Las reacciones al título: disfrutar a Cristo en familia durante la navidad pueden ser tan variadas. Por un lado, hay quienes gozan de pertenecer a una familia que ha sido salvada por la gracia de Dios. Mientras que hay otros quienes son el único cristiano en su familia o tienen una familia donde muy pocos miembros son creyentes. Para estos últimos, la mera idea de disfrutar a Cristo con la familia les trae dolor, temor, vergüenza o desilusión. Anhelan poder decir que sus familiares son hermanos en Cristo, pero no lo son. Así que, para hablar de disfrutar a Cristo con la familia durante la navidad, es necesario entender que no todos están en la misma situación. Por eso es importante reconocer las diversas situaciones familiares a fin de brindar una recomendación oportuna sobre cómo encontrar gozo en Cristo mientras se está con la familia que Dios en Su beneplácito les ha concedido. Una familia redimida ¿Cómo disfrutar a Cristo con una familia redimida? Una de las gracias más grandes que una persona puede experimentar juntamente con la salvación, es compartir aquella misma salvación con sus familiares, es decir pertenecer a una familia que ha sido redimida por la gracia de Dios (cp. Hch. 16:34). No solamente son familia genéticamente hablando, sino también lo son espiritualmente. Dios mismo te ha concedido la gracia de pertenecer a una familia donde todos los días puedes ser beneficiado por hermanos de la fe. Si eres parte de una familia redimida, tienes muchos beneficios a disfrutar con los mismos miembros de esta: llenos del Espíritu Santo, dotados con dones espirituales, adoptados como hijos de Dios, son santificados por Dios, participes del cuerpo de Cristo, sirviendo a los hermanos en la fe e incontables más. Pertenecer a una familia redimida te provee la oportunidad de orar juntos en cualquier momento o circunstancia. No hay ninguna ocasión ante la cual no pueden buscar y hallar el oportuno socorro ante el trono de la gracia (Heb. 4:16). Tienes la oportunidad fructífera para dar toda la gloria y honra a Dios porque todos sabrán que cada logro y bendición viene del Padre de las luces (Stg. 1:17), así que no se pierde ninguna oportunidad para exaltar Su nombre juntos. Buscarán invertir el tiempo de familia de manera eficaz y para la gloria de Dios (Ef. 5:16), apuntando mayormente hacía la edificación mutua y sirviéndose los unos a los otros (Fil. 2:3). Pueden tener tiempos de estudiar juntos las Escrituras, alabando a Dios, confesándose los pecados los unos a los otros y perdonándose los unos a los otros (Col. 3:13). Una familia redimida es una pequeña iglesia que facilitará el equipamiento para la obra del ministerio donde Dios será glorificado. Una familia pérdida ¿Cómo disfrutar a Cristo con una familia perdida? Sinceramente, muchos se han hecho esta pregunta, pensado: ¿será posible? Quienes se encuentran en una familia pérdida, donde la mayoría no son hijos de Dios, no están solos. Se encuentran en una situación difícil porque están experimentando la advertencia de Jesús: «No penséis que vine a traer paz a la tierra; no vine a traer paz, sino espada. Porque vine a poner al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su misma casa» (Mt. 10:34–36). El evangelio divide el mundo entero en dos grupos, y también a las familias: entre los hijos de Dios y los hijos del diablo. Los mismos miembros de tu familia son tu campo evangelístico, aquellos que todavía necesitan desesperadamente ser alcanzados por el evangelio de Jesucristo. Nuevamente es importante recordar que Dios mismo en Su soberanía ha predeterminado en amor y en Su sabiduría inescrutable ubicarte en la familia en donde estás (cp. 1 Cor. 7:24). El propósito de Dios detrás de esta decisión no es arbitraria, sino por el contrario es hecha con la motivación expresa de poder salvar a aquellos familiares que todavía están en rebelión. Si la única manera en que una persona pueda llegar a la salvación es por medio de la predicación del evangelio, Dios mismo salvó a una persona en tu familia, si eres creyente esa persona eres tú, para poder alcanzar a los demás con el evangelio de Jesucristo. Las dificultades que enfrentas cada vez que quieres mencionar a Cristo son reales. Las burlas, amenazas y difamaciones duelen, pero es necesario recordar que persiguieron a Cristo primero (Jn. 15:20). ¿Cómo es posible disfrutar a Cristo con una familia perdida? Sabiendo que todas las aflicciones experimentadas en aquella familia y que vienen debido a tu fidelidad al evangelio no serán olvidadas, sino que serán abundantemente recordadas delante de Dios y en Su tiempo el Señor obrará a favor de los Suyos. Por tanto, no temas, sino confía y disfruta a Cristo aún en medio de tu familia pérdida, sabiendo que hay esperanza en que Cristo Jesús alcanzará a algunos de tus familiares por amor de Su gran nombre. Testificando de Cristo En general, disfrutar a Cristo con la familia es hablar de Cristo con ellos. Posiblemente no es el caso de todos, pero suele pasar que no somos el primer cristiano en nuestra familia, pero aun si lo eres, puedes hacer lo siguiente: hablar acerca de la obra que Cristo ha hecho en tu favor. ¿Cómo fue que Cristo te salvó? ¿Cuántas veces el Señor te guardó? ¿De dónde te redimió el Señor? ¿Cuánto agradecimiento tienes con tus familiares que fueron de ejemplo para ti antes de conocer a Cristo? ¿Tienes que pedir perdón por tu incredulidad a algunos? ¿Entiendes que tienes un vínculo con tus familiares que va más allá que la sangre misma? Que oportunidad de poder testificar a nuestros familiares de la obra que Cristo ha hecho en nuestras vidas.