Bienvenidas amadas hermanas al podcast de las iniciativas femeninas de Soldados de Jesucristo. Es una gracia del Señor que hoy podamos continuar compartiendo el libro de Rut, una historia de amor redentor que apunta a la nuestra con Él. Hoy estaremos leyendo Rut capítulo 2 de los versos 8 al 13.  

Dios es nuestro refugio

Entonces Booz dijo a Rut: Oye, hija mía. No vayas a espigar a otro campo; tampoco pases de aquí, sino quédate con mis criadas. Fíjate en el campo donde ellas siegan y síguelas, pues he ordenado a los siervos que no te molesten. Cuando tengas sed, ve a las vasijas y bebe del agua que sacan los siervos. Ella bajó su rostro, se postró en tierra y le dijo: ¿Por qué he hallado gracia ante tus ojos para que te fijes en mí, siendo yo extranjera? Y Booz le respondió, y dijo: Todo lo que has hecho por tu suegra después de la muerte de tu esposo me ha sido informado en detalle, y cómo dejaste a tu padre, a tu madre y tu tierra natal, y viniste a un pueblo que antes no conocías. Que el Señor recompense tu obra y que tu remuneración sea completa de parte del Señor, Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte. Entonces ella dijo: Señor mío, he hallado gracia ante tus ojos, porque me has consolado y en verdad has hablado con bondad a tu sierva, aunque yo no soy como una de tus siervas”.  Oremos: Señor alabamos tu Nombre por tu fidelidad y poderío. Gracias por hacernos parte de tu historia sin merecerlo. Gracias por Cristo y lo que ha hecho por nosotras que permanece eternamente. Perdónanos porque rápido olvidamos lo que has hecho y Quién eres para nosotras cuando estamos en aflicción o cuando estamos en abundancia. Ayúdanos a leer tu Palabra, encontrarte en ella para llenar nuestras almas atribuladas o ensimismadas, y refugiarnos en tus alas, en Quién eres. En Cristo, amén.  En el episodio pasado escuchamos a nuestra hermana Liliana Leyva mostrándonos un carácter que pasa por fuego, si no lo has escuchado te invitaría que lo hagas.  Hoy leeremos la conversación providencial y llena de verdades teológicas hermosas, verdades que también son para nosotras. Pero te quiero invitar a leer estos versos así:   La historia de amor entre Booz y Rut representa la historia de redención de amor entre Dios y nosotras. Booz es un tipo de Cristo del Rey de gracia que leeremos pronuncia una bendición con lenguaje de pacto eterno. Rut es una extranjera como nosotras y Jesús es el pariente cercano que rescata, un mejor Booz.   Rut tenía un propósito cuando sale a los campos “ir en pos de aquel cuyos ojos halle gracia” (v.2). Por eso mismo, en la providencia de Dios ella llegó a la parte del campo que pertenecía a Booz, que era de la familia de Elimelec. ¿Será que Rut lo sabía? Dios está al control, hermanas. Entonces, mientras ella está allí, ¿quién llega? Booz.   Con palabras excelentes: “El Señor les bendiga”. Rut le pidió que le permitiera recoger y juntar tras los segadores entre las gavillas (que son espigas atadas en manojos para su transporte a la era). Sabemos que todo lo que recibimos es por gracia. Entonces hoy veremos la respuesta de Booz hacia esa petición de Rut. 

Respuesta de Booz

Versos 8-10 “dijo a Rut: Oye, hija mía. No vayas a espigar a otro campo; tampoco pases de aquí, sino quédate con mis criadas. Fíjate en el campo donde ellas siegan y síguelas, pues he ordenado a los siervos que no te molesten. Cuando tengas sed, ve a las vasijas y bebe del agua que sacan los siervos”.  Rut es una extranjera que necesita ser cuidada. Booz sabía esto y Dios también de nosotras. Booz habló con autoridad y sabiduría, delimitando los límites del peligro e instruyendo a los hombres sobre quien es Rut para él. Así mismo como Dios hace con nosotras al darnos Su Palabra y delimita el poder del enemigo para con nosotras.  Recordemos que la ley de Moisés mandaba que la cosecha no debía segarse hasta las esquinas ni se debía rebuscar en ella (Lev. 19:9-19).  Estas quedaban para los necesitados, especialmente para las viudas, los huérfanos y los extranjeros (Lev. 23:22; Deut. 24:19-21). Estos son mandamientos para los israelitas. Ella tenía derecho a recoger, pero ella va más allá y pide recoger tras los segadores entre las gavillas, estaba pidiendo trabajar con ellos y recoger inmediatamente lo que se les caía antes que alguien la recogiera, lo que quedaban después del primer corte.    Notemos que no le llama una viuda, ni moabita. Booz pone el ambiente de la conversación cuando con amor la llama “hija”, esto también significa que su edad era como la de Noemí, (v.2) y Rut más joven. Booz desea protegerla cuando le dice “quédate con mis criadas” en el hebreo es mucho más fuerte, es la misma frase que vemos en Rut 1:14 “pero Rut se quedó con ella”. Significa “seguirlas a donde ellas fueran durante todo el mes de la siega”.   Él ordenó a los sirvientes que no la molestaran. En el tiempo del antiguo Oriente medio, en los tiempos anárquicos de los jueces Booz la estaba protegiendo. Su trato a Rut es diferente. En la cultura israelita eran las mujeres y los extranjeros quienes sacaban el agua, Booz le dice a una mujer extranjera considerada menos que cualquier sirviente que deje que los sirvientes llenen su vaso.   Booz la está invitando que se haga parte de la comunidad, ella está siendo apartada y protegida de manera providencial. ¡Qué amor! Paso de ser vulnerable a ser valiosa, del anonimato a tener una identidad, de morir de hambre a tener un futuro.  

Respuesta de Rut

Esto no pasó por casualidad. Rut entendía todo esto: Veamos su respuesta en el verso 10: “Ella bajó su rostro, se postró en tierra y le dijo: ¿Por qué he hallado gracia ante tus ojos para que te fijes en mí, siendo yo extranjera?”.  Ella encontró gracia. Su misión era esa porque conocía y confiaba en Dios. Su respuesta es de una mujer humilde que sabe a quién le pertenece. El “postrarse en tierra” es una costumbre israelita, una respuesta de adoración. Rut señala dos veces en estos versos el hecho de haber sido escogida ante sus ojos, en los versos 10 y 13. Eso es entender la gracia y vivir a la luz de ella, recordar de donde Dios nos sacó, pero agradecerle en fe para vivir de acuerdo a ella, eso es identidad bíblica. Ambos versos señalan “ante sus ojos”, llama a integridad y pureza delante de Dios.  *Continúa escuchando el episodio de hoy y sigue el estudio con nosotras cada miércoles. 

Susana De Cano

Susana de Cano, está casada con Sergio y tienen tres hermosos hijos. Es diaconisa de Iglesia Reforma en Guatemala, donde sirve en discipulado y consejería. Estudia una Licenciatura en Teología en Semper Reformanda y Consejería Bíblica en CCEF. Puedes leer lo que escribe de Su Salvador Jesucristo en Instagram @ella_habla_verdad, y en su blog https://medium.com/hablemos-verdad

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