acto de santidad era huir del mal. Entonces, un día, cuando ella le agarró la ropa, él “le dejó su ropa en la mano, y salió huyendo afuera”. Y eso es lo que tenemos que hacer cuando se trata del pecado. Eso es lo que tenemos que enseñar a nuestros hijos a hacer. Debemos huir perpetuamente del pecado porque amamos a Dios y sabemos lo peligroso que es el pecado.

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Aaron M. Brewster

Aaron M. Brewster

Aaron M. Brewster es el presidente de Truth.Love.Family y presentador de su galardonado podcast sobre crianza, Truth.Love.Parent. Esposo, padre, consejero bíblico, predicador y orador. Ha creado cientos de horas de recursos gratuitos para padres, incluyendo The Year Long Celebration of God [“La celebración anual de Dios”], y es autor de Quit: How to Stop Family Strife for Good [Detenlo: Cómo detener los conflictos familiares para siempre].

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